Salida negociada. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, dijo que “tal vez pensaría” reunirse con el gobernante Nicolás Maduro y que “no estaba necesariamente a favor” de apoyar a Juan Guaidó en una entrevista publicada por el medio estadounidense Axios.
“A Guaidó lo eligieron. Creo que yo no estaba necesariamente a favor, pero dije: a algunas personas les gusta, a otras no. Así que no tuve problemas”, expresa sobre la recomendación de apoyar al líder opositor.
Las declaraciones generaron tal revuelo que el mandatario publicó un tuit en el que aclara que solo se reuniría con Maduro para discutir una cosa: su salida pacífica del poder.
El presidente del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales (Covri), Kenneth Ramírez, considera que las opiniones de Trump revelan la frustración que siente por el desempeño de Juan Guaidó, pero también ratifican su disposición a apoyar una salida negociada en Venezuela.
“Muestra cierta frustración con los resultados obtenidos por Guaidó luego de haberle renovado su apoyo este año en su visita a Estados Unidos. Está bien estudiado que a Donald Trump, con una personalidad con tendencias narcisistas y egocéntricas, no le gusta perder ni tampoco tener aliados y colaboradores que no sean efectivos. Esto no significa que vaya a abandonar a Juan Guaidó y menos en medio de la coyuntura electoral”, señala.
A su juicio, el liderazgo democrático debe evaluar esta postura como una “resaca” ante el estancamiento observado en Venezuela.
“Trump vuelve a indicar disposición a una transición negociada a la crisis de Venezuela en los términos ya indicados por el Departamento de Estado en su propuesta del 9 de enero de este año, más allá de si llega a producirse o no una eventual reunión con Maduro, en busca de resultados concretos que le permitan apuntarse una victoria y conseguir así réditos electorales”, agrega el internacionalista.
“Reflota” la negociación
El internacionalista Carlos Romero coincide en que la posición del mandatario estadounidense hace que la negociación “reflote” como única salida a la crisis luego de que la vía coercitiva fracasó.
“El gobierno de Estados Unidos está reconociendo que en los años 2018 y 2019 se concentraron en la salida coercitiva de las sanciones y una eventual acción militar sobre Venezuela y en el recuento de (John) Bolton y en la propia entrevista de Trump se observa que hay una vuelta atrás en la búsqueda de una salida democrática y pacífica que permita la transición en Venezuela”, manifiesta.
El profesor universitario explica por qué la política exterior de Estados Unidos prioriza la negociación: “En 2018 y 2019 la salida militar era la primera opción, pero ahora no lo es porque no resultó, tenían una premisa que no se dio que era la dimisión dentro de la Fuerza Armada Nacional; la aplicación del Tiar no cuajó y el efecto Guaidó no ha resultado como se esperaba en el 2019”.
Agrega que Trump perdió confianza sobre la opción de Guaidó. “Esa falta de confianza es la que ha llevado entonces a flexibilizar las posiciones de los Estados Unidos sobre Venezuela en todo y cada uno de sus instrumentos: el senado, la cámara de representantes y el gobierno por supuesto.
Una ficha electoral
Venezuela es una ficha electoral para Trump y su rival Joe Biden quienes competirán por el control de la Casa Blanca en noviembre de este año. “El tema Venezuela es importante dentro del voto latino en general y en el estado de Florida en particular”, destaca el internacionalista Kenneth Ramírez.
La rápida reacción de Trump en un tuit a la nota de Axios, la respuesta del exvicepresidente y candidato demócrata Joe Biden y la rueda de prensa de la Casa Blanca destacando la política de máxima presión de la administración de Trump frente a Maduro y sus diferencias con Barack Obama denota la competencia Trump-Biden por el voto de Florida, señala Ramírez.
“Trump destaca todas las sanciones impuestas, mientras que los demócratas señalan la falta de resultados hasta ahora y buscan sembrar dudas sobre el compromiso de Trump. De allí que Biden haya dicho en un tuit: Habla duro sobre Venezuela, pero le gustan los dictadores como Maduro”, afirma.
El doctor en ciencias sociales e internacionalista Luis Daniel Álvarez destaca que Estados Unidos atraviesa una época electoral y de problemas internos (crisis racial) y “se usará cualquier cosa para atacar a unos y otros” en referencia a los demócratas y republicanos.
“Lo importante es que el grueso de la clase política estadounidense sabe que Venezuela tiene que tener una salida lo menos traumática posible”, expresa.
Sobre la relevancia de Estados Unidos para la oposición venezolana, Álvarez responde: “La oposición tiene que entender que los problemas deben solventarse a lo interno, por supuesto que Estados Unidos, junto a la comunidad internacional, hace una presión importante para obligar a los actores a sentarse a negociar; el temor que tengo es que se está escapando el tablero nacional y estamos entrando a un debate de otro matices, ahora la mesa pareciera no ser Venezuela, la mesa es entre Rusia, China, Estados Unidos y la Unión Europea que van a decidir el futuro de Venezuela”, cuestiona.
Advierte que la solución a la crisis política debe producirse por factores internos: “Estados Unidos no va a venir a salvarnos, Trump es un hombre impredecible y en su discurso tiene una política aislacionista”.
Gobierno en el exilio, una utopía
El chavismo avanza en la celebración de elecciones parlamentarias para finales de este año. Mientras los principales dirigentes políticos de oposición se niegan a participar por falta de condiciones democráticas y defienden la tesis de la “continuidad administrativa” que implica que el Parlamento que encabeza Guaidó se mantendrá después de que culmina su periodo constitucional el 5 de enero de 2021.
Esto, a su vez, abre la posibilidad de un gobierno de Guaidó en el exilio. Sobre esto, Álvarez es tajante en señalar que un Ejecutivo en el exilio “es una utopia”. “Los españoles tuvieron un gobierno en el exilio con gente muy valiosa, pero no tenía ninguna incidencia real, el que administraba el poder era (Francisco) Franco”, recuerda.
Sin embargo, el internacionalista apunta que la Asamblea Nacional que se elija este año tampoco será reconocida por la comunidad internacional que se ha pronunciado en contra de la designación de rectores del Poder Electoral vía Tribunal Supremo de Justicia.
“Eso va a incrementar la presión, un gobierno en el exilio no tiene una capacidad real y antes de eso vendrán acciones más fuertes para obligar a que se destranque el juego político. Se tiene que presionar para lograr un acuerdo que permita elegir una autoridad electoral equilibrada, con un tribunal equilibrado y que haya elecciones con vigilancia internacional”, concluye.
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