Inicia 2020 y con lo ocurrido el día de la instalación de la Asamblea Nacional (AN) el 5 de enero, el poder político en Miraflores dio muestras claras de que el objetivo es recuperar el control del Parlamento. El politólogo Nicmer Evans advierte que en su “ejercicio de aplastamiento” contra el Poder Legislativo legítimo y su mayoría opositora, Nicolás Maduro y su entorno se disponen a convocar “lo antes posible” elecciones parlamentarias y los adversarios “deben impedirlo”.

“Revertida esa sensación de derrota que dejó el hecho de que Juan Guaidó no lograra ingresar al Palacio Legislativo el 5 de enero y tuviera que hacer la sesión en la sede de El Nacional, con su juramentación como presidente encargado el 7 de enero, ante eso pues Maduro no es mocho”, expresó.

El día que comenzó con enfrentamientos entre diputados de oposición y la Guardia Nacional Bolivariana que obstaculizó el ingreso al Palacio Legislativo para la sesión de inicio del período legislativo anual terminó con dos juntas directivas de la AN juramentadas. Por un lado, la que encabezó el diputado Luis Parra (expulsado de Primero Justicia) en la sede del Parlamento y por el otro la presidida por el también presidente interino en el conocido medio informativo.

Evans seguro de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) se pronunciará pronto para declarar nula la directiva encabezada por Guaidó, no duda que el chavismo prepara el escenario para el adelanto de los comicios legislativos.

“Sería una absoluta arbitrariedad y además buscarán más fracturas en la oposición que no serían significativas, sin la garantía de condiciones electorales, por lo que la oposición debe impedir esas parlamentarias, porque el país quiere elecciones, pero no cualquier elección, quiere presidenciales con garantías”, subrayó.

Evans enfatizó en que la discusión en el seno antichavista no debe ser si se abstienen o no a participar para la escogencia del nuevo Parlamento o eventuales candidaturas, sino la forma de evitar que se realicen “hasta que vuelva el estado de derecho al país”. Las vías para ello son presión social en la calle, más la de la comunidad internacional y para llegar a acuerdos, obligar al régimen a retroceder y negociar.

Luego de reconocer a Parra como presidente del Parlamento, Maduro anunció el pasado domingo que la llamada mesa de diálogo con partidos minoritarios de oposición tenía planteado un “acuerdo” para la conformación del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) que organizará las parlamentarias. Reiteró que todas las toldas opositoras podrán presentarse e inscribir postulaciones.  

En 2015, las elecciones parlamentarias fueron celebradas el 6 de diciembre por ser la fecha más próxima, como es tradición, a la instalación del nuevo Parlamento el 5 de enero de 2016 de acuerdo con la Constitución,  pero Maduro y desde la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) han amenazado con que la convocatoria puede ser para cualquier día en el calendario este año. El Observatorio Electoral Venezolano ha señalado la necesidad de que el llamado formal a la contienda ocurra por lo menos con seis meses de anticipación y que no se atropellen los lapsos y las etapas en el cronograma electoral, en aras de la transparencia.

Oportunidad

Evans destaca que,  con su maniobra “torpe”, el mismo gobierno de Maduro le dio a la oposición herramientas para reactivar la protesta en la calle, con énfasis en la defensa de la institucionalidad del país, sin dejar de lado la realidad social y económica.

“Se puede reactivar la calle, la movilización convocada para el 14 de enero a la AN es muy importante, los estados comenzarán a hacer el llamado desde ya, habrá un estímulo de otros sectores para la organización, más allá de los partidos político”, dijo.

Aclaró no saber si se logrará la magnitud de las protestas pasadas, pero el sector liderado por Guaidó debe aprovechar que el mismo régimen se afectó en su intento por aniquilar al Parlamento.

“Antes, el autoritarismo cuidaba las formas y buscaba dar la apariencia de cierta legalidad, ahora no, el 5 de enero cometió todos los errores posibles con el parapeto de sesión y juramentación de una junta directiva y solo ganaron mayor rechazo internacional”.

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