Las ideas que impulsan un emprendimiento son infinitas y dependen de cuánto pueden la inspiración, la confianza, la iniciativa y la voluntad, secundar un propósito. Sin embargo, en medio de estas razones, está la motivación como conciliación entre el poder y el querer.
Deberá saberse que la inspiración es una virtud o cualidad que habita en toda persona y que luego que la inspiración emerge, no hay nada que no pueda alcanzarse.
Si bien el emprendimiento resulta de la gestión del emprendedor, sus significados son diferentes. La palabra emprendedor define la actitud y disposición del individuo ante el reto planteado. Mientras que el término emprendimiento, lo fija el proceso de negocio seguido en aras de concretar la idea soñada, anhelada.
De manera que toda persona, tiene el potencial emocional, intelectual y de vida para actuar como “emprendedor”. Lo que fundamenta el hecho de comportarse como “emprendedor” es la capacidad para concretar las ideas que sueña.
Esa diferenciación entre emprendedor y emprendimiento apuntala la acepción de emprender. Así que, a los fines de esta disertación, vale traer a colación el significado de “emprender”, que se refiere a un proceso de construcción teórico-metodológico de una idea.
Así que emprender compromete procesos que habrán de pasearse por disciplinas cognitivas y operativas. Ello, con el objeto de calcular y asegurar cada detalle sobre los cuales se asentarán las probabilidades de éxito de la idea. En consecuencia, “emprender” requerirá del soporte que le brindará el enfoque del mercado (demanda y oferta). Asimismo, la tecnología como razón del funcionamiento de la idea a emprender.
Igualmente, no podrá obviarse el análisis desde el concepto de negocio. Por esta razón, será imprescindible su estudio considerando los hábitos del consumidor potencial. También, desde la perspectiva de la cultura (regional, local o nacional) donde habrá de comercializarse la idea a emprender. Además, no deben desdeñarse las oportunidades y fortalezas del mercado. Tanto como las amenazas y debilidades del mercadeo.
Es necesario precisar que emprendimiento es la culminación del proceso de emprender. Ese momento se encuentra sujeto a ciertas condiciones pautadas por las realidades que circunscriben el compromiso de lo que se tiene pensado en emprender. Tales condiciones están relacionadas con el modelo de negocio propuesto. También, con la publicidad que habrá de garantizar el consumo. Y con la calidad del producto o servicio emprendido.
Por consiguiente, el emprendimiento se convierte en el camino expedito para formalizar un proyecto empresarial que abre las puertas al mercado. Por tanto, un nuevo negocio se convierte en causa y efecto del incremento de productividad al potenciar empleos capaces de inducir valor agregado a la economía. Y libertades económicas a la sociedad.
Comprender el emprendimiento como proceso de realización creativa y desarrollo humano, permite reconocer el entusiasmo que reviste al “emprendedor”. Hay tres cualidades que son propias de la condición de emprendedor : ingenio, inventiva y reconocer “circunstancia-oportunidad”.
El emprendimiento como proceso de desarrollo basado en la confianza individual, tanto como en la capacidad de liderazgo natural del “emprendedor», recorre parajes de la teoría económica y de las ciencias sociales para estructurar la cultura necesaria sobre la cual se empinan las capacidades y potencialidades del emprendedor. Por eso, al término de esta disertación, habrá que concebir el emprendimiento, más allá de la política.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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Deberá saberse que la inspiración es una virtud o cualidad que habita en toda persona y que luego que la inspiración emerge, no hay nada que no pueda alcanzarse.
Si bien el emprendimiento resulta de la gestión del emprendedor, sus significados son diferentes. La palabra emprendedor define la actitud y disposición del individuo ante el reto planteado. Mientras que el término emprendimiento, lo fija el proceso de negocio seguido en aras de concretar la idea soñada, anhelada.
De manera que toda persona, tiene el potencial emocional, intelectual y de vida para actuar como “emprendedor”. Lo que fundamenta el hecho de comportarse como “emprendedor” es la capacidad para concretar las ideas que sueña.
Esa diferenciación entre emprendedor y emprendimiento apuntala la acepción de emprender. Así que, a los fines de esta disertación, vale traer a colación el significado de “emprender”, que se refiere a un proceso de construcción teórico-metodológico de una idea.
Así que emprender compromete procesos que habrán de pasearse por disciplinas cognitivas y operativas. Ello, con el objeto de calcular y asegurar cada detalle sobre los cuales se asentarán las probabilidades de éxito de la idea. En consecuencia, “emprender” requerirá del soporte que le brindará el enfoque del mercado (demanda y oferta). Asimismo, la tecnología como razón del funcionamiento de la idea a emprender.
Igualmente, no podrá obviarse el análisis desde el concepto de negocio. Por esta razón, será imprescindible su estudio considerando los hábitos del consumidor potencial. También, desde la perspectiva de la cultura (regional, local o nacional) donde habrá de comercializarse la idea a emprender. Además, no deben desdeñarse las oportunidades y fortalezas del mercado. Tanto como las amenazas y debilidades del mercadeo.
Es necesario precisar que emprendimiento es la culminación del proceso de emprender. Ese momento se encuentra sujeto a ciertas condiciones pautadas por las realidades que circunscriben el compromiso de lo que se tiene pensado en emprender. Tales condiciones están relacionadas con el modelo de negocio propuesto. También, con la publicidad que habrá de garantizar el consumo. Y con la calidad del producto o servicio emprendido.
Por consiguiente, el emprendimiento se convierte en el camino expedito para formalizar un proyecto empresarial que abre las puertas al mercado. Por tanto, un nuevo negocio se convierte en causa y efecto del incremento de productividad al potenciar empleos capaces de inducir valor agregado a la economía. Y libertades económicas a la sociedad.
Comprender el emprendimiento como proceso de realización creativa y desarrollo humano, permite reconocer el entusiasmo que reviste al “emprendedor”. Hay tres cualidades que son propias de la condición de emprendedor : ingenio, inventiva y reconocer “circunstancia-oportunidad”.
El emprendimiento como proceso de desarrollo basado en la confianza individual, tanto como en la capacidad de liderazgo natural del “emprendedor», recorre parajes de la teoría económica y de las ciencias sociales para estructurar la cultura necesaria sobre la cual se empinan las capacidades y potencialidades del emprendedor. Por eso, al término de esta disertación, habrá que concebir el emprendimiento, más allá de la política.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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