Se ha dicho en todos los tonos: sufrimos una crisis de confianza. Sin embargo, en los últimos días se produjo una buena noticia que apunta a superar —de a poco— ese ambiente nocivo que sufre el país, en el cual todo es sospechoso o, al menos, suspicaz.
Esa noticia está relacionada con el nombramiento de los miembros de la Comisión que organizará las primarias presidenciales opositoras. Hasta ahora, todos los designados gozan de la característica principal que se busca en estos eventos: solvencia moral, transparencia e independencia.
Se ha dado un gran primer paso en cuanto a la designación de los miembros que organizarán todos los aspectos que involucra este proceso electoral (logística, voto en el exterior, financiamiento, asistencia técnica, presupuesto, resguardo de datos de los electores). Este hito es clave para ir recuperando la importancia de los procesos democráticos y, claramente, para alimentar la convivencia pacífica (que se nos extravió un buen día y no hemos podido rescatar).
Así pues, van tomando forma los distintos elementos que nos ayudarán a tejer el largo camino de la redemocratización que necesita el país. Especialmente, estamos abonando el terreno para derribar la desconfianza y alentar la participación ciudadana (a la que Maduro & Cía. le temen y hacen todo por aplastarla).
Cada paso en esta dirección serán buenas noticias para Venezuela, sobre todo para promover la firme creencia de que la crisis —que nos ha costado tanto dolor— se puede superar en un horizonte cercano.
Ahora bien, de más está decir que el éxito de este proceso electoral dependerá de cuán abierto y transparente sea para todas las partes participantes; cuán simple y creíble sea para los electores; y cuán inclusivo y participativo sea en general.
Generalmente, este espacio de opinión ha sido crítico de muchas decisiones del sector opositor en varias dimensiones, pero hoy quiere recoger la relevancia de esta noticia. Pues, la organización y la implementación del mecanismo de las primarias presidenciales son ingredientes fundamentales para cambiar varias realidades políticas que, ciertamente, hoy no nos permiten avanzar.
Los comisionados tienen un desafío enorme para reanimar la creencia electoral y la confianza pública de cada día. Es verdad que falta mucha tela que cortar, pero no debemos olvidar que sus buenos resultados serán piedra angular para la recuperación de los principios y valores democráticos en lo venidero. ¡La mejor de la suerte!
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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Se ha dicho en todos los tonos: sufrimos una crisis de confianza. Sin embargo, en los últimos días se produjo una buena noticia que apunta a superar —de a poco— ese ambiente nocivo que sufre el país, en el cual todo es sospechoso o, al menos, suspicaz.
Esa noticia está relacionada con el nombramiento de los miembros de la Comisión que organizará las primarias presidenciales opositoras. Hasta ahora, todos los designados gozan de la característica principal que se busca en estos eventos: solvencia moral, transparencia e independencia.
Se ha dado un gran primer paso en cuanto a la designación de los miembros que organizarán todos los aspectos que involucra este proceso electoral (logística, voto en el exterior, financiamiento, asistencia técnica, presupuesto, resguardo de datos de los electores). Este hito es clave para ir recuperando la importancia de los procesos democráticos y, claramente, para alimentar la convivencia pacífica (que se nos extravió un buen día y no hemos podido rescatar).
Así pues, van tomando forma los distintos elementos que nos ayudarán a tejer el largo camino de la redemocratización que necesita el país. Especialmente, estamos abonando el terreno para derribar la desconfianza y alentar la participación ciudadana (a la que Maduro & Cía. le temen y hacen todo por aplastarla).
Cada paso en esta dirección serán buenas noticias para Venezuela, sobre todo para promover la firme creencia de que la crisis —que nos ha costado tanto dolor— se puede superar en un horizonte cercano.
Ahora bien, de más está decir que el éxito de este proceso electoral dependerá de cuán abierto y transparente sea para todas las partes participantes; cuán simple y creíble sea para los electores; y cuán inclusivo y participativo sea en general.
Generalmente, este espacio de opinión ha sido crítico de muchas decisiones del sector opositor en varias dimensiones, pero hoy quiere recoger la relevancia de esta noticia. Pues, la organización y la implementación del mecanismo de las primarias presidenciales son ingredientes fundamentales para cambiar varias realidades políticas que, ciertamente, hoy no nos permiten avanzar.
Los comisionados tienen un desafío enorme para reanimar la creencia electoral y la confianza pública de cada día. Es verdad que falta mucha tela que cortar, pero no debemos olvidar que sus buenos resultados serán piedra angular para la recuperación de los principios y valores democráticos en lo venidero. ¡La mejor de la suerte!
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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