La continuidad de la formación docente está en riesgo. Estudiantes de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Upel) denunciaron haber alcanzado un «colapso» por la disminución de los nuevos ingresos a esta casa de estudios, que agrupa a 13 institutos pedagógicos en todo el país. También alertaron sobre la desincorporación de cerca de 3 mil profesores en 2017.
Luis Andrés García, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Upel en el núcleo de Miranda, informó que para 2016, del total de asignados por la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu) solo formalizó su inscripción 31,3%. En 2017, el escenario fue más critico: solo lo hizo 16,8%.
“Esto puede desembocar a corto, mediano y largo plazo en un déficit muy grande con respecto a los maestros de aula, de liceo y a los profesores universitarios que son los que forman a todos los docentes”, expresó.
El estudiante de Educación indicó que las cifras fueron obtenidas de la Dirección de Planificación del Rectorado y recogen la realidad de todos los institutos. Recordó que, según las estadísticas de varias consultoras, la Upel egresa al 72% de los educadores del país.
García añadió que, además, del 16,8% de los jóvenes que se inscribieron en 2017 el 40% desertó ese mismo año a la carrera, bien porque decidieron emigrar o porque eligieron otra actividad económica que les garantizara más ingresos. También alertó que el año pasado el 20% de los docentes se retiró de la universidad, bien sea porque renuncian, piden descanso por año sabático o se dedican a otra cosa.
El representante estudiantil consideró que estos datos suscriben lo reflejado en la Encuesta de Condiciones de Vida 2017 sobre que 60% de los estudiantes universitarios abandonan los estudios para trabajar. Añadió que las áreas más afectadas continúan siendo las científicas: física, química y matemática.
«Esta proyección de la caída de la matrícula pone el país en riesgo a mediano plazo porque no tendremos el número de maestros que requiere para que funcione el sistema educativo«, señaló.
García añadió que es necesario aplicar medidas urgentes de apoyo socioeconómico a los alumnos para frenar la deserción, ya que los jóvenes se debaten «entre comer y estudiar«.
Agregó que consideran necesario una mejora estructural de los salarios para evitar la fuga, así como un aumento en el presupuesto para que se pueda subsidiar por completo los comedores de la universidad. Añadió que, actualmente, un equipo técnico que incluye a la Asociación de Profesores de la Upel, trabaja en desarrollar estas propuestas.
Recordó que el año pasado una comisión estudiantil presentó al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología un plan de contingencia que prevé una beca para los estudiantes.
Próximamente los estudiantes del Upel entregarán ante la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional un documento exponiendo la situación.
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Luis Andrés García, presidente de la Federación de Centros de Estudiantes de la Upel en el núcleo de Miranda, informó que para 2016, del total de asignados por la Oficina de Planificación del Sector Universitario (Opsu) solo formalizó su inscripción 31,3%. En 2017, el escenario fue más critico: solo lo hizo 16,8%.
“Esto puede desembocar a corto, mediano y largo plazo en un déficit muy grande con respecto a los maestros de aula, de liceo y a los profesores universitarios que son los que forman a todos los docentes”, expresó.
El estudiante de Educación indicó que las cifras fueron obtenidas de la Dirección de Planificación del Rectorado y recogen la realidad de todos los institutos. Recordó que, según las estadísticas de varias consultoras, la Upel egresa al 72% de los educadores del país.
García añadió que, además, del 16,8% de los jóvenes que se inscribieron en 2017 el 40% desertó ese mismo año a la carrera, bien porque decidieron emigrar o porque eligieron otra actividad económica que les garantizara más ingresos. También alertó que el año pasado el 20% de los docentes se retiró de la universidad, bien sea porque renuncian, piden descanso por año sabático o se dedican a otra cosa.
El representante estudiantil consideró que estos datos suscriben lo reflejado en la Encuesta de Condiciones de Vida 2017 sobre que 60% de los estudiantes universitarios abandonan los estudios para trabajar. Añadió que las áreas más afectadas continúan siendo las científicas: física, química y matemática.
«Esta proyección de la caída de la matrícula pone el país en riesgo a mediano plazo porque no tendremos el número de maestros que requiere para que funcione el sistema educativo«, señaló.
García añadió que es necesario aplicar medidas urgentes de apoyo socioeconómico a los alumnos para frenar la deserción, ya que los jóvenes se debaten «entre comer y estudiar«.
Agregó que consideran necesario una mejora estructural de los salarios para evitar la fuga, así como un aumento en el presupuesto para que se pueda subsidiar por completo los comedores de la universidad. Añadió que, actualmente, un equipo técnico que incluye a la Asociación de Profesores de la Upel, trabaja en desarrollar estas propuestas.
Recordó que el año pasado una comisión estudiantil presentó al Ministerio de Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología un plan de contingencia que prevé una beca para los estudiantes.
Próximamente los estudiantes del Upel entregarán ante la Comisión Permanente de Desarrollo Social Integral de la Asamblea Nacional un documento exponiendo la situación.
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