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Reynaldo Mozo Zambrano | @reymozo
Foto por New York Times“Me agarraron por los pelos y me hicieron lo que ellos llaman el avioncito; me torturaron”. La violencia y el abuso sexual son parte del día a día en las cárceles y centros de detención preventiva para las féminas en el país, según refleja el informe Mujeres privadas de libertad en Venezuela: las voces de las mujeres detrás de las rejas, realizado por el Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP).
En las cárceles femeninas del país la violencia sexual es conocida, aceptada y tolerada por el personal de custodia, según los testimonios de 65 reclusas que recogió el OVP, organización no gubernamental que defiende los derechos humanos de las privadas y los privados de libertad en Venezuela, presentado este jueves 17 de junio.
“Una mujer entrevistada nos informó sobre la complicidad del personal de custodia, ella fue víctima de violación sexual por parte de un hombre privado de la libertad, quienes tenían autorización a pasar al anexo femenino en las noches. Asegura que el personal conocía sobre esta situación”, se lee en el documento.
La investigación señala que el personal encargado de custodiar a las privadas de libertad ofrecía atención médica a cambio de relaciones sexuales. “La mujer privada de la libertad recibía amenazas de forma constante; que si no accedía a tener relaciones sexuales no tendrían acceso a agua”, informó el OVP.
La víctima entrevistada por la ONG señaló que producto de una violación quedó embarazada y fue amenazada si contaba sus vivencias en la prisión. “A los meses del embarazo, le dieron un colchón para dormir; anteriormente dormía en el piso”, documenta la ONG.
El OVP señala que la población reclusa del país es de 37.517 personas; de estas, 2.318 son mujeres y representan el 6,2 %.
El informe presentado por la organización ha demostrado que las mujeres privadas de la libertad se encuentran en una situación de abandono y olvido por parte del sistema de justicia penal, del centro penitenciario, de los legisladores y del Estado.
El OVP, que realizó 106 entrevistas a mujeres y adolescentes detenidas, ex presas, abogados y familiares de las privadas de libertad, señaló que la legislación venezolana «cuenta con escasas protecciones tipificadas, representando un enorme vacío en la vida de las mujeres en prisión».
María Corina Muskus, coordinadora de investigación del informe, señaló que la mayoría de las mujeres encarceladas son madres solteras y que el 70 % tienen más de dos hijos. Explicó que el 16 % de las detenidas son adolescentes mientras que casi el 60 % de las reclusas tiene entre 25 y 45 años de edad.
“Algunas mujeres eran forzadas a estar sexualmente con mujeres”, dijo Muskus.
La ONG enfatizó que documentaron una «sistemática violación de derechos humanos. “Las mujeres han sufrido diferentes tipos de violencia, incluida la falta de atención médica especializada, acceso a medicinas, tratamientos y productos básicos”, agregó.
De las 65 mujeres presas entrevistadas por la organización, 67 % respondió que duerme en el piso sobre colchonetas y más de 75 % comparte celdas con 5 o 10 mujeres, mientras que el 7,8 % comparte espacio de reclusión con más de 10 o 20 mujeres.
“La mayoría dice que no reciben visitas médicas. 6,4 % no fueron visitadas por médicos y 35,4 sí. El 49 % de las entrevistadas dice que contrajo enfermedades durante la detención”, alega Mariangel Rincón, asistente de investigación del informe.
Con respecto a la salud, más del 60 % de las privadas de libertad tiene acceso limitado al agua, 7 % califica el lugar de detención como insalubre y malo. Mientras que 48 de las 65 entrevistadas tienen acceso a la alimentación gracias a los familiares.
“La suspensión de los alimentos la utilizan como método de castigo para las mujeres en prisión”, explicó Rincón.
Los familiares también son los encargados de proveer los insumos de higiene femenino como las toallas sanitarias. Todas las entrevistadas señalaron que en los recintos de reclusión no existen servicios de salud específicos para las mujeres.
La población de las mujeres encarceladas en el mundo aumento en 53 %, según informó Coletta Youngers, investigadora principal del Washington Office on Latin America (Wola).
Agregó que la población de mujeres encarceladas por drogas pasó de 40 a 80 %. “Los delitos cometidos por mujeres son delitos menos graves o violentos. La violencia de homicidios está relacionada con casos de abusos y el uso excesivo de la detención preventiva contribuye al hacinamiento”, dijo Youngers.
La representante de Wola opinó que los gobiernos de la región han fallado puesto que la mayoría de las mujeres privadas de libertad no deberían estar allí y recomienda que se implementen otras alternativas de encarcelamiento.
Lea el informe completo aquí.
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En las cárceles femeninas del país la violencia sexual es conocida, aceptada y tolerada por el personal de custodia, según los testimonios de 65 reclusas que recogió el OVP, organización no gubernamental que defiende los derechos humanos de las privadas y los privados de libertad en Venezuela, presentado este jueves 17 de junio.
“Una mujer entrevistada nos informó sobre la complicidad del personal de custodia, ella fue víctima de violación sexual por parte de un hombre privado de la libertad, quienes tenían autorización a pasar al anexo femenino en las noches. Asegura que el personal conocía sobre esta situación”, se lee en el documento.
La investigación señala que el personal encargado de custodiar a las privadas de libertad ofrecía atención médica a cambio de relaciones sexuales. “La mujer privada de la libertad recibía amenazas de forma constante; que si no accedía a tener relaciones sexuales no tendrían acceso a agua”, informó el OVP.
La víctima entrevistada por la ONG señaló que producto de una violación quedó embarazada y fue amenazada si contaba sus vivencias en la prisión. “A los meses del embarazo, le dieron un colchón para dormir; anteriormente dormía en el piso”, documenta la ONG.
El OVP señala que la población reclusa del país es de 37.517 personas; de estas, 2.318 son mujeres y representan el 6,2 %.
El informe presentado por la organización ha demostrado que las mujeres privadas de la libertad se encuentran en una situación de abandono y olvido por parte del sistema de justicia penal, del centro penitenciario, de los legisladores y del Estado.
El OVP, que realizó 106 entrevistas a mujeres y adolescentes detenidas, ex presas, abogados y familiares de las privadas de libertad, señaló que la legislación venezolana «cuenta con escasas protecciones tipificadas, representando un enorme vacío en la vida de las mujeres en prisión».
María Corina Muskus, coordinadora de investigación del informe, señaló que la mayoría de las mujeres encarceladas son madres solteras y que el 70 % tienen más de dos hijos. Explicó que el 16 % de las detenidas son adolescentes mientras que casi el 60 % de las reclusas tiene entre 25 y 45 años de edad.
“Algunas mujeres eran forzadas a estar sexualmente con mujeres”, dijo Muskus.
La ONG enfatizó que documentaron una «sistemática violación de derechos humanos. “Las mujeres han sufrido diferentes tipos de violencia, incluida la falta de atención médica especializada, acceso a medicinas, tratamientos y productos básicos”, agregó.
De las 65 mujeres presas entrevistadas por la organización, 67 % respondió que duerme en el piso sobre colchonetas y más de 75 % comparte celdas con 5 o 10 mujeres, mientras que el 7,8 % comparte espacio de reclusión con más de 10 o 20 mujeres.
“La mayoría dice que no reciben visitas médicas. 6,4 % no fueron visitadas por médicos y 35,4 sí. El 49 % de las entrevistadas dice que contrajo enfermedades durante la detención”, alega Mariangel Rincón, asistente de investigación del informe.
Con respecto a la salud, más del 60 % de las privadas de libertad tiene acceso limitado al agua, 7 % califica el lugar de detención como insalubre y malo. Mientras que 48 de las 65 entrevistadas tienen acceso a la alimentación gracias a los familiares.
“La suspensión de los alimentos la utilizan como método de castigo para las mujeres en prisión”, explicó Rincón.
Los familiares también son los encargados de proveer los insumos de higiene femenino como las toallas sanitarias. Todas las entrevistadas señalaron que en los recintos de reclusión no existen servicios de salud específicos para las mujeres.
La población de las mujeres encarceladas en el mundo aumento en 53 %, según informó Coletta Youngers, investigadora principal del Washington Office on Latin America (Wola).
Agregó que la población de mujeres encarceladas por drogas pasó de 40 a 80 %. “Los delitos cometidos por mujeres son delitos menos graves o violentos. La violencia de homicidios está relacionada con casos de abusos y el uso excesivo de la detención preventiva contribuye al hacinamiento”, dijo Youngers.
La representante de Wola opinó que los gobiernos de la región han fallado puesto que la mayoría de las mujeres privadas de libertad no deberían estar allí y recomienda que se implementen otras alternativas de encarcelamiento.
Lea el informe completo aquí.