Carlos Julio Rojas es un periodista que ha estado tres veces preso en los últimos años, bajo el mandato de Nicolás Maduro.
La primera vez lo arrestaron el 6 de julio de 2017. Salía de hacer mercado en un reconocido centro de abastecimiento popular en Caracas y funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) lo apresaron.
Lo mantuvieron en desaparición forzada durante más de tres días. Su abogada defensora, Elenis Rodríguez, aseguró en ese momento que le “sembraron” cinco granadas para acusarlo de delitos graves.
El motivo que detallaron para privarlo de libertad era que decía improperios contra Nicolás Maduro y su gobierno.
Las autoridades lo presentaron en un tribunal militar donde le imputaron delitos por “traición a la patria, contra la integridad, independencia y libertad de la Nación, rebelión militar y sustracción de efectos pertenecientes a la Fuerza Armada”.
Estuvo más de un mes en la cárcel militar de Ramo Verde, la misma donde recluyeron a otros presos políticos como Leopoldo López, el ahora candidato presidencial Daniel Ceballos o el teniente Ronald Ojeda Moreno, a quien secuestraron y asesinaron en Chile en marzo de este 2024, donde vivía como asilado político.
En esa primera detención a Rojas lo llevaron a tribunales 96 horas después de su aprehensión, cuando las leyes hablan de un plazo máximo de 48 horas. Lo presentaron esposado. Su defensora dijo que cuando lo detuvieron no había una orden judicial en su contra.
El relato de Carlos Julio en Ramo Verde
Cuando lo liberaron en 2017 dijo al salir de Ramo Verde que sufrió torturas psicológicas.
“En una oportunidad estuve aislado 6 días, tiempo en el que no pude ir al baño, porque allí no había pocetas. Debido a que no pude evacuar durante tanto tiempo, cuando lo hice, lo que evacué fueron piedras”, relató sobre las duras condiciones de su reclusión.
Aunque no lo acusaron en el tribunal militar, a pesar de ser civil, tenía que presentarse en ese juzgado cada 30 días.
Acusó al entonces director de esa cárcel de aislarlo por quejarse de la alimentación que recibían los presos políticos.
“No me golpearon mientras estuve en Ramo Verde, pero sí fui sometido a tortura psicológica”, dijo en 2017.
Carlos Julio es coordinador del Frente Norte de Caracas, una organización que le ha servido para denunciar intentos de invasiones contra la propiedad privada en esa zona de la capital venezolana.
Su activismo en redes sociales sobre estos hechos fue notorio cuando la crisis humanitaria compleja arreció en el país. Con videos mostraba los intentos de grupos o colectivos, a los que señalaba de recibir apoyo del chavismo, de encabezar estas tomas ilegales.
También se ha dedicado a denunciar las fallas constantes de electricidad, el irregular servicio de agua y a la tradicional quema de Judas, cada domingo de Resurrección, cuando lo hace con muñecos con imágenes alusivas a funcionarios del gobierno chavista.
En 2020 estuvo 10 horas preso
En 2020, a Rojas lo detuvieron durante varias horas. Participaba en una protesta de pensionados en el centro de Caracas. En ese momento los adultos mayores intentaron desplegar una bandera venezolana, en las inmediaciones del Seguro Social, cuando la Guardia Nacional Bolivariana lo impidió con agresividad.
Incluso la manifestación era seguida por colectivos. Un hombre con un radio hablaba con otros para buscar disuadir a los manifestantes. Al periodista se lo llevaron de forma arbitraria y estuvo preso por unas 10 horas.
De qué lo acusa la Fiscalía ahora
Ahora lo vuelven a señalar de «estar vinculado y señalado directamente como instigador y operador logístico en el intento de magnicidio contra el jefe de Estado Nicolas Maduro, acaecido en la plaza Diego Ibarra el pasado 25 de marzo», aseguró el fiscal designado por la Constituyente de 2017, Tarek William Saab, al confirmar su detención la noche del lunes 15 de abril.
Es secretario general adjunto del Colegio Nacional de Periodistas Seccional Caracas, que salió en su defensa al conocerse la detención. El secretario del gremio periodístico en la capital venezolana, Edgar Cárdenas, desechó la tesis del Ministerio Público sobre la supuesta implicación de Rojas como instigador de un intento de magnicidio contra Nicolás Maduro.
“Todo el país sabe que Carlos Julio Rojas no es terrorista. Su lucha en defensa de las libertades y derechos ciudadanos, son temas sensibles para las altas esferas del poder”, escribió Cárdenas en su cuenta de la red social X, antes Twitter, cuando la Fiscalía confirmó su nueva aprehensión.
Desde que comenzó el año, al menos 9 personas han sido detenidas en Venezuela por la publicación de mensajes en redes sociales o estados de Whatsapp que incomodan al poder político en Venezuela.
Una de ellas, el ingeniero Carlos Salazar, estuvo casi un mes en desaparición forzada. Aunque lo arrestaron en Nueva Esparta por publicar un video de Alex Saab lo recluyeron en las celdas del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), de El Helicoide, donde su familia tuvo conocimiento de ese lugar de detención 26 días después de que se lo llevaron preso.