«Mi nombre es Roselyn Jiménez. Yo soy trasplantada renal, mi mamá donó el riñón. Tengo 10 años de trasplantada y ahorita estoy haciendo un rechazo«, dice la joven de 26 años en un video difundido en redes sociasles por la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida).
La paciente radicada en Zulia es apenas una de los más de 3.500 trasplantados que padecen la escasez de inmunosupresores. Pasó 15 días internada en el Hospital Universitario de Maracaibo y tuvo que regresar a las diálisis para recuperar el órgano que su madre le donó. Actualmente está estable, pero no sabe por cuánto tiempo: tiene tratamiento solo para los próximos 10 días.
Roselyn se cuenta entre los 15 casos de rechazos de órgano que se han presentado en el país solo durante la primera mitad de marzo. Únicamente en su piso, la joven contó alrededor de 20 pacientes que también entraron en rechazo.
Según indicó Francisco Valencia, director de Codevida, se calcula que cada dos días se produce un caso de rechazo debido a la escasez de inmunosupresores. «Estamos hablando de que ya hay un rechazo interdiario. Y la situación va a seguir empeorando si no se toman medidas», advirtió Valencia.
Roselyn Jiménez con rechazo de órgano por falta de medicamentos le hace un llamado a @NicolasMaduro @LuisLopezPSUV. #TrasplantesEnRiesgo pic.twitter.com/K5bSCPSWm6
— Codevida (@codevida) March 14, 2018
Agregó que el caso de Roselyn no es el único que se ha registrado esta semana. Codevida pudo conocer del rechazo de Mary Hernández que está en el Hospital Universitario de Caracas recibiendo diálisis para tratar de reactivar su órgano.
Mary Hernandez hospitalizada debido a un rechazo de órgano por falta de medicamentos. Ya son diarios los reportes de daños renales. @LuisLopezPSUV pic.twitter.com/BgS2A2dYCJ
— Codevida (@codevida) March 15, 2018
Desde hace cinco meses, Roselyn no retira los medicamentos en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) y desde hace un mes suspendió su tratamiento por las fallas que se registran en este organismo adscrito al Ministerio de Salud.
Roselyn debería tomar Rapamune, Prednisona y Myfortic, una combinación de inmunosupresores que evitan que su organismo ataque al riñón que le fue trasplantando, por considerarlo un agente extraño en su cuerpo. Sin embargo, ante la aguda escasez de medicinas, ha optado por tomar «lo que consiga».
«Ahorita conseguí un donativo de Cellcept y Rapamune y me dijeron que me van a donar Prograf y Sirolimus», dijo. Todos son medicamentos inmunosupresores, pero deben ser recetados por el médico en función de las condiciones de cada paciente.
La Prednisona la consigue por blísters, cada uno ofertado en 200 mil bolívares. El Myfortic, medicamento que requiere y que es distribuido a través de las farmacias de alto costo, vale 6 millones de bolívares en las cadenas privadas, monto con el que no cuenta. «Yo soy abogada y he pensado hasta en vender mi carro para poder pagar el tratamiento«, expresó.
Después de ser hospitalizada y sometida nuevamente a las diálisis, Roselyn logró reactivar su riñón y evitar perder su órgano. Sin embargo, no todos los pacientes cuentan con la misma suerte y algunos deben volver a las sesiones de diálisis.
La angustia de la joven abogada es compartida por muchos otros trasplantados en Venezuela, quienes no quieren pasar por la experiencia de Jesús Gallardo, quien el 31 de diciembre de 2017, tomó la última pastilla de Myfortic que le quedaba en casa. Apenas 11 días después de suspender el tratamiento, su cuerpo empezó a rechazar el riñón que le trasplantaron dos años atrás. Los esfuerzos por salvar el órgano fueron infructuosos y ya el daño estaba hecho.
«Le pido al ministro de Salud (Luis López) para que por favor me ayuden a conseguir los medicamentos. Somos muchos los pacientes que estamos haciendo rechazo renal», pide Roselyn en el video difundido en redes sociales.
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«Mi nombre es Roselyn Jiménez. Yo soy trasplantada renal, mi mamá donó el riñón. Tengo 10 años de trasplantada y ahorita estoy haciendo un rechazo«, dice la joven de 26 años en un video difundido en redes sociasles por la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida).
La paciente radicada en Zulia es apenas una de los más de 3.500 trasplantados que padecen la escasez de inmunosupresores. Pasó 15 días internada en el Hospital Universitario de Maracaibo y tuvo que regresar a las diálisis para recuperar el órgano que su madre le donó. Actualmente está estable, pero no sabe por cuánto tiempo: tiene tratamiento solo para los próximos 10 días.
Roselyn se cuenta entre los 15 casos de rechazos de órgano que se han presentado en el país solo durante la primera mitad de marzo. Únicamente en su piso, la joven contó alrededor de 20 pacientes que también entraron en rechazo.
Según indicó Francisco Valencia, director de Codevida, se calcula que cada dos días se produce un caso de rechazo debido a la escasez de inmunosupresores. «Estamos hablando de que ya hay un rechazo interdiario. Y la situación va a seguir empeorando si no se toman medidas», advirtió Valencia.
Roselyn Jiménez con rechazo de órgano por falta de medicamentos le hace un llamado a @NicolasMaduro @LuisLopezPSUV. #TrasplantesEnRiesgo pic.twitter.com/K5bSCPSWm6
— Codevida (@codevida) March 14, 2018
Agregó que el caso de Roselyn no es el único que se ha registrado esta semana. Codevida pudo conocer del rechazo de Mary Hernández que está en el Hospital Universitario de Caracas recibiendo diálisis para tratar de reactivar su órgano.
Mary Hernandez hospitalizada debido a un rechazo de órgano por falta de medicamentos. Ya son diarios los reportes de daños renales. @LuisLopezPSUV pic.twitter.com/BgS2A2dYCJ
— Codevida (@codevida) March 15, 2018
Desde hace cinco meses, Roselyn no retira los medicamentos en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) y desde hace un mes suspendió su tratamiento por las fallas que se registran en este organismo adscrito al Ministerio de Salud.
Roselyn debería tomar Rapamune, Prednisona y Myfortic, una combinación de inmunosupresores que evitan que su organismo ataque al riñón que le fue trasplantando, por considerarlo un agente extraño en su cuerpo. Sin embargo, ante la aguda escasez de medicinas, ha optado por tomar «lo que consiga».
«Ahorita conseguí un donativo de Cellcept y Rapamune y me dijeron que me van a donar Prograf y Sirolimus», dijo. Todos son medicamentos inmunosupresores, pero deben ser recetados por el médico en función de las condiciones de cada paciente.
La Prednisona la consigue por blísters, cada uno ofertado en 200 mil bolívares. El Myfortic, medicamento que requiere y que es distribuido a través de las farmacias de alto costo, vale 6 millones de bolívares en las cadenas privadas, monto con el que no cuenta. «Yo soy abogada y he pensado hasta en vender mi carro para poder pagar el tratamiento«, expresó.
Después de ser hospitalizada y sometida nuevamente a las diálisis, Roselyn logró reactivar su riñón y evitar perder su órgano. Sin embargo, no todos los pacientes cuentan con la misma suerte y algunos deben volver a las sesiones de diálisis.
La angustia de la joven abogada es compartida por muchos otros trasplantados en Venezuela, quienes no quieren pasar por la experiencia de Jesús Gallardo, quien el 31 de diciembre de 2017, tomó la última pastilla de Myfortic que le quedaba en casa. Apenas 11 días después de suspender el tratamiento, su cuerpo empezó a rechazar el riñón que le trasplantaron dos años atrás. Los esfuerzos por salvar el órgano fueron infructuosos y ya el daño estaba hecho.
«Le pido al ministro de Salud (Luis López) para que por favor me ayuden a conseguir los medicamentos. Somos muchos los pacientes que estamos haciendo rechazo renal», pide Roselyn en el video difundido en redes sociales.
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