Confusión. Comerciantes caraqueños no saben qué hacer después de que el presidente Nicolás Maduro anunciara el viernes 17 de agosto que, a partir del 1° de septiembre, el salario mínimo en Venezuela será de 1.800 Bs. S. (180 millones Bs. F.). Un aumento de 3.464% cuyas pautas aún no han sido publicadas.

“Tengo que esperar que salga la Gaceta Oficial“, sentenció Nelson a Efecto Cocuyo este 20 de agosto, al preguntarle cómo se ajustaría al anuncio presidencial.

Como dueño de una panadería en Prados del Este (municipio Baruta) donde tiene 30 empleados, rápidamente sacó la cuenta. “Solamente en nómina tendré que facturar más de 54.000 Bs. S. (5.400 millones Bs. F.) para mantener a los trabajadores que tengo. Eso es un golpe muy duro“.

Dice que por esto es necesario que en la Gaceta Oficial se formalice el incremento de salario mínimo. Quiere saber cómo tendrá que hacer los ajustes en sus precios para sobrellevar este nuevo costo. Cree que además de este “golpe al comerciante”, llegará otro pronto: la regulación de precios.

El viernes 17 de agosto, el Presidente aseguró que el Gobierno subsidiaría a la pequeña y mediana empresa en los primeros tres meses tras el aumento. Pero no dijo cómo. Al día siguiente, a través de un Facebook Live indicó que para acceder al apoyo económico, los empresarios deberán solicitar el carnet de la patria (herramienta gubernamental para activar bonificaciones sociales) y registrarse en la plataforma patria.org.ve.

“Si no hay otra alternativa, tendré que sacar el carnet”, manifestó Nelson, que desde hace 23 años es comerciante, a Efecto Cocuyo. Ve como una solución el no renovar las plazas vacantes cuando algún empleado renuncie.

El recorte de personal aparece en el horizonte de los comerciantes. “Estas cosas nunca vienen solas. A los comerciantes nos van a dar hasta con el tobo. El problema va a ser mayor con la regulación de los precios, porque así nosotros no podremos ajustarlos para pagar la nómina. Eso sería un cierre técnico o recorte de personal”, explicó.

Antonio llegará de sus vacaciones anuales a ajustar precios en la arepera que mantiene abierta al público desde hace cuatro años en el municipio Chacao. También espera que el aumento del salario esté en Gaceta Oficial para no hacer “doble trabajo”. 

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“Tengo que revisar los precios y subirles el aumento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) de 16% y también el del Impuesto Sobre la Renta (Islr) de 2%. Cuando se implemente el nuevo sueldo mínimo, tendré que cuadruplicar los precios de las arepas y mantener las ventas en el mismo nivel”, precisó el comerciante de Altamira este 20 de agosto.

Tanto Nelson como Antonio expresaron su descontento con la manera en cómo se dará el subsidio. Sienten que el Gobierno los obliga a recurrir al carnet de la patria y quedar registrado en su plataforma, para no ser discriminado. “No quisiera sacar el carnet, pero no tengo opción si es ajuro para acceder al subsidio. Igual, seguramente después será sal y agua”, dijo.

Espera que cuando se publique la Gaceta Oficial y se acuerde cómo será el subsidio, no tenga que recurrir al recorte de personal.

Recurrir al contador

Rosa, dueña de una empresa de impermeabilizantes para exteriores, tendrá una reunión el martes 21 de agosto con su contador. También la tendrá Luis, uno de los propietarios de una ferretería.

Ambos mostraron su confusión por las medidas económicas del fin de semana, reunidos en lo que se ha denominado “El paquetazo de Maduro“. “Con estos anuncios estamos en quiebra, prácticamente. Tenemos inflación y ahora también un aumento de 3.000% en el salario mínimo. Tengo que asesorarme con el contador, porque ahora el capital de la empresa solo es de 50 Bs. S.”, manfestó Luis.

Su ferretería está ubicada en Petare, municipio Sucre del estado Miranda. Desde hace tres años sus puestos de trabajo disminuyeron al igual que sus ventas. Luis reconoce que no sabe qué hacer 11 días antes de ajustar el salario de sus dos empleados.

En el caso de Rosa, también el número de empleados bajó, como las ventas. En el primer semestre de este 2018, tres personas renunciaron y ahora funcionan con ocho trabajadores. “El área de la construcción se ha disminuido. Antes, en una semana pasábamos hasta 20 facturas. Ahora pasamos semanas sin facturar“, afirmó.

Con este escenario, Rosa debe revisar con su contador qué hacer. Dice que aunque sus empleados no reciben salario mínimo, debe hacer algún ajuste en su retribución económica. “Nada está claro todavía, estamos esperando las pautas”, exclamó ante la confusión de los anuncios económicos.

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