Gabriela Piñango es una señora de 60 años. Vive en Petare, municipio Sucre del estado Miranda, pero este viernes 4 de junio acudió al puesto de vacunación contra el COVID-19 en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) en Los Chaguaramos, Caracas.
Contó que tiene meses esperando por las vacunas y con el temor porque un hermano falleció por la enfermedad. Como ella cientos de personas, entre adultos mayores, estudiantes de medicina y odontólogos llegaron desde la madrugada a este sitio de vacunación. Es el segundo que se abre en la capital venezolana casi una semana después de que comenzó la jornada en el hotel Alba Caracas.
«Vengo desde Petare para ver si me logro vacunar. Me dijeron que aquí no había mucha gente. Desde hace meses quiero vacunarme porque mi hermano falleció de COVID-19″, dijo Piñango a Efecto Cocuyo este viernes a las 10:00 de la mañana.
Luis Urbina tiene 62 años. Intentó vacunarse en el hotel Alba Caracas, antiguo Hilton. No tuvo suerte. Había largas colas y no estaba en las listas ni recibió el mensaje de texto que envían desde el Sistema Patria para informar a las personas que son beneficiarias. Todo esto le jugó en contra.
Después de esperar por el SMS, finalmente le llegó y lo enviaron al puesto de vacunación de Los Chaguaramos.
«Intenté en el Alba (Caracas) y no me vacunaron después de más de doce horas en cola. Nos dijeron que se habían acabado las vacunas. Hoy vengo para acá, pero ya recibí mi mensaje», relató.
El odontólogo Alejandro Domínguez aseguró que «se corrió la voz» para la vacunación a «todo el personal de salud», que también hacía cola en la UBV para intentar recibir la primera dosis de una de las vacunas que pueden recibir: la Vero Cell del laboratorio chino Sinopharm o la Sputnik V elaborada en Rusia.
«Se corrió la voz y por eso vinimos, desde estudiantes hasta médicos, todo sector salud de Caracas», expresó Domínguez mientras esperaba en las afueras de la universidad que creó el fallecido Hugo Chávez.
Hace una semana, el ministro de Salud del gobierno de Nicolás Maduro, Carlos Alvarado, informó que desde el 29 de mayo comenzaría una segunda fase de «vacunación masiva» en 27 puestos de vacunación distribuidos en todo el territorio nacional.
Además del personal de salud y adultos mayores, incorporarían a personas menores de 60 años con una o más enfermedades de base que los hace ser «personal de riesgo» si contraen la enfermedad del nuevo coronavirus.
A casi una semana no hay información precisa ni clara. No hay estadísticas, ni la cantidad de personas que han sido beneficiadas. Las vacunas que se usan son 1.300.000 que llegaron de Sinopharm y 500.000 mil de Sputnik V.
Belkis Arena confesó que se fue a su propio riesgo a vacunarse. Es una persona con discapacidad y llegó a la UBV de Los Chaguaramos a las 6:40 de la mañana. La cola para estas personas era más corta y pudo recibir su primera dosis.
«Llegamos a riesgo; sin mensajes y logramos vacunarnos, vinimos a las 6:40 y la cola para personas con discapacidad era corta y pasamos rápido», sostuvo.
Catalina Gómez llevó a sus dos papás, dos personas de la tercera edad a quienes les enviaron el mensaje de texto y los citaron a este puesto de vacunación.
Sin embargo, las largas colas de otras personas que llegaron para intentar vacunarse colmaron los alrededores del recinto universitario.
«Me dicen que este centro de vacunación empezó ayer (jueves), pero que tuvieron pocas vacunas rusas; es decir pocas para mayores de 60 años, que por eso no hubo tanta cola. Estamos citados para las 11:00 a.m., tanto mi papá como mi mamá».
Pidió respetar los horarios y la priorización que ha hecho la administración chavista, pese a la escasa información que existe sobre los puestos en Caracas.
María Bastidas, de 49 años, era una de esas personas que llegó con la esperanza de obtener una dosis. Está desde las 4:00 a.m. en la cola, pero aún no la llaman. Se queja de la lentitud del proceso, pero dijo que acudió porque unos vecinos le avisaron de la jornada.
Con información de Mairet Chourio
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Gabriela Piñango es una señora de 60 años. Vive en Petare, municipio Sucre del estado Miranda, pero este viernes 4 de junio acudió al puesto de vacunación contra el COVID-19 en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV) en Los Chaguaramos, Caracas.
Contó que tiene meses esperando por las vacunas y con el temor porque un hermano falleció por la enfermedad. Como ella cientos de personas, entre adultos mayores, estudiantes de medicina y odontólogos llegaron desde la madrugada a este sitio de vacunación. Es el segundo que se abre en la capital venezolana casi una semana después de que comenzó la jornada en el hotel Alba Caracas.
«Vengo desde Petare para ver si me logro vacunar. Me dijeron que aquí no había mucha gente. Desde hace meses quiero vacunarme porque mi hermano falleció de COVID-19″, dijo Piñango a Efecto Cocuyo este viernes a las 10:00 de la mañana.
Luis Urbina tiene 62 años. Intentó vacunarse en el hotel Alba Caracas, antiguo Hilton. No tuvo suerte. Había largas colas y no estaba en las listas ni recibió el mensaje de texto que envían desde el Sistema Patria para informar a las personas que son beneficiarias. Todo esto le jugó en contra.
Después de esperar por el SMS, finalmente le llegó y lo enviaron al puesto de vacunación de Los Chaguaramos.
«Intenté en el Alba (Caracas) y no me vacunaron después de más de doce horas en cola. Nos dijeron que se habían acabado las vacunas. Hoy vengo para acá, pero ya recibí mi mensaje», relató.
El odontólogo Alejandro Domínguez aseguró que «se corrió la voz» para la vacunación a «todo el personal de salud», que también hacía cola en la UBV para intentar recibir la primera dosis de una de las vacunas que pueden recibir: la Vero Cell del laboratorio chino Sinopharm o la Sputnik V elaborada en Rusia.
«Se corrió la voz y por eso vinimos, desde estudiantes hasta médicos, todo sector salud de Caracas», expresó Domínguez mientras esperaba en las afueras de la universidad que creó el fallecido Hugo Chávez.
Hace una semana, el ministro de Salud del gobierno de Nicolás Maduro, Carlos Alvarado, informó que desde el 29 de mayo comenzaría una segunda fase de «vacunación masiva» en 27 puestos de vacunación distribuidos en todo el territorio nacional.
Además del personal de salud y adultos mayores, incorporarían a personas menores de 60 años con una o más enfermedades de base que los hace ser «personal de riesgo» si contraen la enfermedad del nuevo coronavirus.
A casi una semana no hay información precisa ni clara. No hay estadísticas, ni la cantidad de personas que han sido beneficiadas. Las vacunas que se usan son 1.300.000 que llegaron de Sinopharm y 500.000 mil de Sputnik V.
Belkis Arena confesó que se fue a su propio riesgo a vacunarse. Es una persona con discapacidad y llegó a la UBV de Los Chaguaramos a las 6:40 de la mañana. La cola para estas personas era más corta y pudo recibir su primera dosis.
«Llegamos a riesgo; sin mensajes y logramos vacunarnos, vinimos a las 6:40 y la cola para personas con discapacidad era corta y pasamos rápido», sostuvo.
Catalina Gómez llevó a sus dos papás, dos personas de la tercera edad a quienes les enviaron el mensaje de texto y los citaron a este puesto de vacunación.
Sin embargo, las largas colas de otras personas que llegaron para intentar vacunarse colmaron los alrededores del recinto universitario.
«Me dicen que este centro de vacunación empezó ayer (jueves), pero que tuvieron pocas vacunas rusas; es decir pocas para mayores de 60 años, que por eso no hubo tanta cola. Estamos citados para las 11:00 a.m., tanto mi papá como mi mamá».
Pidió respetar los horarios y la priorización que ha hecho la administración chavista, pese a la escasa información que existe sobre los puestos en Caracas.
María Bastidas, de 49 años, era una de esas personas que llegó con la esperanza de obtener una dosis. Está desde las 4:00 a.m. en la cola, pero aún no la llaman. Se queja de la lentitud del proceso, pero dijo que acudió porque unos vecinos le avisaron de la jornada.
Con información de Mairet Chourio