Gianpiero Fusco LGBTIQ+
Gianpiero Fusco LGBTIQ+

El influencer venezolano Gianpiero Fusco, conocido como “El Tigre” por su estilo de vida fitness y sus particulares dietas que incluyen el consumo de carne cruda, fue tendencia el lunes 15 de abril de 2024 por relacionar el consumo de ciertos compuestos químicos, con la orientación sexual e identidad de género de las personas. 

Una revisión de la evidencia científica más reciente por parte de Cocuyo Chequea, encontró que esto es falso pero además, es un discurso estigmatizante y discriminatorio contras las personas sexodiversas que puede tener consecuencias dentro y fuera de Internet.

Fusco afirmó esto a través de un video en sus redes sociales, luego de añadir (señalando una bandera del movimiento LGBTIQ+), que “aparte del adoctrinamiento que nos quiere meter el sistema, [el cual] es un abuso porque lo que hay es que educar para la diferenciación entre machos y hembras, hombres y mujeres, y después que cada quien haga lo que quiera hacer”.

Agregó que la comida tiene “disruptores endocrinos (…), sustancias que dañan la producción y señalización de hormonas”, relacionando compuestos como el pesticida Atrazina con la feminización, basándose en un estudio del año 2010 que comprueba que las ranas machos expuestas a esta sustancia se feminizan.

Conclusiones erróneas

Aunque es cierto que los disruptores endocrinos alteran el sistema hormonal del organismo humano, la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades (ATSDR) del Departamento de Salud de los Estados Unidos,  aclara que, aunque “se ha demostrado que la atrazina causa alteraciones en los niveles de hormonas en animales, lo que afecta la capacidad para reproducirse, es improbable que algunos de los efectos específicos observados en animales ocurran en seres humanos debido a las diferencias biológicas entre seres humanos y los animales usados en estos estudios”.

La ATSDR también explica que si cierta cantidad de atrazina entra en algún órgano o tejido graso, esta no se acumula ni permanece en el cuerpo, es decir, no es bioacumulativo, ya que “la mayoría de los metabolitos abandonan el cuerpo principalmente en la orina durante las primeras 24 a 48 horas. Una cantidad menor abandona el cuerpo en las heces”.

La baja producción de testosterona no afecta la orientación sexual

En el video, Fusco se refiere al Glifosato como un compuesto que tiene “el maíz de las arepas (…), que es un disruptor endocrino que daña y evita la producción de testosterona crucial para la diferenciación entre machos y hembras”. No obstante, esta afirmación también es falsa.

El Instituto Nacional de Investigación sobre Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente francés (INRAE) demuestra que los herbicidas a base de Glifosato son potencialmente muy tóxicos, siendo disruptores endocrinos que pueden alterar las funciones reproductivas, “por afectar a las concentraciones plasmáticas de la mayoría de las hormonas que regulan la función reproductora (GnRH, LH, FSH, estradiol, progesterona, testosterona)”, y afectar a la expresión de sus receptores en los ovarios, testículos, placenta y útero. 

La ONG ambientalista Greenpeace tiene una campaña global para detener su uso, por ser cancerígeno y contaminante, el cual está restringido o prohibido en varios países de los cinco continentes.

No obstante, solo se pueden atribuir al uso de este pesticida la alteración de las funciones reproductivas, pues la baja producción de testosterona o estrógeno tiene consecuencias en la apariencia física y en el funcionamiento de los órganos reproductivos, sobre todo en las etapas de pubertad y reproducción, pero este no altera la orientación sexual ni identidad de género de las personas.

Además, estudios comprueban que los hombres producen naturalmente pequeñas cantidades de estrógeno, y las mujeres pequeñas cantidades de testosterona para el regular funcionamiento del organismo. 

Los disruptores endocrinos no hacen que el cerebro “se perciba como homosexual”

El 26 de enero de 2024, la unidad de fact-checking El Sabueso, del medio Animal Político de México, realizó una verificación sobre otro video que atribuye la “creciente cantidad de personas que se identifican como parte de la comunidad LGBT+ a causa de que consumen sustancias que alteran las hormonas a través de la comida. Entre ellas nombró sustancias como el glifosato y la atrazina”. 

El médico Aldo Gómez, conocido como Doctor Mickas en redes sociales, explicó a El Sabueso que estos compuestos químicos no pueden alterar las preferencias sexuales o la identidad de género de una persona.

@elsabuesoap

¿La comida puede cambiar tu orientación sexual? Con el apoyo de @Aldo Gómez Mont te contamos qué onda con los disruptores endócrinos y por qué no pueden alterar tus preferencias sexuales . . #disruptoresendocrinos #elsabuesoverifica #lgbt #hormonasalteradas #gayfrogs

♬ original sound – El Sabueso de Animal Político

La diversidad sexual no es una patología

Yendri Velásquez, coordinador del Observatorio Venezolano LGBTIQ+, expresa que “el decir que la comida puede alterar la orientación sexual, identidad y expresión de género, le da una característica a la diversidad sexual de patología”, estigmatizando el proceso individual de que la sexualidad es una decisión, al relacionarla a agentes externos “que podrían cambiarse o evitarse”.

Esto se puede asociar a las “terapias de conversión”, definidas por la Organización de Naciones Unidas (ONU) como “intervenciones de una naturaleza muy amplia, todas las cuales tienen en común la creencia de que la orientación sexual o la identidad de género de una persona puede y debe cambiarse”.  De acuerdo al Experto Independiente de las Naciones Unidas sobre orientación sexual e identidad de género, Víctor Madrigal-Borloz, pueden considerarse “formas de tortura” por lo que deberían prohibirse.

Velásquez expresó al equipo de Cocuyo Chequea que esto “es profundamente grave, porque es la justificación que usan distintos espacios para someter nuestros cuerpos y creencias a torturas y a tratos crueles para cumplir con las convenciones de las normas heterosexuales impuestas por el sistema”. 

Este tipo de declaraciones, como la que hizo Fusco sobre la comida como causante de personas sexodiversas, puede impulsar falsas creencias de “curación” a través de una narrativa discriminatoria, que genera prejuicios hacia la comunidad LGBTIQ+, al vincular la elección de la orientación sexual e identidad de género de cada persona con los alimentos que consume.

Asimismo, la activista y defensora de Derechos Humanos, Richelle Briceño, expresa que “parece que el metamensaje del video es que ser una persona LGBTIQ+ es producto de una enfermedad; al tratar a las personas de la comunidad como “casos en aumento”, generando estigmatización”. 

Además, podría llevar a que “muchas personas pueden dejar de consumir el alimento típico de la arepa por “homosexualizarse” por este prejuicio”, expresa Briceño. Esto implicaría entonces un intento de transformar un elemento esencial de la cultura y gastronomía venezolana.

Fusco ya ha desinformado

En febrero de 2024, nuestros colegas de EsPaja desmintieron la afirmación de Fusco sobre el “daño” de la crema dental como causante de la calcificación de la glándula pineal del cerebro, lo que genera ser “más tonto” y “más dependiende del sistema” por las consecuencias que tiene el flúor.

En este video de sus redes sociales en el que concluye con su frase típica a medias “DIVI…”, resaltando “NO seas tan estúpido”, menciona en la descripción de la publicación de forma sarcástica el consumo de la arepa. Atentando nuevamente con esta comida típica de Venezuela.

En 2020 Cocuyo Chequea también desmintió varias desinformaciones sin base científica sobre el coronavirus COVID-19 de la modelo e influencer venezolana Ruby Demestoy.

En conclusión

La afirmación de Gianpiero Fusco sobre la comida como generadora de personas sexodiversas por tener disruptores endocrinos, es falsa. Al aplicar nuestra metodología de verificación, consultando diversos estudios y fuentes, se concluye que la atrazina y el glifosato son compuestos químicos que en ocasiones afectan la salud reproductiva de las personas, pero no influyen en la orientación sexual, ni la diversidad y expresión de género. Por tanto, es una aseveración que estigmatiza las creencias y decisiones de la comunidad LGBTIQ+.

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