Un motín que terminó en masacre. En el Centro Penitenciario de Los Llanos (Cepella) de Guanare, ubicado a unos 500 kilómetros al suroeste de Caracas, los presos se amotinaron por hambre, según la versión de sus familiares.
“Los familiares llevaban la comida a la entrada del penal y aparentemente los guardias se quedaban con la comida y no se la llevaban a los presos. Los familiares manifiestan que estaban reclamando por comida, por hambre”, declaró a Efecto Cocuyo la directora del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Beatriz Carolina Girón.
Un grupo de privados de libertad se dirigió hasta la puerta del penal, donde estaban una autoridad militar y el director del penal, para reclamar.
Allí es cuando supuestamente ocurre el enfrentamiento y un intento de fuga.
El director del Cepella, Carlos Toro, fue herido con un objeto punzopenetrante en la espalda y la teniente Escarlet González Arenas quedó lesionada por el impacto de cinco esquirlas de granada.
Mientras que el OVP contabiliza al menos 46 reclusos muertos y 50 heridos.
Varela dice que presos fueron amenazados
Según la ministra para el Servicio Penitenciario, Iris Varela, los presos fueron conminados por un líder negativo y su banda a irrumpir con fuerza hacia el portón de la salida.
“Fueron amenazados con armas de fuego a que se fueran y asaltaran a los puestos de seguridad de la cárcel”, afirmó a Últimas Noticias.
El Cepella es una de las cinco cárceles del país que aún no cuenta con el nuevo régimen “abierto” que aplica el Ministerio y está bajo el control de un “pran” de apellido Olivo.
“Los familiares están a las puertas de la morgue para trasladar los cadáveres, pero la medicatura forense de Guanare les pidió cloro y jabón para lavar los cuerpos y entregárselos. Hasta ahora no les permiten verlos, un familiar me dijo que los identifican con fotos que les muestran en una computadora”, informó Girón.
La representante del OVP cuestionó que en el centro penitenciario no se lleve un control de los internos, situación que atribuyó al hacinamiento.
“Esa cárcel está construida para 750 personas y había 2.500. No tienen ni siquiera los números de cédula, los nombres ni apellidos”, señaló.
Dos versiones
Una Ventana a la Libertad (UVL) maneja dos versiones de los hechos: uno responde a una protesta y reclamos que protagonizaron privados de libertad por la escasez de comida y agua que sufren dentro del centro penitenciario.
La otra hipótesis señala al “Olivo”, pran o líder negativo del penal, quien sería el encargado de ordenar un motín como respuesta a la muerte de “su mano derecha”. Una comisión mixta del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, la Dirección General de Contrainteligencia Militar y la Policía de Portuguesa en la población de Biscucuy de la misma entidad, habrían asesinado al aliado de Olivo.
“Supimos que fue por un pase de comida y de repente sucedió todo esto no se sabe por qué (…) nos dicen que nos van a mostrar un listado, pero no nos han dado información de nada, necesitamos saber si nuestros familiares están vivos”, expresa una mujer que se identifica como pariente de uno de los reclusos en un video que publicó UVL.
El Programa Venezolano de Educación-Acción en Derechos Humano (Provea) denunció que esta es la cuarta masacre desde 2017. “39 presos asesinados en Amazonas, 69 murieron en 2018 en PoliCarabobo y 30 en mayo de 2019 en Acarigua. La impunidad favorece que se repitan estas masacres”, señala la ONG.