Los cadáveres de los tres compañeros zulianos del exfuncionario del Cicpc, Óscar Pérez, que murieron junto a él durante el operativo para su captura, ya fueron enterrados en el cementerio de La Chinita de Maracaibo este sábado, 20 de enero, informó un familiar de dos de los fallecidos.
En horas de la tarde se conoció que Abraham Lugo, Jairo Lugo y Daniel Soto Torres serían trasladados a su ciudad de origen. Los cuerpos de otros dos de las víctimas de la “masacre de El Junquito”, José Díaz Pimentel y Abraham Agostini, fueron enterrados en el cementerio del Este en Caracas en la mañana. Todos fueron sepultados por disposición del Gobierno de Nicolás Maduro y sin que los familiares pudieran decidir hacerlo y sin actos velatorios.
El cuerpo de la única mujer entre los asesinados en el operativo del pasado lunes 15 de enero, Lisbeth Ramírez, una enfermera oriunda de San Cristóbal, estado Táchira, también fue trasladado a la ciudad donde se encuentran el hogar de sus familiares más cercanos, para ser enterrada allí. Pasadas las 8:00 de la noche no había recibido cristiana sepultura.
La furgoneta con los restos los hermanos Lugo y de Soto Torres llegó al cementerio alrededor de las 5:30 de la tarde. La entrada del camposanto estaba custodiado por un fuerte contingente de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes, como pasó en el entierro de las víctimas en Caracas, solo permitieron el acceso a contados familiares cercanos. La prensa y simpatizantes del grupo insurgente liderado por Óscar Pérez, Equilibrio Nacional, tuvieron que esperar en la entrada.
Un primo de los Lugo, entrevistado por los medios de comunicación en el sitio, dijo a las 6:20 de la tarde que sus dos parientes y Soto Torrres fueron sepultados en presencia de dolientes cercanos. “Luego que pasaron mis tíos, permitieron que cinco familiares más entráramos”, detalló.
Jairo y Abraham Lugo fueron señalados por el ministro de Relaciones de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, como miembros del grupo de “alzados”, que ingresaron al fuerte Paramacay en el estado Carabobo, donde habrían sustraido una centena de armas de fuego.
Soto Torres era un comunicador social recién graduado que participó en la autodenominada “resistencia”, durante las protestas entre abril y julio de 2017, en la que murieron 120 personas. Los tres se habían unido al grupo liderado por Pérez y se encontraban en la vivienda que fue asaltada por los cuerpos de seguridad, en la que murieron siete miembros de la organización y dos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).
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Los cadáveres de los tres compañeros zulianos del exfuncionario del Cicpc, Óscar Pérez, que murieron junto a él durante el operativo para su captura, ya fueron enterrados en el cementerio de La Chinita de Maracaibo este sábado, 20 de enero, informó un familiar de dos de los fallecidos.
En horas de la tarde se conoció que Abraham Lugo, Jairo Lugo y Daniel Soto Torres serían trasladados a su ciudad de origen. Los cuerpos de otros dos de las víctimas de la “masacre de El Junquito”, José Díaz Pimentel y Abraham Agostini, fueron enterrados en el cementerio del Este en Caracas en la mañana. Todos fueron sepultados por disposición del Gobierno de Nicolás Maduro y sin que los familiares pudieran decidir hacerlo y sin actos velatorios.
El cuerpo de la única mujer entre los asesinados en el operativo del pasado lunes 15 de enero, Lisbeth Ramírez, una enfermera oriunda de San Cristóbal, estado Táchira, también fue trasladado a la ciudad donde se encuentran el hogar de sus familiares más cercanos, para ser enterrada allí. Pasadas las 8:00 de la noche no había recibido cristiana sepultura.
La furgoneta con los restos los hermanos Lugo y de Soto Torres llegó al cementerio alrededor de las 5:30 de la tarde. La entrada del camposanto estaba custodiado por un fuerte contingente de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), quienes, como pasó en el entierro de las víctimas en Caracas, solo permitieron el acceso a contados familiares cercanos. La prensa y simpatizantes del grupo insurgente liderado por Óscar Pérez, Equilibrio Nacional, tuvieron que esperar en la entrada.
Un primo de los Lugo, entrevistado por los medios de comunicación en el sitio, dijo a las 6:20 de la tarde que sus dos parientes y Soto Torrres fueron sepultados en presencia de dolientes cercanos. “Luego que pasaron mis tíos, permitieron que cinco familiares más entráramos”, detalló.
Jairo y Abraham Lugo fueron señalados por el ministro de Relaciones de Interior, Justicia y Paz, Néstor Reverol, como miembros del grupo de “alzados”, que ingresaron al fuerte Paramacay en el estado Carabobo, donde habrían sustraido una centena de armas de fuego.
Soto Torres era un comunicador social recién graduado que participó en la autodenominada “resistencia”, durante las protestas entre abril y julio de 2017, en la que murieron 120 personas. Los tres se habían unido al grupo liderado por Pérez y se encontraban en la vivienda que fue asaltada por los cuerpos de seguridad, en la que murieron siete miembros de la organización y dos funcionarios de la Policía Nacional Bolivariana (PNB).