El brote de difteria que comenzó en Venezuela en julio de 2016 aún sigue activo en el país y ha generado 25 casos sospechosos durante las primeras cinco semanas de 2020, según el último boletín epidemiológico de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con el informe, publicado la primera semana de marzo, Venezuela notificó 3.060 casos entre julio de 2016 y diciembre de 2019, de los cuales se confirmaron 1.785. En total, 292 personas murieron en ese período, siendo 2018 el año con más casos sospechosos (1.208) y con más muertes (151).
Solo en 2019 se registraron 488 casos sospechosos y 21 decesos. En 2019 se registraron casos en todas las edades, pero la tasa de letalidad más alta ese año la tuvo el grupo de 5 a 9 años de edad, seguida por el grupo de 1 año y el grupo de personas entre los 40 y los 49 años.
En 2020, hasta el 1 de febrero, de los 25 casos sospechosos en el país se habían confirmado dos. Venezuela y Haití son los únicos países de América Latina que reportaron casos de difteria en la región. En Venezuela los casos se identificaron en dos municipios de dos estados, pero el informe de la OPS no indica cuáles son. En 2019 se habían reportado casos en 17 estados.
La OPS recomienda a los Estados a garantizar coberturas de vacunación superiores al 95% con las primeras tres dosis y los tres refuerzos para brindar protección durante toda la adolescencia y la edad adulta «hasta los 39 años y posiblemente más».
El organismo recordó que los grupos en mayor riesgo son los niños menores de 5 años no vacunados, los escolares, los trabajadores de la salud, el personal de servicio militar, las comunidades penitenciarias y las personas que estén en contacto permanente y directo con un elevado número de personas.
La Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública (Svsp) publicaron su vigésima octava actualización sobre difteria tras la difusión del reporte de la OPS. Allí se destaca que aunque la letalidad se redujo a 9,47% en 2019, es aún más elevada de lo que se puede esperar, dato que indica «que se están realizando diagnósticos tardíos y tratamientos inapropiados» y, además, que no se cumplen las normas que permitirían reducir esa mortalidad.
«Las elevadas cifras de letalidad registradas, son entre 2 y 3 veces mayores a la esperadas para esta enfermedad en tiempos modernos, cuando se debería disponer de recursos diagnósticos, y tratamiento apropiado con antitoxina diftérica y antibióticos en cantidad suficiente, que resultan efectivos, cuando estos se aplican en forma oportuna y precozmente, la letalidad se reduce», expresa el documento.
Según la actualización, de los reportes de la OPS se desprende que el 2018 fue el año con el peor impacto de la difteria en Venezuela, con una letalidad al menos dos veces superior a lo que se espera y mayor que la notificada en Haití en el mismo lapso.
No obstante, el reporte denuncia inconsistencias numéricas en los datos contenidos en los últimos boletines de la OPS, pues se modificaron cifras sin explicación y sin incluir alguna fe de errata.
«Tales inconsistencias reflejan importantes fallas en los procesos de recolección de información, clasificación de casos y uso de criterios diagnósticos dispares, notificación no oportuna, registros inadecuados, errores de transcripción, retrasos y fallas, uso de bases de datos no unificadas, carencia de sistematización, errores de procesamiento e insuficiente análisis, que restan credibilidad y confiabilidad a los datos«, añade la Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Svsp.
El Estado venezolano no publica boletines epidemiológicos desde 2017, cuando la gestión Antonieta Caporale en el Ministerio de Salud publicó el boletín correspondiente a la semana epidemiológica 52 de 2016, que evidenciaba un aumento en las tasas de mortalidad infantil y neonatal.
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De acuerdo con el informe, publicado la primera semana de marzo, Venezuela notificó 3.060 casos entre julio de 2016 y diciembre de 2019, de los cuales se confirmaron 1.785. En total, 292 personas murieron en ese período, siendo 2018 el año con más casos sospechosos (1.208) y con más muertes (151).
Solo en 2019 se registraron 488 casos sospechosos y 21 decesos. En 2019 se registraron casos en todas las edades, pero la tasa de letalidad más alta ese año la tuvo el grupo de 5 a 9 años de edad, seguida por el grupo de 1 año y el grupo de personas entre los 40 y los 49 años.
En 2020, hasta el 1 de febrero, de los 25 casos sospechosos en el país se habían confirmado dos. Venezuela y Haití son los únicos países de América Latina que reportaron casos de difteria en la región. En Venezuela los casos se identificaron en dos municipios de dos estados, pero el informe de la OPS no indica cuáles son. En 2019 se habían reportado casos en 17 estados.
La OPS recomienda a los Estados a garantizar coberturas de vacunación superiores al 95% con las primeras tres dosis y los tres refuerzos para brindar protección durante toda la adolescencia y la edad adulta «hasta los 39 años y posiblemente más».
El organismo recordó que los grupos en mayor riesgo son los niños menores de 5 años no vacunados, los escolares, los trabajadores de la salud, el personal de servicio militar, las comunidades penitenciarias y las personas que estén en contacto permanente y directo con un elevado número de personas.
La Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Sociedad Venezolana de Salud Pública (Svsp) publicaron su vigésima octava actualización sobre difteria tras la difusión del reporte de la OPS. Allí se destaca que aunque la letalidad se redujo a 9,47% en 2019, es aún más elevada de lo que se puede esperar, dato que indica «que se están realizando diagnósticos tardíos y tratamientos inapropiados» y, además, que no se cumplen las normas que permitirían reducir esa mortalidad.
«Las elevadas cifras de letalidad registradas, son entre 2 y 3 veces mayores a la esperadas para esta enfermedad en tiempos modernos, cuando se debería disponer de recursos diagnósticos, y tratamiento apropiado con antitoxina diftérica y antibióticos en cantidad suficiente, que resultan efectivos, cuando estos se aplican en forma oportuna y precozmente, la letalidad se reduce», expresa el documento.
Según la actualización, de los reportes de la OPS se desprende que el 2018 fue el año con el peor impacto de la difteria en Venezuela, con una letalidad al menos dos veces superior a lo que se espera y mayor que la notificada en Haití en el mismo lapso.
No obstante, el reporte denuncia inconsistencias numéricas en los datos contenidos en los últimos boletines de la OPS, pues se modificaron cifras sin explicación y sin incluir alguna fe de errata.
«Tales inconsistencias reflejan importantes fallas en los procesos de recolección de información, clasificación de casos y uso de criterios diagnósticos dispares, notificación no oportuna, registros inadecuados, errores de transcripción, retrasos y fallas, uso de bases de datos no unificadas, carencia de sistematización, errores de procesamiento e insuficiente análisis, que restan credibilidad y confiabilidad a los datos«, añade la Red Defendamos la Epidemiología Nacional y la Svsp.
El Estado venezolano no publica boletines epidemiológicos desde 2017, cuando la gestión Antonieta Caporale en el Ministerio de Salud publicó el boletín correspondiente a la semana epidemiológica 52 de 2016, que evidenciaba un aumento en las tasas de mortalidad infantil y neonatal.