Hospital del Seguro Social de La Ovallera, en Palo Negro, Aragua. Era medianoche del sábado 29 de octubre, seis días después de su ingreso. Se sentía el silencio típico de las horas tardías, solo interrumpido por los gritos de su hermana. Exigía una explicación. No podía entender que unas horas antes le habían asegurado que Neida se hallaba estable y ahora se encontraba allí su cuerpo inerte. La única respuesta que obtuvo fue el abrazo de su familia, tan desconsolada como ella, porque ningún médico apareció para explicar qué había pasado. Tenían una semana ocultando el verdadero estado de Neida y esa noche, cuando falleció, no fue la diferencia. Desde la morgue de Caña de Azúcar, donde le hacían la autopsia a su hermana, Mervis contó que todo el personal se escondió en un cuarto del hospital para no tener que enfrentarla. Para Neida, Mervis y el resto de su familia, la pesadilla empezó el lunes 24 de octubre, el que pensaban sería uno de los días más felices: había nacido el quinto hijo de Neida, una ama de casa dedicada a su hogar. El parto fue natural y todo salió bien. El miércoles esperaban que ambos fueran dados de alta y volvieran a su hogar, pero pasó todo lo contrario; Neida empezó a sentirse mal. Se quejó de dolores abdominales y su temperatura subió de una forma inexplicable. Luego de dos días de aislamiento, la familia de Neida se enteró, a través de “los caminos verdes”, de lo que pasaba: durante el parto se había contagiado de streptococcus pyogenes, una bacteria que puede producir faringitis, escarlatina y, en los peores casos, la muerte. La había adquirido en un hospital donde tuvieron que llevar hasta los antibióticos y sueros para atenderlas, porque “aquí no hay”. Ese día hasta funcionarios policiales del Cicpc se acercaron al hospital, aunque la protesta era pequeña. El viernes los familiares se organizaron y protestaron. Ese día les dejaron ver a Neida, pero de lejos. Solo pudieron hacerle señas y brindarle una sonrisa de apoyo. A su bebé, recién nacido, tampoco lo dejaron ver por mucho tiempo. Justo ese día, quizá por la atención de los medios que atrajo la protesta, en el hospital “aparecieron” los medicamentos que todos necesitaban. El sábado permitieron a Mervis y su cuñado ingresar y hablar con Neida. “Nos dijo que se sentía bien, que no sentía dolor, pero en la cara se le notaba que sí. Tenía muy mal semblante”. La incertidumbre siguió, y a eso de las 6:00 pm apareció la que la familia califica como la única doctora sincera y humana con la que conversaron durante esa semana de terror. Les dijo que su hermana estaba muy grave, y que la iba a entubar para intentar salvarle la vida. “No me explico por qué no les quieren decir”, admitió. El domingo, aún sumidos en el dolor, los familiares fueron al Cicpc de Caña de Azúcar para poner la denuncia y exigir que se le hiciera una autopsia legal. El resultado fue el esperado: a Neida la mató la contaminación del hospital. Cinco niños quedan huérfanos porque un hospital no tiene las medidas mínimas de higiene. “Siento como si esto fuera una película de terror. Ella fue al hospital a tener a otro bebé, y ahora nos toca decirle a los niños que su mamá no va a volver a casa“, dijo Mervis con la voz quebrada. En la mañana de este lunes 31 de octubre Mervis seguía en la morgue, haciendo los trámites para que le entregaran el cuerpo de su hermana. Mientras conversaba con Efecto Cocuyo, la llamaron para contarle que otra de las mamás, que estaba en la misma condición de su hermana, había fallecido por la misma bacteria. No llegaba a los 18 años. Feder Álvarez, secretario del Colegio de Médicos de Aragua, denunció que ya iban cuatro muertes por el mismo motivo. La de la última joven sería la quinta. Quedan dos más en terapia intensiva, luchando por vivir. Y el silencio sigue. En el hospital “no están muy prestos a dar información, les da miedo”. La contaminación de los hospitales es una de las principales causas del incremento de la mortalidad materna en el país. Para el 25 de junio en el país se habían registrado 333 defunciones en todo el país. En los últimos tres años, la razón de mortalidad materna aumentó 63,5%. Neida y las otras cinco mujeres fallecidas en el hospital ahora se suman. Pero ni ellas ni ninguna son cifras: todas son mujeres cuyas vidas se apagaron por la deficiente política de salud del Gobierno. Foto: El Pitazo]]>
Una "película de terror" viven familiares de fallecidas por contaminación en hospital del Ivss
