Prevención del suicidio: una prioridad que involucra a toda la población

SALUD · 10 SEPTIEMBRE, 2021 19:30

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Mariana Souquett Gil | @nanasouquett

Foto por Efecto Cocuyo

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El suicidio es un problema de salud pública mundial y una prioridad que debe movilizar a toda la población. El suicidio se puede prevenir: ese es uno de los recordatorios que se amplifican cada 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha para tomar medidas y reducir el estigma social.

Una de cada 100 muertes en el mundo son por suicidio. Cada año se quitan la vida más de 700.000 personas; una cada 40 segundos y muchas más intentan hacerlo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente pierden la vida más personas por suicidio que por VIH, paludismo o cáncer de mama, y en algunos lugares, incluso más que por guerras y homicidios.

Para 2021 el lema del día es “Crear esperanza a través de la acción”, una frase para reflejar la necesidad de una acción colectiva para abordar el suicidio entre familiares, amigos, compañeros de trabajo, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, funcionarios, políticos y gobiernos.

El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años, de acuerdo con la OMS. En las Américas, 97.339 personas murieron por suicidio en 2019 y además se estima que los intentos de suicidio pueden haber sido 20 veces esa cifra.

«El suicidio es un proceso. Nos sitúa en una persona que está sufriendo. Como familiares, como amigos o como compañeros de alguien que esté muy preocupado, que esté enfermo, debemos estar atentos, porque en ese proceso la persona da indicios, señales, síntomas, que si nosotros estamos atentos a identificarlos, en ese proceso podemos evitar muertes, podemos cambiar esos números que no son números, son personas», dice Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social a Efecto Cocuyo. 

La especialista apunta que aunque las estadísticas mundiales indican que las personas con más riesgo generalmente son los hombres mayores de 50 años, en algunos países los números han cambiado, incluso tras la llegada de la pandemia de COVID-19. 

La pandemia también ha afectado

En en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio en 2021, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la pandemia de COVID-19 ha amplificado los factores de riesgo asociados al suicidio, como la pérdida de empleo o ingresos, los traumas o abusos, los trastornos mentales y las barreras de acceso a la atención de salud.

«También debemos saber que cada país puede tener grupos vulnerables, por eso es importante que los investigadores y los profesionales vean las variables que pueden hacer presión sobre la salud mental. Sabemos además que la pandemia restó salud mental a muchas personas en el mundo entero, por lo tanto hoy es un día de concientización, de llamar la atención sobre el cuidado de la salud mental y sobre esa prevención que podemos hacer en suicidio», añade Acosta.

La prevención del suicidio debe tener un rol central en las agendas de salud pública, según la OPS, pues cada muerte por suicidio también impacta a las familias, las comunidades y las sociedades.

«Pone en sufrimiento a la familia entera, porque es muy duro despertar un día con esa terrible noticia: que perdiste a un familiar de un momento a otro. Enfrentar la muerte es una situación difícil, pero es mucho más difícil cuando esa muerte es inesperada, o es de una persona joven, o no nos dimos cuenta. La familia queda muy golpeada y sufre por eso mismo», dice la investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (Cendes-UCV). 

Renato Oliveira, jefe de la Unidad de Salud Mental de la OPS, aseguró por su parte, en un comunicado de la organización, que se necesita una acción de toda la sociedad para poner fin a estas muertes: «Requerimos del compromiso de los gobiernos para invertir y crear una estrategia nacional integral que mejore la prevención y la atención del suicidio».

Cómo ayudar

Entre los factores de riesgo para el suicidio están los trastornos mentales, en particular la depresión, además del consumo de alcohol, vivencias de conflictos, catástrofes, actos violentos, abusos, pérdida de seres queridos y sensación de aislamiento, explica la OMS

«Si hay personas que tengan antecedentes psicológicos, si hay algún problema, hablemos del suicidio, de la tristeza, hablemos con naturalidad sin juzgar. Uno de los objetivos de llamar la atención sobre el suicidio es para que naturalicemos hablemos de eso y no juzguemos ni estigmaticemos a alguien que sufra algún trastorno como la depresión, por ejemplo», destaca Acosta. 

Muchos casos también pueden ocurrir en personas de manera impulsiva en situaciones de crisis en las que no pueden afrontar tensiones como los problemas económicos, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicas También ocurren suicidios entre grupos en situaciones de vulnerabilidad y discriminación, como refugiados y migrantes, personas de la comunidad Lgbtiq+, reclusos o pueblos indígenas. 

«Debemos también estar atentos a los signos que nos puede enviar la gente. Una negatividad muy acentuada, como cuando saludamos a alguien y que te diga ‘mal, aquí, regular, luchando’, o que tú lo invites a salir y no quiere, eso es signo de negatividad acentuada en estos tiempos y nos tiene que llamar la atención», explica la investigadora del Cendes-UCV.

Acompañar a la persona y animarla a buscar ayuda profesional también es una de las recomendaciones para prevenir el suicidio.

«Si vemos que alguien a nuestro alrededor cambia su comportamiento, se desconecta con la vida o no quiere seguir viviendo, si ves que le ha perdido sentido a la vida, es el momento de buscar ayuda especializada. Muchas veces el que está deprimido no busca ayuda por sí mismo, entonces nos toca a nosotros buscar un profesional y decirle ‘tengo esta situación en casa, tengo esto, percibo que un compañero de trabajo está de esta manera’, entonces el profesional te indicará que lo tomes y lo lleves o que lo escuches, o que identifiques en su discurso si hay ideación suicida». 

Cuidarse en Venezuela 

En un contexto de crisis económica y emergencia humanitaria compleja en Venezuela, Yorelis Acosta, especialista en intervención psicosocial, asegura que todos deben cuidarse en el país, pues la situación diaria puede ser agotadora y la tarea más sencilla puede tornarse difícil. 

«Ya solo la crisis económica es un factor que te quita tranquilidad, y entendamos salud mental como tranquilidad, tranquilidad para enfrentar el día a día, para resolver, y también para poder identificar nuestros recursos psicológicos y nuestros recursos sociales y familiares para resolver ese día a día. En un país como este todos nos tenemos que cuidar porque todo es muy difícil. Todo es muy agotador», indica. 

Para Venezuela, la psicóloga llama a cuidar la tranquilidad y entender que cada quien lleva su propio «sube y baja emocional».

«Tenemos que cuidar nuestra tranquilidad, nuestro descanso, nuestras relaciones sociales, nuestras relaciones familiares, desarrollar la paciencia, la tolerancia. La tolerancia para entender que alguien cercano puede responder mal y que tú puedas no engancharte a esa respuesta a veces sobreexagerada que puede dar alguien, alguien que esté de mal humor y dice algo malo», añade. «Aún en crisis, nosotros debemos hacer cosas por nuestro descanso y por tener espacios para conectarnos con la vida»

Sin embargo, explica que hay que estar atentos y saber si hay personas a nuestro alrededor que tengan antecedentes de trastornos psicológicos o inestabilidad emocional, pues la pandemia ha exacerbado esas condiciones.

«Si hay personas con un trastorno psicológico ya diagnosticado, como depresión o ansiedad, eso se acentúa en estos momentos y necesitamos entonces estar en contacto con su médico, ayudarlo en la búsqueda de medicación y que se lo tome con regularidad. Hay muchas cosas que podemos hacer», agrega. 

SALUD · 10 SEPTIEMBRE, 2021

Prevención del suicidio: una prioridad que involucra a toda la población

Texto por Mariana Souquett Gil | @nanasouquett
Foto por Efecto Cocuyo

El suicidio es un problema de salud pública mundial y una prioridad que debe movilizar a toda la población. El suicidio se puede prevenir: ese es uno de los recordatorios que se amplifican cada 10 de septiembre, Día Mundial de la Prevención del Suicidio, una fecha para tomar medidas y reducir el estigma social.

Una de cada 100 muertes en el mundo son por suicidio. Cada año se quitan la vida más de 700.000 personas; una cada 40 segundos y muchas más intentan hacerlo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), anualmente pierden la vida más personas por suicidio que por VIH, paludismo o cáncer de mama, y en algunos lugares, incluso más que por guerras y homicidios.

Para 2021 el lema del día es “Crear esperanza a través de la acción”, una frase para reflejar la necesidad de una acción colectiva para abordar el suicidio entre familiares, amigos, compañeros de trabajo, educadores, líderes religiosos, profesionales de la salud, funcionarios, políticos y gobiernos.

El suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años, de acuerdo con la OMS. En las Américas, 97.339 personas murieron por suicidio en 2019 y además se estima que los intentos de suicidio pueden haber sido 20 veces esa cifra.

«El suicidio es un proceso. Nos sitúa en una persona que está sufriendo. Como familiares, como amigos o como compañeros de alguien que esté muy preocupado, que esté enfermo, debemos estar atentos, porque en ese proceso la persona da indicios, señales, síntomas, que si nosotros estamos atentos a identificarlos, en ese proceso podemos evitar muertes, podemos cambiar esos números que no son números, son personas», dice Yorelis Acosta, psicóloga clínica y social a Efecto Cocuyo. 

La especialista apunta que aunque las estadísticas mundiales indican que las personas con más riesgo generalmente son los hombres mayores de 50 años, en algunos países los números han cambiado, incluso tras la llegada de la pandemia de COVID-19. 

La pandemia también ha afectado

En en el marco del Día Mundial para la Prevención del Suicidio en 2021, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) advierte que la pandemia de COVID-19 ha amplificado los factores de riesgo asociados al suicidio, como la pérdida de empleo o ingresos, los traumas o abusos, los trastornos mentales y las barreras de acceso a la atención de salud.

«También debemos saber que cada país puede tener grupos vulnerables, por eso es importante que los investigadores y los profesionales vean las variables que pueden hacer presión sobre la salud mental. Sabemos además que la pandemia restó salud mental a muchas personas en el mundo entero, por lo tanto hoy es un día de concientización, de llamar la atención sobre el cuidado de la salud mental y sobre esa prevención que podemos hacer en suicidio», añade Acosta.

La prevención del suicidio debe tener un rol central en las agendas de salud pública, según la OPS, pues cada muerte por suicidio también impacta a las familias, las comunidades y las sociedades.

«Pone en sufrimiento a la familia entera, porque es muy duro despertar un día con esa terrible noticia: que perdiste a un familiar de un momento a otro. Enfrentar la muerte es una situación difícil, pero es mucho más difícil cuando esa muerte es inesperada, o es de una persona joven, o no nos dimos cuenta. La familia queda muy golpeada y sufre por eso mismo», dice la investigadora del Centro de Estudios para el Desarrollo de la Universidad Central de Venezuela (Cendes-UCV). 

Renato Oliveira, jefe de la Unidad de Salud Mental de la OPS, aseguró por su parte, en un comunicado de la organización, que se necesita una acción de toda la sociedad para poner fin a estas muertes: «Requerimos del compromiso de los gobiernos para invertir y crear una estrategia nacional integral que mejore la prevención y la atención del suicidio».

Cómo ayudar

Entre los factores de riesgo para el suicidio están los trastornos mentales, en particular la depresión, además del consumo de alcohol, vivencias de conflictos, catástrofes, actos violentos, abusos, pérdida de seres queridos y sensación de aislamiento, explica la OMS

«Si hay personas que tengan antecedentes psicológicos, si hay algún problema, hablemos del suicidio, de la tristeza, hablemos con naturalidad sin juzgar. Uno de los objetivos de llamar la atención sobre el suicidio es para que naturalicemos hablemos de eso y no juzguemos ni estigmaticemos a alguien que sufra algún trastorno como la depresión, por ejemplo», destaca Acosta. 

Muchos casos también pueden ocurrir en personas de manera impulsiva en situaciones de crisis en las que no pueden afrontar tensiones como los problemas económicos, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicas También ocurren suicidios entre grupos en situaciones de vulnerabilidad y discriminación, como refugiados y migrantes, personas de la comunidad Lgbtiq+, reclusos o pueblos indígenas. 

«Debemos también estar atentos a los signos que nos puede enviar la gente. Una negatividad muy acentuada, como cuando saludamos a alguien y que te diga ‘mal, aquí, regular, luchando’, o que tú lo invites a salir y no quiere, eso es signo de negatividad acentuada en estos tiempos y nos tiene que llamar la atención», explica la investigadora del Cendes-UCV.

Acompañar a la persona y animarla a buscar ayuda profesional también es una de las recomendaciones para prevenir el suicidio.

«Si vemos que alguien a nuestro alrededor cambia su comportamiento, se desconecta con la vida o no quiere seguir viviendo, si ves que le ha perdido sentido a la vida, es el momento de buscar ayuda especializada. Muchas veces el que está deprimido no busca ayuda por sí mismo, entonces nos toca a nosotros buscar un profesional y decirle ‘tengo esta situación en casa, tengo esto, percibo que un compañero de trabajo está de esta manera’, entonces el profesional te indicará que lo tomes y lo lleves o que lo escuches, o que identifiques en su discurso si hay ideación suicida». 

Cuidarse en Venezuela 

En un contexto de crisis económica y emergencia humanitaria compleja en Venezuela, Yorelis Acosta, especialista en intervención psicosocial, asegura que todos deben cuidarse en el país, pues la situación diaria puede ser agotadora y la tarea más sencilla puede tornarse difícil. 

«Ya solo la crisis económica es un factor que te quita tranquilidad, y entendamos salud mental como tranquilidad, tranquilidad para enfrentar el día a día, para resolver, y también para poder identificar nuestros recursos psicológicos y nuestros recursos sociales y familiares para resolver ese día a día. En un país como este todos nos tenemos que cuidar porque todo es muy difícil. Todo es muy agotador», indica. 

Para Venezuela, la psicóloga llama a cuidar la tranquilidad y entender que cada quien lleva su propio «sube y baja emocional».

«Tenemos que cuidar nuestra tranquilidad, nuestro descanso, nuestras relaciones sociales, nuestras relaciones familiares, desarrollar la paciencia, la tolerancia. La tolerancia para entender que alguien cercano puede responder mal y que tú puedas no engancharte a esa respuesta a veces sobreexagerada que puede dar alguien, alguien que esté de mal humor y dice algo malo», añade. «Aún en crisis, nosotros debemos hacer cosas por nuestro descanso y por tener espacios para conectarnos con la vida»

Sin embargo, explica que hay que estar atentos y saber si hay personas a nuestro alrededor que tengan antecedentes de trastornos psicológicos o inestabilidad emocional, pues la pandemia ha exacerbado esas condiciones.

«Si hay personas con un trastorno psicológico ya diagnosticado, como depresión o ansiedad, eso se acentúa en estos momentos y necesitamos entonces estar en contacto con su médico, ayudarlo en la búsqueda de medicación y que se lo tome con regularidad. Hay muchas cosas que podemos hacer», agrega. 

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