Este 4 de febrero, Día Mundial contra el Cáncer, es una fecha para actuar en la prevención y control de esta enfermedad, pero en Venezuela no es así, pues la vida de los pacientes pende de un hilo: la red de atención pública no les ofrece tratamientos ni insumos ni equipos para el diagnóstico temprano.
«El Estado nos condena a muerte». Con esa frase resumieron las calamidades que hoy en día sufren quienes tienen patologías cancerígenas y que, este viernes, se concentraron en las puertas del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) para exigir la entrega no solo de medicamentos, sino también la rehabilitaciones de las unidades oncológicas en el interior del país.
Mildred Varela, paciente y vocera de la ONG Aconvida, dijo que no se pueden acostumbrar a morir. «La vida de nosotros la decide Dios y no el gobierno. Hoy seguro habrá regalía de medicamentos, pero necesitamos que eso sea la cotidianidad, que se normalice la situación en todos los centros asistenciales de la red pública, en el ámbito nacional».
Dijo que desde le interior, llegan a la capital muchas mujeres a buscar tratamientos, porque en sus regiones hace meses que no hay. «Aquí las personas se postran en una cama a esperar lo peor, sufren durante cuatro o cinco meses porque no hay morfina para calmar el dolor«, denunció.
La falta de tomógrafos, de inmunosupresores, de marcadores tumorales, de inmunohistoquística, de gammagrafía ósea, de cupos en los quirófanos y de medicamentos para el mantenimiento fueron las quejas del grupo de mujeres que se hizo visible en la esquina de Altagracia, a media cuadra de la vicepresidencia del gobierno que administra Nicolás Maduro.
Clamaron respuestas inmediatas, pues las opciones solo las ofrece el sector privado a un costo que la mayoría no puede sostener. Solo para hacer una tomografía con contraste deben tener como mínimo150 dólares.
De acuerdo con Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), más de 74 mil connacionales fueron diagnosticados con diferentes tipos de cáncer, solo en 2021. En ese mismo lapso murieron cerca de 30 mil personas por las consecuencia de la patología.