La semana pasada Robert Labrador debía iniciar su tratamiento. Estaba pautado que el niño de siete años recibiera su quimioterapia de mantenimiento para tratar la leucemia que padece, pero no pudo. En el hospital de niños José Manuel de los Ríos, donde recibe atención médica, no hay cómo preparar las quimios desde hace cuatro meses.

El pasado viernes, 13 de julio, médicos del servicio de Hematología del centro pediátrico denunciaron al director del hospital, Exavier Campos, las precarias condiciones en las que trabajan.

La escasez de drogas antineoplásicas —medicamento que impide el crecimiento y desarrollo de células tumorales— es el mal que afecta a todos los pacientes oncológicos del hospital. Actualmente, el servicio solo cuenta con Prednisona oral para el tratamiento de leucemia y linfomas, los dos tipos de cáncer más frecuentes en niños.

El único fármaco suministrado el Ministerio de Salud con el que cuenta el principal hospital infantil del país es la Prednisona oral. Los padres deben correr con los gastos de los esquemas de quimioterapia de sus hijos o reunir suficientes donaciones para completar los ciclos de tratamiento.

Sin embargo, ni teniendo la dotación completa de antineoplásicos los servicios de Hematología y Oncología estarían totalmente operativos. La campana de flujo laminar, equipo en el que se preparan las mezclas de quimioterapias, no funciona desde hace meses.

Un centro privado facilitó sus instalaciones a los galenos del J.M. de los Ríos para preparar las mezclas. No obstante, la concesión terminó y, desde el lunes 9 de julio, los pacientes se quedaron sin recibir sus quimios.

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Para esta semana y a partir de este lunes, 16 de julio, se acordó preparar el tratamiento en el Hospital Domingo Luciani y trasladarlo hasta el centro pediátrico, en el otro extremo de la ciudad. Pero los horarios de trabajo del nosocomio ubicado en El Llanito dificultan hacer el seguimiento de la enfermedad en los pacientes.

“Yo no sé si a mi hijo mañana le puedan hacer la punción lumbar (procedimiento médico para hacer seguimiento a la enfermedad) ni si le van a colocar su quimio de mantenimiento”, lamentó Geraldine Labrador, madre de Robert.

“Todos los niños estuvieron una semana sin tratamiento y esta semana deberían reanudarlo. No se pueden retrasar porque, si lo hacen, entonces pueden tener una recaída y padecer un cáncer más fuerte”, agregó.

Quimios interrumpidas

Desde principios de 2018 las madres de los pacientes del J.M. de los Ríos luchan por la continuidad del tratamiento de sus hijos. Sin embargo, la falta de medicamentos oncológicos y de agua hacen cuesta arriba la batalla contra el cáncer.

A finales de mayo, el servicio de Hematología estuvo dos semanas con las quimioterapias suspendidas por fallas en el suministro de agua. Para esa fecha, unos 16 niños tenían previsto iniciar su tratamiento; mientras que otros 20 necesitaban procedimientos en quirófano.

Un mes antes, a principios de abril de este año, madres y pacientes protestaron a las puertas del hospital para exigir la dotación de quimioterapias y de equipos de radioterapias. En ese momento denunciaron que la campana de mezclas estaba inoperativa. Hasta la fecha, no ha sido reparada.

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