La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) aseguró este martes, 12 de noviembre, que casi medio millón de migrantes venezolanos, empujados a salir del país por la crisis económica, sufrieron inseguridad alimentaria.
Según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2019 —elaborado por la FAO en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)—, miles de venezolanos padecieron interrupciones parciales o totales en el acceso a los alimentos durante su viaje a tres países vecinos.
«Debido a que parte de esa población migra en condiciones económicas precarias, en ocasiones con recursos insuficientes para comprar alimentos, se estima que 400.000 migrantes en tránsito hacia Colombia, Ecuador y Perú experimentaron inseguridad alimentaria aguda«, dice el reporte presentado en Chile.
El informe también resalta que, en total, 4,2 millones de personas estuvieron en situación de inseguridad alimentaria en 2018 en la región, con la necesidad de acciones urgentes.
La subalimentación (consumo insuficiente de alimentos) disminuyó en toda la región pero aumentó en Venezuela. La prevalencia creció de 9,5%, en 2013-2015, a 21,2% en el trienio 2016-2018, cifra que señala que 6,8 millones de personas estuvieron subalimentadas en el país en 2018. Venezuela está solo por detrás de Haití.
La FAO destaca que en toda la región de América Latina y el Caribe se observan signos de deterioro del poder adquisitivo en los últimos 5 años. La pobreza extrema también aumentó de 7,8 % a 10,2 %: de 47 millones de personas se pasó a 63 millones de personas.
Dos meses antes, en septiembre, la FAO publicó el informe trimestral mundial “Perspectivas de cosechas y situación alimentaria”, en el cual Venezuela aparecía, por sexto mes consecutivo, como uno de los 41 países que necesitan asistencia alimentaria exterior.
En toda la región, se tiene como meta reducir las muertes evitables de recién nacidos a 12 por cada 1.000 nacidos vivos, al igual que disminuir las muertes de niños menores de cinco años a una tasa de 25 niños por cada 1.000 nacidos vivos.
El reporte de la FAO resalta que la mortalidad neonatal se redujo en América Latina y el Caribe en los últimos años, menos en Venezuela, donde entre el 2015 y 2017 pasó de 14,5 a 19,8 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.
En total, nueve países aún no cumplen la meta: Santa Lucía, Guatemala, Trinidad y Tobago, Bolivia, Guyana, República Dominicana, Dominica, Haití y Venezuela.
La mortalidad en menores de cinco años también incrementó en Venezuela: ya en 2015 la tasa se encontraba 22,5 puntos por debajo de la meta establecida. «Según los datos disponibles más recientes, en la actualidad supera las 30 muertes por cada 1.000 nacidos vivos«, señala el reporte.
El organismo destaca que el desarrollo de enfermedades en los niños está estrechamente relacionado con la carencia de nutrientes. Subraya que 45% de las muertes infantiles a nivel global tienen como causa subyacente la malnutrición.
En el caso de la mortalidad materna, destaca que ya en 2015 Venezuela tenía una tasa de mortalidad de 95 por cada 100.000 nacidos vivos. Es uno de los 13 países, de un total de 30 estudiados, que tienen tasas mayores por encima de la meta de 70 por cada 100.000 nacidos vivos.
La FAO afirma que la nutrición de la madre también es importante para el recién nacido, pues determina su peso al nacer, su salud y su estado nutricional, y por lo tanto su pronóstico de vida. «La consecuencia más frecuente del retraso del crecimiento intrauterino es el bajo peso al nacer y la mortalidad de estos niños es superior a la de los que nacen con un peso adecuado», expresa el documento.
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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) aseguró este martes, 12 de noviembre, que casi medio millón de migrantes venezolanos, empujados a salir del país por la crisis económica, sufrieron inseguridad alimentaria.
Según el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2019 —elaborado por la FAO en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef)—, miles de venezolanos padecieron interrupciones parciales o totales en el acceso a los alimentos durante su viaje a tres países vecinos.
«Debido a que parte de esa población migra en condiciones económicas precarias, en ocasiones con recursos insuficientes para comprar alimentos, se estima que 400.000 migrantes en tránsito hacia Colombia, Ecuador y Perú experimentaron inseguridad alimentaria aguda«, dice el reporte presentado en Chile.
El informe también resalta que, en total, 4,2 millones de personas estuvieron en situación de inseguridad alimentaria en 2018 en la región, con la necesidad de acciones urgentes.
La subalimentación (consumo insuficiente de alimentos) disminuyó en toda la región pero aumentó en Venezuela. La prevalencia creció de 9,5%, en 2013-2015, a 21,2% en el trienio 2016-2018, cifra que señala que 6,8 millones de personas estuvieron subalimentadas en el país en 2018. Venezuela está solo por detrás de Haití.
La FAO destaca que en toda la región de América Latina y el Caribe se observan signos de deterioro del poder adquisitivo en los últimos 5 años. La pobreza extrema también aumentó de 7,8 % a 10,2 %: de 47 millones de personas se pasó a 63 millones de personas.
Dos meses antes, en septiembre, la FAO publicó el informe trimestral mundial “Perspectivas de cosechas y situación alimentaria”, en el cual Venezuela aparecía, por sexto mes consecutivo, como uno de los 41 países que necesitan asistencia alimentaria exterior.
En toda la región, se tiene como meta reducir las muertes evitables de recién nacidos a 12 por cada 1.000 nacidos vivos, al igual que disminuir las muertes de niños menores de cinco años a una tasa de 25 niños por cada 1.000 nacidos vivos.
El reporte de la FAO resalta que la mortalidad neonatal se redujo en América Latina y el Caribe en los últimos años, menos en Venezuela, donde entre el 2015 y 2017 pasó de 14,5 a 19,8 muertes por cada 1.000 nacidos vivos.
En total, nueve países aún no cumplen la meta: Santa Lucía, Guatemala, Trinidad y Tobago, Bolivia, Guyana, República Dominicana, Dominica, Haití y Venezuela.
La mortalidad en menores de cinco años también incrementó en Venezuela: ya en 2015 la tasa se encontraba 22,5 puntos por debajo de la meta establecida. «Según los datos disponibles más recientes, en la actualidad supera las 30 muertes por cada 1.000 nacidos vivos«, señala el reporte.
El organismo destaca que el desarrollo de enfermedades en los niños está estrechamente relacionado con la carencia de nutrientes. Subraya que 45% de las muertes infantiles a nivel global tienen como causa subyacente la malnutrición.
En el caso de la mortalidad materna, destaca que ya en 2015 Venezuela tenía una tasa de mortalidad de 95 por cada 100.000 nacidos vivos. Es uno de los 13 países, de un total de 30 estudiados, que tienen tasas mayores por encima de la meta de 70 por cada 100.000 nacidos vivos.
La FAO afirma que la nutrición de la madre también es importante para el recién nacido, pues determina su peso al nacer, su salud y su estado nutricional, y por lo tanto su pronóstico de vida. «La consecuencia más frecuente del retraso del crecimiento intrauterino es el bajo peso al nacer y la mortalidad de estos niños es superior a la de los que nacen con un peso adecuado», expresa el documento.
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