"Los pacientes no van a tener quién los atienda": Colegio de Enfermería alerta sobre déficit de personal
El gremio exige un incentivo económico de 120 dólares para frenar la ola de renuncias del personal de enfermería en los centros públicos Credit: Efecto Cocuyo

El Colegio de Profesionales de la Enfermería del Distrito Capital denunció este lunes, 27 de diciembre, que 70% del personal de enfermería se ha ido de los centros de salud públicos, y advirtió a las autoridades del país que las renuncias pueden continuar si no mejoran las condiciones laborales y salariales.

«Los pacientes no van a tener quién los atienda y esa es una realidad que ya estamos viviendo. Hoy encontramos hospitales con solo cuatro o cinco enfermeras con una gran cantidad de pacientes», expresó la presidenta del Colegio, Ana Rosario Contreras, durante una rueda de prensa

La representante del gremio recordó que entregaron una comunicación en la Vicepresidencia de la República, el pasado 15 de diciembre, para exigir un incentivo económico equivalente a 120 dólares (o 2,5 petros) que pueda motivar al personal de enfermería y detener las renuncias, pues sus salarios oscilan entre 7 y 15 dólares al mes.

«Le hacemos un llamado a la vicepresidenta Delcy Rodríguez: es un momento de no politizar la salud, la salud no es un show ni unas elecciones políticas. Hoy somos venezolanos de a pie que necesitamos resolver nuestro 15 y último para poder garantizar a nuestros familiares la alimentación pero también para que el país pueda disponer de personal de enfermería que continúe al frente de la salud», afirmó desde las afueras del hospital de niños JM de los Ríos.

Sin insumos ni equipos

Janio Maucó, enfermero del JM, indicó que ya no reciben los mismos insumos que les entregaban antes. También desaparecieron los trajes de protección. Guantes, mascarillas e inyectadoras también son escasos. 

«El día 25 de diciembre estaban dos enfermeras en el hospital en el turno nocturno, cuando debía haber cinco o seis enfermeras por grupo por turno. Yo todavía me pregunto qué hago yo en el hospital. No sé si es por los sentimientos, pero no quiero emigrar», dijo.

Maucó, quien también trabaja en el área de atención a pacientes con COVID-19 en el hospital de niños, aseguró que todos los que ingresan al área deben hacerse los exámenes en otros centros de salud. En ocasiones tampoco hay medicamentos como budesonida, dexametasona, hidrocortisona, o hidratación.

Junto a Maucó y Contreras también estaba Francis Guillén, quien fue enfermera del hospital Dr. Miguel Pérez Carreño. En diciembre tuvo que regresar, ahora como familiar de un paciente, pues su padre debía ser intervenido por una litiasis renal. 

«Me tocó vivir lo que todos los pacientes viven en el día a día de un hospital, desde la carencia de un par de guantes hasta costear laboratorios y una gasometría arterial, habiendo un gasómetro operativo en el Pérez Carreño, que lo sacaron de la terapia intensiva a otro lugar donde no hay condiciones dadas para que funcione. Me tocó pagar 106 bolívares que no tenía, que pude haberlos gastado en otras cosas, para costear eso», explicó. 

También le tocó pagar las primeras dos dosis del antibiótico que necesitaba su padre (meropenem), pues no había en el hospital. Los almuerzos durante la estancia de su padre en el hospital también fueron precarios: solo un poco de pasta y un trozo de melón. 

La presidenta del Colegio de Enfermería de Distrito Capital además abogó por la reactivación de las negociaciones entre gobierno y oposición para abordar, entre otros temas, la crisis del sector salud y evitar problemas mayores en los centros asistenciales debido a la ausencia de personal, especialmente en medio de la pandemia de COVID-19 y la llegada de la variante ómicron.

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