El Grupo Internacional de Contacto emitió un comunicado en el que exhortan al Gobierno de Nicolás Maduro a cesar la persecución, ser parte de un proceso de negociación inclusivo y garantizar la elección de un Consejo Nacional Electoral equilibrado.
“No puede haber democracia sin el compromiso de todos los partidos de respetar las reglas electorales básicas y el papel imparcial del CNE”, exponen.
Sin embargo, el especialista en derecho internacional y analista Mariano de Alba subraya que el comunicado tiene que ir acompañado de acciones concretas, incentivos y mecanismos de presión, para que trascienda la retórica y se materialicen las exigencias en Venezuela.
“Sería aventurado decir que no existe por parte del Gobierno de Maduro intención de mantener un mínimo de relaciones con los países de la Unión Europea y de la región como Chile. Hay un interés de mantener los canales abiertos, pero internamente, en este momento, el chavismo siente que logró imponerse y que ganó la partida”, expone.
Estados Unidos es el actor que más incentivos puede ofrecer al chavismo gobernante, pero también el que más presión, con las aprobación de sanciones, puede aplicarle, según el abogado: “Si uno analiza la influencia o las herramientas de negociación con las que cuenta el hemisferio occidental con relación al régimen de Maduro, quien tiene más incentivos para ofrecer, esperando que Maduro haga concesiones, es Estados Unidos”.
En su opinión, es poco probable que un proceso de negociación prospere en las actuales condiciones con una oposición desarticulada y sin estrategia.
“Una primera variable, que si no cambia será imposible que el statu quo cambie, es que las fuerzas de oposición tienen que unirse, definir un plan, buscar recuperar la confianza de una parte importante de los venezolanos”, afirma.
De Alba califica el comunicado como un instrumento que “no es sorpresivo”, por el contrario, ratifica la intención de la comunidad internacional de que la salida en Venezuela sea pacífica y negociada a través de elecciones creíbles, transparentes e inclusivas que cumplan con el ordenamiento jurídico venezolano y que sea un proceso liderado por actores venezolanos.
También apela al multilateralismo con la cooperación de “socios” en la región para “fomentar un entendimiento común y una respuesta a la situación de Venezuela”, lo que coincide con el planteamiento del nuevo presidente estadounidense Joe Biden, agrega el analista.
No obstante, advierte que incrementar los contactos y las conversaciones con actores internacionales es un trabajo difícil que lleva tiempo más aún en medio de la pandemia de COVID-19 que obliga a los gobiernos a centrar los mayores esfuerzos en sus problemas domésticos.
Destaca que otra de las peticiones del grupo de 14 países es que se establezca en Venezuela una oficina permanente de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, una acción concreta que considera sería positiva.
El internacionalista Carlos Romero también destaca el multilateralismo como una prioridad del Grupo Internacional de Contacto. “El Grupo intentará tener un acercamiento con el Grupo de Lima y la Organización de Estados Americanos (OEA) para buscar un piso común entre los países de Iberoamérica, eso no es fácil, pero podemos deducir que se apuesta a que el Grupo de Lima y la OEA rebajen las posiciones radicales que tuvieron con el gobierno de (Donald) Trump, entre otras cosas porque estas no dieron resultados”, expresa.
El profesor universitario cree probable que el grupo de países también busque cooperación de los aliados de Maduro (Rusia, China, Cuba, entre otros) aunque es escéptico sobre el rol que estos gobiernos puedan jugar para promover una transición política en Venezuela.
Romero sostiene que el comunicado del Grupo de Contacto no solo representa un problema para Maduro, también tiene impacto en la estrategia de la oposición que lidera Juan Guaidó.
“La declaración pone tres conceptos que son difíciles de aceptar para el gobierno de Nicolás Maduro: transición hacia la democracia, ayuda humanitaria y elecciones confiables. El régimen piensa que es democrático”, señala.
“El grupo, siguiendo la línea de la declaración de la Unión Europea, pone a Guaidó y a su proyecto de prolongación de la Asamblea Nacional en minusvalía porque habla de actores locales y en ningún momento menciona al gobierno paralelo”, agrega.
En cuanto a la política de Estados Unidos, considera que el tema de Venezuela no es estelar “porque Biden heredó muchos problemas de carácter doméstico”; sin embargo, los funcionarios de la nueva administración han adelantado que no va a haber un quiebre en la política exterior respecto al caso venezolano.
“Después de las elecciones del 6 de diciembre, el debate político estaba muy frío, el gobierno había adormecido a la sociedad, y este comunicado es una especie de activación de la arena política, es un llamado a despertar haciéndonos ver dónde estamos”, concluye.
Foto: awsveanews.com
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El Grupo Internacional de Contacto emitió un comunicado en el que exhortan al Gobierno de Nicolás Maduro a cesar la persecución, ser parte de un proceso de negociación inclusivo y garantizar la elección de un Consejo Nacional Electoral equilibrado.
“No puede haber democracia sin el compromiso de todos los partidos de respetar las reglas electorales básicas y el papel imparcial del CNE”, exponen.
Sin embargo, el especialista en derecho internacional y analista Mariano de Alba subraya que el comunicado tiene que ir acompañado de acciones concretas, incentivos y mecanismos de presión, para que trascienda la retórica y se materialicen las exigencias en Venezuela.
“Sería aventurado decir que no existe por parte del Gobierno de Maduro intención de mantener un mínimo de relaciones con los países de la Unión Europea y de la región como Chile. Hay un interés de mantener los canales abiertos, pero internamente, en este momento, el chavismo siente que logró imponerse y que ganó la partida”, expone.
Estados Unidos es el actor que más incentivos puede ofrecer al chavismo gobernante, pero también el que más presión, con las aprobación de sanciones, puede aplicarle, según el abogado: “Si uno analiza la influencia o las herramientas de negociación con las que cuenta el hemisferio occidental con relación al régimen de Maduro, quien tiene más incentivos para ofrecer, esperando que Maduro haga concesiones, es Estados Unidos”.
En su opinión, es poco probable que un proceso de negociación prospere en las actuales condiciones con una oposición desarticulada y sin estrategia.
“Una primera variable, que si no cambia será imposible que el statu quo cambie, es que las fuerzas de oposición tienen que unirse, definir un plan, buscar recuperar la confianza de una parte importante de los venezolanos”, afirma.
De Alba califica el comunicado como un instrumento que “no es sorpresivo”, por el contrario, ratifica la intención de la comunidad internacional de que la salida en Venezuela sea pacífica y negociada a través de elecciones creíbles, transparentes e inclusivas que cumplan con el ordenamiento jurídico venezolano y que sea un proceso liderado por actores venezolanos.
También apela al multilateralismo con la cooperación de “socios” en la región para “fomentar un entendimiento común y una respuesta a la situación de Venezuela”, lo que coincide con el planteamiento del nuevo presidente estadounidense Joe Biden, agrega el analista.
No obstante, advierte que incrementar los contactos y las conversaciones con actores internacionales es un trabajo difícil que lleva tiempo más aún en medio de la pandemia de COVID-19 que obliga a los gobiernos a centrar los mayores esfuerzos en sus problemas domésticos.
Destaca que otra de las peticiones del grupo de 14 países es que se establezca en Venezuela una oficina permanente de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, una acción concreta que considera sería positiva.
El internacionalista Carlos Romero también destaca el multilateralismo como una prioridad del Grupo Internacional de Contacto. “El Grupo intentará tener un acercamiento con el Grupo de Lima y la Organización de Estados Americanos (OEA) para buscar un piso común entre los países de Iberoamérica, eso no es fácil, pero podemos deducir que se apuesta a que el Grupo de Lima y la OEA rebajen las posiciones radicales que tuvieron con el gobierno de (Donald) Trump, entre otras cosas porque estas no dieron resultados”, expresa.
El profesor universitario cree probable que el grupo de países también busque cooperación de los aliados de Maduro (Rusia, China, Cuba, entre otros) aunque es escéptico sobre el rol que estos gobiernos puedan jugar para promover una transición política en Venezuela.
Romero sostiene que el comunicado del Grupo de Contacto no solo representa un problema para Maduro, también tiene impacto en la estrategia de la oposición que lidera Juan Guaidó.
“La declaración pone tres conceptos que son difíciles de aceptar para el gobierno de Nicolás Maduro: transición hacia la democracia, ayuda humanitaria y elecciones confiables. El régimen piensa que es democrático”, señala.
“El grupo, siguiendo la línea de la declaración de la Unión Europea, pone a Guaidó y a su proyecto de prolongación de la Asamblea Nacional en minusvalía porque habla de actores locales y en ningún momento menciona al gobierno paralelo”, agrega.
En cuanto a la política de Estados Unidos, considera que el tema de Venezuela no es estelar “porque Biden heredó muchos problemas de carácter doméstico”; sin embargo, los funcionarios de la nueva administración han adelantado que no va a haber un quiebre en la política exterior respecto al caso venezolano.
“Después de las elecciones del 6 de diciembre, el debate político estaba muy frío, el gobierno había adormecido a la sociedad, y este comunicado es una especie de activación de la arena política, es un llamado a despertar haciéndonos ver dónde estamos”, concluye.
Foto: awsveanews.com