Con excepción del excandidato Jorge Arreaza y el ministro de Información y Comunicación, Freddy Ñáñez, ningún alto vocero de Miraflores o del Partido Socialista de Venezuela (Psuv) se ha pronunciado sobre la reciente victoria electoral de la oposición en Barinas. En su alocución de este 11 de enero, el gobernante Nicolás Maduro obvió el tema y este miércoles 12 de enero, Diosdado Cabello suspende su programa Con el Mazo Dando.
Consultados por Efecto Cocuyo, los exintegrantes de las filas del chavismo, Héctor Navarro, Rodrigo Cabezas, ambos exministros de Hugo Chávez y Carlos Hurtado, excoordinador nacional de Clase Media Socialista, antigua integrante del Gran Polo Patriótico, creen que en la entidad llanera se expresó la realidad de un país agobiado por la crisis económica, social y política, que clama por un cambio.
Derrota «huérfana»
A propósito del silencio en los altos predios del Psuv, Navarro recuerda que la derrota es «huérfana». A juicio del exministro de Educación y Energía Eléctrica, la disminución de la abstención en la elección del gobernador de Barinas, pese a la anulación de los resultados del 21 de noviembre, es indicador de una mayor participación del pueblo en la conducción de su destino. Ese pueblo, subraya, que en todas las encuestas rechaza no solo a Maduro sino a Juan Guaidó.
«Lo ocurrido con el Psuv, justamente en la tierra que era muy simbólica por ser la tierra de Chávez, es una derrota terrible propinada por el pueblo de Chávez a quienes, siguen tratando de usar su nombre y su apellido (sean o no familiares) para manipular infinitamente la voluntad popular», cuestionó.
Hurtado dice que «al chavismo de base sí le dolió» la derrota en el estado natal del líder de la revolución fallecido y que si bien es cierto que se señala al exgobernador Argenis Chávez como el «sepulturero» final del legado de su hermano en la región, no es el único responsable del revés en los comicios del 9 de enero.
«Hace rato esa gobernación estaba perdida desde la gestión de Adán Chávez, pero la maquinaria del Psuv siempre pudo más. ¿Qué sucedió el 9 de enero? La realidad de un país expresada en un estado, cuando el pueblo se manifiesta y logra cambios que se propone, Barinas no escapa a la desidia, mala gestión, absoluto abandono», sostuvo.
¿Qué debe aprender el chavismo?
En su lectura de la derrota en Barinas, Arreaza reconoció que hubo una desconexión entre el chavismo y la población de Barinas. Pese a que pidió evitar el desánimo, por lo que considera una «derrota circunstancial», sugirió al Psuv aplicar las llamadas «3R»: Revisión, rectificación y reimpulso.
«El pueblo de Barinas y su liderazgo político, social, cultural, eocnómico y religioso, demostró que el camino electoral y la unidad férrea de los venezolanos que enfrentamos la autocracia madurista, es victoriosa, más allá de los descarados abusos de Miraflores, el TSJ (Tribunal Supremo de Justicia) y la parcialidad del CNE (Consejo Nacional Electoral)», opina igualmente Cabezas.
Hurtado apunta que el chavismo sigue siendo una fuerza política importante, con la ventaja de que aún controla el poder nacional, las instituciones y el control del territorio con el apoyo de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, pero no duda que con lo que ocurrió en Barinas quedó en evidencia cierta debilidad.
«El chavismo debe aprender a perder también, lo ocurrido en Barinas es reflejo real de todo el país y mientras sigan en su afán de concentrar poder, la situación seguirá igual a pesar de alguna mejoría en el economía (…) Si tuviéramos una oposición política bien organizada, el chavismo no la tendría fácil en ningunas elecciones», aseguró.
Sostiene que aparte de las irregularidades y el ventajismo en el que incurre el chavismo con cada elección, el Psuv gana porque los adversarios están divididos y otros son «complacientes».
Navarro tampoco duda que si la oposición se hubiera organizado bien para participar en las megaelecciones regionales, gana la mayoría de cargos en gobernaciones y alcaldías.
«Ese pueblo fue capaz de derrotar los más viejos trucos que usaban adecos y copeyanos en la cuarta República para lograr votos a través de las dádivas y las amenazas. Ese pueblo, en Barinas, resultó victorioso. Una victoria limitada, parcial, pero fue una victoria», sentenció.
Posiciones sobre el revocatorio
Navarro apoya la convocatoria a un referendo revocatorio contra el mandato de Maduro, iniciado en 2018 y considera que los resultados en Barinas «abrieron un horizonte» que es necesario aprovechar. Reprocha que el «desprecio» expresado por cierta dirigencia adversa al Ejecutivo hacia la iniciativa, forma parte de una «concepción elitista y clasista del poder» según la cual hay que limitar y no ampliar la capacidad de participación y toma de decisiones del pueblo.
«Los resultados de las elecciones en Barinas, por la presión popular cuando nos reconocemos como pueblo en la posibilidad de una victoria, abren un horizonte importante que es necesario aprovechar. Su concreción, más allá de los resultados numéricos, constituiría un paso muy importante en la organización popular y en la preparación para las luchas que tendrán que venir para la mejora de las condiciones de vida de nuestro pueblo», afirma.
Hurtado es más bien partidario de que el antimadurismo se prepare de cara a las elecciones presidenciales de 2014, por cuanto ve díficil la concreción del revocatorio por «maniobras» políticas de Miraflores que lo impedirán a toda costa, especialmente por el revés electoral barinés. Tampoco avizora presidenciales adelantadas.
«Y si la oposición lo pierde, legitima al Gobierno (de Maduro), deberán estar dispuestos a aceptarlo y es la estrategia del Gobierno nacional. Entonces tendrían que ver cómo jugar en eso. Creo más factible prepararse para las presidenciales de 2024 y desde este mismo mostrar a un candidato», acota.
«Desafiar electoralmente al madurismo»
Cabezas añade que la oposición al gobierno de Maduro debe «dar un saltó histórico», consolidar una unidad amplia, con todos los sectores del país y convocar a la nación «a desafiar electoralmente al madurismo-Psuv».
«Como ocurrió en la lucha contra la dictadura de Pinochet en Chile y contra Pérez Jiménez en Venezuela, debemor ir a una gran alianza de los demócratas, estén ubicados en la derecha, el centro o la izquierda, del movimiento de los trabajadores y estudiantes, de líderes religiosos, culturales, empresariales, profesionales, para darle una salida democrática a Venezuela», añadió.
Pide tener en cuenta que en el Zulia, Cojedes, Nueva Esparta y ahora Barinas, la población demostró que «hay esperanza» y que el poder político en Miraflores, «violador de derechos humanos» y «empobrecedor del país», solo se sostiene a través de la «violencia legal».
Dos contra uno
Al chavismo disidente, representado por la Alternativa Popular Revolucionaria (APR), con la tarjeta electoral del Partido Comunista de Venezuela (PCV), se le impidió participar e inscribir candidato en las elecciones de Barinas el 9 de enero. Dirigentes denunciaron que fue una «orden de Maduro», por negarse a apoyar a Arreaza, por lo que fueron sacados del camino para el voto no se dividiera entre las bases chavistas.
Navarro indica que el 9 de enero, en realidad fue una batalla de dos contra uno. La oposición en su conjunto que se disputa «el negocio del poder, la captura de la renta presente y futura cual perros hambrientos peleando en un callejón por un hueso» y el «gobierno de derecha», en el que asegura se ha convertido la gestión de Maduro contra el pueblo de Barinas que padece diariamente el deterioro de su calidad de vida.