El dirigente político Juan Guaidó intenta aglutinar a la dirigencia opositora bajo la figura de un Consejo Político. Promete además que esta instancia supervisará y evaluará las actuaciones del Gobierno interino.
Pero ¿podrá esta estrategia superar la fractura cada vez más honda en los sectores que adversan a Nicolás Maduro?
Politólogos consultados se muestran escépticos sobre la efectividad de esta instancia que busca emular a la extinta Mesa de la Unidad Democrática.
“El problema de la oposición es que tienen estrategias incompatibles y excluyentes para lograr un cambio político. El consejo representa solo un segmento de la oposición que está representada en el G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo) de modo que creo que no va a haber gran cambio al menos en el corto plazo”, expresa el politólogo Jesús González.
Para el especialista en gobernabilidad y gerencia, la sustitución del centro de gobierno (que coordinaba Leopoldo López) es un intento de buscar pluralidad frente a las disputas que generó el manejo hegemónico de los recursos políticos y económicos. Pero es insuficiente.
“Hay una visión muy limitada y poco democrática sobre la pluralidad de pensamiento. La crítica es tomada como enemiga y no como una posibilidad para el cambio y la generación de acuerdos. Desde el Frente Amplio se intentó incorporar a la sociedad civil y cuando los grandes partidos vieron que había una crítica muy fuerte a la estrategia decidieron dejar esta instancia al margen”, expone.
¿Es posible la unidad?
Mientras los políticos mantengan oídos sordos a las críticas y poca disposición a encontrar posiciones es poco probable que cualquier intento por unificar prospere, según González.
El politólogo también es crítico de la comisión delegada que sustituirá a la Asamblea Nacional electa en 2015 en un periodo inédito de “continuidad constitucional”.
“La comisión delegada quedará relegada, no va a tener mayor capacidad de influir mientras no exista una vocación de cambio real de la estrategia. Van a tener el control de algunos activos, pero no van a poder ejercer el poder real”, afirma.
Agrega que los apoyos internacionales van a mermar no solo por las dudas sobre la legalidad de la continuidad constitucional de la Asamblea Nacional sino por los cambios políticos que pueden provocar las próximas elecciones previstas en Chile, Ecuador, Perú y otros países de la región que tendrán impacto en la correlación de fuerzas del Grupo de Lima y los cambios conflictivos que ya atraviesa Estados Unidos.
La politóloga, especialista en transiciones políticas, Nancy Requena opina que la unidad no se logrará con cambios de forma. “No se necesitan nuevas estructuras que se quedan en el microcosmos de quienes la conforman, se requiere una ruta de trabajo común, un norte, y mucha organización”, señala.
La profesora universitaria subraya la desconexión que existe entre la dirigencia política y la ciudadanía: “La gente se siente abandonada, no tiene respuesta a sus problemas y hay una creciente desesperanza”.
A juicio de Requena, los partidos políticos deben abrirse a las organizaciones de la sociedad civil, estudiar los casos de transiciones políticas en el mundo y escuchar otras voces para rectificar la estrategia a partir de las necesidades de la gente.