El nuevo mapa político tras las megaelecciones del 21Nov, según analistas

POLÍTICA · 23 NOVIEMBRE, 2021 13:03

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Deisy Martínez


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Con el apoyo de la Alianza Democrática (partidos con representación en el Parlamento del 6 de diciembre) y otros factores como Fuerza Vecinal, Morel Rodríguez resultó electo como gobernador de Nueva Esparta.

En otras zonas del país como Caracas, otros dirigentes fuera de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), entre ellos Antonio Ecarri, de Alianza Lápiz, aunque no ganaron llegaron de segundos.

Tanto Ecarri como factores agrupados en la Alianza Democrática y Fuerza Vecinal exigen que se les reconozca sus liderazgos a partir de los resultados electorales. El excandidato a la alcaldía de Caracas sostiene que los electores no aceptaron imposiciones del G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular).

«Mayoría decepcionada»

 «Frente a una mayoría decepcionada, descontenta y desesperanzada nuestra obligación es articular una nueva mayoría nacional ordenada, política, organizada y con una sólida convicción: la única manera de generar cambios en Venezuela es a través del voto popular», sostuvo Ecarri este 22 de noviembre.

 «A partir del 21 de noviembre hay un nuevo mapa político, desde antes se venía configurando un nuevo escenario. Ya desde el año pasado con el fracaso del mantra, una nueva alternativa que creía de nuevo en la ruta electoral, en el caso de los alcaldes metropolitanos ya lo venían haciendo desde 2017, lo que evidenciaba una ruptura con la tesis del ‘Maduro vete ya’», señala el presidente de la encuestadora DantinCorp, Jesús Seguías a Efecto Cocuyo.

Destaca que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), tarjeta con la que inscribió candidatos el G4, acumula 1.520.000 votos en estas elecciones regionales y la Alianza Democrática más Lápiz, Fuerza Vecinal y otros 1.261.000 votos. Mientras la MUD alcanzó 59 alcaldías y el resto de las fuerzas políticas del antichavismo suman 58, esto significa que están equiparados. Seguías advierte que la oposición de hoy no es la misma de 2020.

 Demanda de pluralismo

«La comparación debe hacerse sobre número de votos, más que cargos o posiciones relativas. Y no es tan fácil contabilizar los votos de cada coalición no chavista, porque en algunos casos los candidatos eran apoyados por dos de ellas, como es el caso de Morel Rodríguez en Nueva Esparta. Es evidente que el chavismo es minoría frente a la sumatoria de los tres grupos de oposición, y que el mapa rojo no refleja las preferencias de los electores», expresa la politóloga Colette Capriles.

Los apoyos de Fuerza Vecinal y otras organizaciones como Lápiz a gobernaciones y alcaldías variaron según las regiones sin importar la tendencia política del candidato. Los cálculos se hicieron basados en la mayor opción de triunfo o quienes consideraron el mejor candidato. Mientras en el Zulia, por ejemplo FV apoyó a Manuel Rosales de la MUD y en Lara a Henri Falcón, de la Alianza Democrática, que llegó en segundo lugar en carrera por la gobernación.

«Estas elecciones sirvieron para hacer una radiografía de la composición relativa de las fuerzas políticas no chavistas, y muestran la necesidad de recomponer las alianzas en una gran coalición, porque en definitiva todas las fuerzas opositoras se necesitan mutuamente para crecer y vencer», sostiene Capriles.

Opina que aunque la MUD tuvo el mejor desempeño en números agregados, la Alianza Democrática y la coalición liderada por Fuerza Vecinal obtuvieron entre ambas aproximadamente la mitad del voto no chavista, lo que se debe considerar como un mensaje de los electores a favor de la ampliación del espectro opositor y una demanda de pluralismo.

Además de preservar las alcaldías de Chacao, Baruta, El Hatillo y Los Salias, con la reelección de sus autoridades, FV en la alcaldía mirandina de Zamora ganó Raziel Rodríguez, quien obtuvo 46,95 de la votación frente a Hugo Martínez del Psuv con 46,64%. En otros municipios de la región como Acevedo, Brión y Buroz los abanderados de FV llegaron de segundos.

MUD y Guaidó deben reflexionar

Seguías advierte que el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) obtuvo la victoria en estados como Táchira y Lara, gracias a los factores de oposición se dividieron. Alerta que que estas fracturas las provocaron grupos de dirigentes de «cogollos políticos» que acapararon las decisiones sin escuchar.

«El resultado fue que la gente no los siguió, deben reflexionar y rectificar porque no es bueno para la oposición ni para el país que quiere cambio», dice.

En Táchira, Laidy Gómez, la gobernadora que optaba por la reelección de la mano de la Alianza Democrática, obtuvo 135.050 votos, mientras que Fernando Andrade de la MUD 54.787, que al sumarse alcanzan 189.837, por lo que quizás una candidatura unitaria hubiera arrojado mejores resultados para el antichavismo. El gobernador electo, Freddy Bernal obtuvo 138.496 votos.

«Aún es prematuro decir que propósito de cambio hay en la gente del G4, pero (Juan) Guaidó parece que no entiende lo que tiene en las manos, sigue clasificando a los opositores entre puros e impuros, a estas alturas no es conveniente plantear ese dilema, ya es hora de comenzar a construir una nueva mayoría», sugiere Seguías.

Reacomodos 

En rueda de prensa este 22 de noviembre, Guaidó, presidente de la Comisión Delegada Legislativa de 2015, se refirió a José Brito, quien quedó como el segundo candidato más votado en Anzoátegui con 139.217 votos (28.04%), postulado por Primero Venezuela.

Dijo que no reconocía aBrito como opositor sino como «alacrán», puesto que desertó de Primero Justicia, se prestó para la intervención del partido y forma parte del grupo de Luis Parra, quien en 2020 se juramentó como presidente de una AN paralela.

El actual mandatario de Anzoátegui, Antonio Barreto Sira (MUD), obtuvo 101.320 votos (20.41%). La dispersión de votos entre Brito y Anzoátegui provocó la derrota frente a Luis José Marcano del Psuv que venció con 231.954 votos (46.72%).

Vale acotar que para las parlamentarias de 2020, la Alianza Democrática (Cambiemos, Avanzada Progresista, El Cambio, AD y Copei intervenidos judicialmente) no quiso incorporar a Primero Venezuela y Venezuela Unida de Brito y Parra, no solo por prestarse a la intervención de PJ y VP, sino por señalamientos de «compras» de diputados en la AN de 2015. Para las regionales hubo una rectificación al respecto. 

 Nueva estrategia

En lo que debería ser una nueva estrategia del antichavismo para enfrentar a la administración de Nicolás Maduro, Seguías apunta que debe haber coordinación con la comunidad internacional, en el sentido de que los países que reconocen a Guaidó como presidente encargado, «deben abrir el abanico» y dialogar con otros factores de oposición que también merecen reconocimiento.

 Aclara que ello no quiere decir que resten apoyo a Guaidó, pero recomienda no seguir tratando a estos factores del antichavismo, así sean moderados, como «colaboracionistas», porque de ser esa la lógica, argumenta, el G4 por participar en los comicios regionales también se deberían tildar como tal.

 «Ya basta de pelear por preservar cuotas de poder por encima del sufrimiento del país, es hora de reflexionar», agregó.

 Para Capriles no se trata de si el G4 o la MUD deba integrar a dichas fuerzas políticas, sino de producir «una nueva configuración o coalición ampliada» con nuevas reglas de toma de decisiones, renovación y recuperación de los partidos políticos y al final de cuentas, una nueva estrategia para la oposición en general.

 

 

 

 

 

 

 

POLÍTICA · 23 NOVIEMBRE, 2021

El nuevo mapa político tras las megaelecciones del 21Nov, según analistas

Texto por Deisy Martínez

Con el apoyo de la Alianza Democrática (partidos con representación en el Parlamento del 6 de diciembre) y otros factores como Fuerza Vecinal, Morel Rodríguez resultó electo como gobernador de Nueva Esparta.

En otras zonas del país como Caracas, otros dirigentes fuera de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), entre ellos Antonio Ecarri, de Alianza Lápiz, aunque no ganaron llegaron de segundos.

Tanto Ecarri como factores agrupados en la Alianza Democrática y Fuerza Vecinal exigen que se les reconozca sus liderazgos a partir de los resultados electorales. El excandidato a la alcaldía de Caracas sostiene que los electores no aceptaron imposiciones del G4 (Acción Democrática, Primero Justicia, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular).

«Mayoría decepcionada»

 «Frente a una mayoría decepcionada, descontenta y desesperanzada nuestra obligación es articular una nueva mayoría nacional ordenada, política, organizada y con una sólida convicción: la única manera de generar cambios en Venezuela es a través del voto popular», sostuvo Ecarri este 22 de noviembre.

 «A partir del 21 de noviembre hay un nuevo mapa político, desde antes se venía configurando un nuevo escenario. Ya desde el año pasado con el fracaso del mantra, una nueva alternativa que creía de nuevo en la ruta electoral, en el caso de los alcaldes metropolitanos ya lo venían haciendo desde 2017, lo que evidenciaba una ruptura con la tesis del ‘Maduro vete ya’», señala el presidente de la encuestadora DantinCorp, Jesús Seguías a Efecto Cocuyo.

Destaca que la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), tarjeta con la que inscribió candidatos el G4, acumula 1.520.000 votos en estas elecciones regionales y la Alianza Democrática más Lápiz, Fuerza Vecinal y otros 1.261.000 votos. Mientras la MUD alcanzó 59 alcaldías y el resto de las fuerzas políticas del antichavismo suman 58, esto significa que están equiparados. Seguías advierte que la oposición de hoy no es la misma de 2020.

 Demanda de pluralismo

«La comparación debe hacerse sobre número de votos, más que cargos o posiciones relativas. Y no es tan fácil contabilizar los votos de cada coalición no chavista, porque en algunos casos los candidatos eran apoyados por dos de ellas, como es el caso de Morel Rodríguez en Nueva Esparta. Es evidente que el chavismo es minoría frente a la sumatoria de los tres grupos de oposición, y que el mapa rojo no refleja las preferencias de los electores», expresa la politóloga Colette Capriles.

Los apoyos de Fuerza Vecinal y otras organizaciones como Lápiz a gobernaciones y alcaldías variaron según las regiones sin importar la tendencia política del candidato. Los cálculos se hicieron basados en la mayor opción de triunfo o quienes consideraron el mejor candidato. Mientras en el Zulia, por ejemplo FV apoyó a Manuel Rosales de la MUD y en Lara a Henri Falcón, de la Alianza Democrática, que llegó en segundo lugar en carrera por la gobernación.

«Estas elecciones sirvieron para hacer una radiografía de la composición relativa de las fuerzas políticas no chavistas, y muestran la necesidad de recomponer las alianzas en una gran coalición, porque en definitiva todas las fuerzas opositoras se necesitan mutuamente para crecer y vencer», sostiene Capriles.

Opina que aunque la MUD tuvo el mejor desempeño en números agregados, la Alianza Democrática y la coalición liderada por Fuerza Vecinal obtuvieron entre ambas aproximadamente la mitad del voto no chavista, lo que se debe considerar como un mensaje de los electores a favor de la ampliación del espectro opositor y una demanda de pluralismo.

Además de preservar las alcaldías de Chacao, Baruta, El Hatillo y Los Salias, con la reelección de sus autoridades, FV en la alcaldía mirandina de Zamora ganó Raziel Rodríguez, quien obtuvo 46,95 de la votación frente a Hugo Martínez del Psuv con 46,64%. En otros municipios de la región como Acevedo, Brión y Buroz los abanderados de FV llegaron de segundos.

MUD y Guaidó deben reflexionar

Seguías advierte que el Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) obtuvo la victoria en estados como Táchira y Lara, gracias a los factores de oposición se dividieron. Alerta que que estas fracturas las provocaron grupos de dirigentes de «cogollos políticos» que acapararon las decisiones sin escuchar.

«El resultado fue que la gente no los siguió, deben reflexionar y rectificar porque no es bueno para la oposición ni para el país que quiere cambio», dice.

En Táchira, Laidy Gómez, la gobernadora que optaba por la reelección de la mano de la Alianza Democrática, obtuvo 135.050 votos, mientras que Fernando Andrade de la MUD 54.787, que al sumarse alcanzan 189.837, por lo que quizás una candidatura unitaria hubiera arrojado mejores resultados para el antichavismo. El gobernador electo, Freddy Bernal obtuvo 138.496 votos.

«Aún es prematuro decir que propósito de cambio hay en la gente del G4, pero (Juan) Guaidó parece que no entiende lo que tiene en las manos, sigue clasificando a los opositores entre puros e impuros, a estas alturas no es conveniente plantear ese dilema, ya es hora de comenzar a construir una nueva mayoría», sugiere Seguías.

Reacomodos 

En rueda de prensa este 22 de noviembre, Guaidó, presidente de la Comisión Delegada Legislativa de 2015, se refirió a José Brito, quien quedó como el segundo candidato más votado en Anzoátegui con 139.217 votos (28.04%), postulado por Primero Venezuela.

Dijo que no reconocía aBrito como opositor sino como «alacrán», puesto que desertó de Primero Justicia, se prestó para la intervención del partido y forma parte del grupo de Luis Parra, quien en 2020 se juramentó como presidente de una AN paralela.

El actual mandatario de Anzoátegui, Antonio Barreto Sira (MUD), obtuvo 101.320 votos (20.41%). La dispersión de votos entre Brito y Anzoátegui provocó la derrota frente a Luis José Marcano del Psuv que venció con 231.954 votos (46.72%).

Vale acotar que para las parlamentarias de 2020, la Alianza Democrática (Cambiemos, Avanzada Progresista, El Cambio, AD y Copei intervenidos judicialmente) no quiso incorporar a Primero Venezuela y Venezuela Unida de Brito y Parra, no solo por prestarse a la intervención de PJ y VP, sino por señalamientos de «compras» de diputados en la AN de 2015. Para las regionales hubo una rectificación al respecto. 

 Nueva estrategia

En lo que debería ser una nueva estrategia del antichavismo para enfrentar a la administración de Nicolás Maduro, Seguías apunta que debe haber coordinación con la comunidad internacional, en el sentido de que los países que reconocen a Guaidó como presidente encargado, «deben abrir el abanico» y dialogar con otros factores de oposición que también merecen reconocimiento.

 Aclara que ello no quiere decir que resten apoyo a Guaidó, pero recomienda no seguir tratando a estos factores del antichavismo, así sean moderados, como «colaboracionistas», porque de ser esa la lógica, argumenta, el G4 por participar en los comicios regionales también se deberían tildar como tal.

 «Ya basta de pelear por preservar cuotas de poder por encima del sufrimiento del país, es hora de reflexionar», agregó.

 Para Capriles no se trata de si el G4 o la MUD deba integrar a dichas fuerzas políticas, sino de producir «una nueva configuración o coalición ampliada» con nuevas reglas de toma de decisiones, renovación y recuperación de los partidos políticos y al final de cuentas, una nueva estrategia para la oposición en general.