Este viernes, 7 de agosto, se cumplen dos años de la detención del diputado de la Asamblea Nacional (AN), Juan Requesens. Su abogado Joel García y su padre, el doctor Juan Requesens, subrayan que se trata de un secuestro. En 2018 el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) lo apresó sin orden judicial y sin respetar su inmunidad parlamentaria (artículo 200 constitucional).
Al parlamentario se le acusa de participar en el intento de magnicidio contra Nicolás Maduro en la avenida Bolívar de Caracas, el 4 de agosto de 2018, cuando un dron explotó en medio de un acto oficial. El 13 de agosto de 2018 se le imputaron siete cargos: instigación pública continuada, terrorismo, financiamiento al terrorismo, asociación para delinquir, homicidio calificado por motivo fútil en grado de frustración, homicidio calificado con alevosía en grado de frustración y posesión ilícita de armas y municiones.
García recalca que al parlamentario no se le ha podido demostrar delito alguno. Recuerda que las violaciones a los derechos de Requesens comenzaron desde que se le detuvo sin respetar su inmunidad parlamentaria. Luego, reitera, se le acusó de una supuesta flagrancia tres días después, sin que haya estado presente en el lugar de los hechos.
“Aun si hubiera existido la supuesta flagrancia, la Constitución dice que debe permanecer detenido en su casa, debe haber un pronunciamiento de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre si procede un antejuicio de mérito y solicitar a la AN despojarlo de su inmunidad parlamentaria”, explica.
Este jueves 6 de agosto la defensa del diputado fue convocada sorpresivamente a tribunales para la audiencia de continuación del juicio que inició en noviembre de 2019 y fue suspendido en marzo por la pandemia. García apunta que los llamaron el martes 4 de agosto, lo que implicó poco tiempo para prepararse.
García rechaza que en medio de una cuarentena radical los hayan obligado a esperar durante todo el día para luego enterarse a las 5:00 p.m. que la audiencia se difirió para el martes 11 de agosto a las 2:00 p.m. Asegura que en el Palacio de Justicia no se observaron otros traslados, por lo que no le extraña que supieran de antemano sobre el diferimiento.
“Este no es un proceso judicial, Requesens sabe que está preso por defender la democracia y que no se trata de si es inocente o no. Es un proceso lleno de sesgo, de violaciones a los derechos humanos, al debido proceso”, denuncia.
El abogado advierte que falta mucho para llegar a una sentencia en el caso de Requesens, quien aparece imputado junto a 16 personas más. Aunado a ello persisten las dilaciones indebidas como los diferimientos, que han alargado aún más lo que se ha convertido en una especie de viacrucis judicial.
Requesens padre suspira antes de comenzar a hablar de lo que ha significado para la familia que el hijo, el hermano, el esposo y el papá de dos hijos, lleve 730 días de encarcelamiento en El Helicoide. Recalca que no son dos años de prisión sino de lucha para que Venezuela salga de la administración de Maduro y recupere la democracia.
“Dos años se dicen fácil, pero son dos años viendo el deterioro progresivo de la calidad de vida de los venezolanos y a una persona inocente estar tras las rejas, pero que pese a ello te diga una y otra vez que la esperanza no puede perderse. Por eso decimos que no son dos años de prisión sino de lucha contra los embates de esta dictadura”, sostiene el médico traumatólogo.
Hace una semana habló por teléfono con el diputado. No lo ve personalmente desde el 6 marzo de este año, previo a la llegada de la pandemia. Revela que de vez en cuando lo dejan comunicarse con la familia aunque no cuente con privacidad. En medio de la situación es una dosis de cierta tranquilad para seguir, pues su hijo, indica, le asegura que está bien físicamente y que continúa solo en una celda.
También le expresa que los alimentos que su mamá le lleva casi a diario llegan a sus manos. El galeno no oculta que se sentiría más tranquilo si lo evaluara un médico de confianza o en un centro de salud, dada su condición de paciente bariátrico.
“Él siempre me dice que está fuerte, que hay personas en peores condiciones en la calle porque pasan hambre y ahora deben enfrentar el COVID-19 con un sistema de salud destruido. Pero igual son dos años sin poder compartir con su familia, sin estar con sus hijos pequeños”, recuerda.
El diputado José Manuel Olivares denunció la existencia de un foco de contagio en El Helicoide. Ante esto, la familia pide a la misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que visite ese y otros centros de reclusión para que constante las condiciones de los privados de libertad y si se están cumpliendo las medidas preventivas contra el virus. También ha sido una solicitud que los presos políticos reciban medida de casa por cárcel al menos mientras dure la pandemia.
Cuestionan que se prohíban las visitas para evitar el contagio, mientras se habla de funcionarios que entran y salen de las instalaciones sin las medidas adecuadas.
Se permite enviar un mensaje a la oposición que lucha a diario por liberar a los presos políticos, de parte de Requesens hijo: “No nos enfoquemos en los errores sino en lo que se ha logrado para seguir adelante”, “por nuestra parte – acota el doctor- esta familia no se arrodilla ni se rinde”.
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Este viernes, 7 de agosto, se cumplen dos años de la detención del diputado de la Asamblea Nacional (AN), Juan Requesens. Su abogado Joel García y su padre, el doctor Juan Requesens, subrayan que se trata de un secuestro. En 2018 el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) lo apresó sin orden judicial y sin respetar su inmunidad parlamentaria (artículo 200 constitucional).
Al parlamentario se le acusa de participar en el intento de magnicidio contra Nicolás Maduro en la avenida Bolívar de Caracas, el 4 de agosto de 2018, cuando un dron explotó en medio de un acto oficial. El 13 de agosto de 2018 se le imputaron siete cargos: instigación pública continuada, terrorismo, financiamiento al terrorismo, asociación para delinquir, homicidio calificado por motivo fútil en grado de frustración, homicidio calificado con alevosía en grado de frustración y posesión ilícita de armas y municiones.
García recalca que al parlamentario no se le ha podido demostrar delito alguno. Recuerda que las violaciones a los derechos de Requesens comenzaron desde que se le detuvo sin respetar su inmunidad parlamentaria. Luego, reitera, se le acusó de una supuesta flagrancia tres días después, sin que haya estado presente en el lugar de los hechos.
“Aun si hubiera existido la supuesta flagrancia, la Constitución dice que debe permanecer detenido en su casa, debe haber un pronunciamiento de la Sala Plena del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) sobre si procede un antejuicio de mérito y solicitar a la AN despojarlo de su inmunidad parlamentaria”, explica.
Este jueves 6 de agosto la defensa del diputado fue convocada sorpresivamente a tribunales para la audiencia de continuación del juicio que inició en noviembre de 2019 y fue suspendido en marzo por la pandemia. García apunta que los llamaron el martes 4 de agosto, lo que implicó poco tiempo para prepararse.
García rechaza que en medio de una cuarentena radical los hayan obligado a esperar durante todo el día para luego enterarse a las 5:00 p.m. que la audiencia se difirió para el martes 11 de agosto a las 2:00 p.m. Asegura que en el Palacio de Justicia no se observaron otros traslados, por lo que no le extraña que supieran de antemano sobre el diferimiento.
“Este no es un proceso judicial, Requesens sabe que está preso por defender la democracia y que no se trata de si es inocente o no. Es un proceso lleno de sesgo, de violaciones a los derechos humanos, al debido proceso”, denuncia.
El abogado advierte que falta mucho para llegar a una sentencia en el caso de Requesens, quien aparece imputado junto a 16 personas más. Aunado a ello persisten las dilaciones indebidas como los diferimientos, que han alargado aún más lo que se ha convertido en una especie de viacrucis judicial.
Requesens padre suspira antes de comenzar a hablar de lo que ha significado para la familia que el hijo, el hermano, el esposo y el papá de dos hijos, lleve 730 días de encarcelamiento en El Helicoide. Recalca que no son dos años de prisión sino de lucha para que Venezuela salga de la administración de Maduro y recupere la democracia.
“Dos años se dicen fácil, pero son dos años viendo el deterioro progresivo de la calidad de vida de los venezolanos y a una persona inocente estar tras las rejas, pero que pese a ello te diga una y otra vez que la esperanza no puede perderse. Por eso decimos que no son dos años de prisión sino de lucha contra los embates de esta dictadura”, sostiene el médico traumatólogo.
Hace una semana habló por teléfono con el diputado. No lo ve personalmente desde el 6 marzo de este año, previo a la llegada de la pandemia. Revela que de vez en cuando lo dejan comunicarse con la familia aunque no cuente con privacidad. En medio de la situación es una dosis de cierta tranquilad para seguir, pues su hijo, indica, le asegura que está bien físicamente y que continúa solo en una celda.
También le expresa que los alimentos que su mamá le lleva casi a diario llegan a sus manos. El galeno no oculta que se sentiría más tranquilo si lo evaluara un médico de confianza o en un centro de salud, dada su condición de paciente bariátrico.
“Él siempre me dice que está fuerte, que hay personas en peores condiciones en la calle porque pasan hambre y ahora deben enfrentar el COVID-19 con un sistema de salud destruido. Pero igual son dos años sin poder compartir con su familia, sin estar con sus hijos pequeños”, recuerda.
El diputado José Manuel Olivares denunció la existencia de un foco de contagio en El Helicoide. Ante esto, la familia pide a la misión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) que visite ese y otros centros de reclusión para que constante las condiciones de los privados de libertad y si se están cumpliendo las medidas preventivas contra el virus. También ha sido una solicitud que los presos políticos reciban medida de casa por cárcel al menos mientras dure la pandemia.
Cuestionan que se prohíban las visitas para evitar el contagio, mientras se habla de funcionarios que entran y salen de las instalaciones sin las medidas adecuadas.
Se permite enviar un mensaje a la oposición que lucha a diario por liberar a los presos políticos, de parte de Requesens hijo: “No nos enfoquemos en los errores sino en lo que se ha logrado para seguir adelante”, “por nuestra parte – acota el doctor- esta familia no se arrodilla ni se rinde”.