“¡Levanten las manos para que vean que no tenemos nada!”, gritaba un joven con máscara de gas a sus compañeros en plena autopista. A más de 50 metros, un piquete de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) impedía el paso de los manifestantes por la parte de arriba y por la de abajo de la Francisco Fajardo. No les dio tiempo ni de ponerse de acuerdo cuando ya los efectivos empezaron a correr hacia el grupo de 100 personas aproximadamente. ¡Tas! ¡Tas! Empezaron a caer las bombas lacrimógenas.

Los diputados no querían ir a la autopista. “Hasta aquí llega la marcha“, exclamaron los dirigentes opositores cuando la convocatoria que salió del Central Madeirense, en la avenida Sanz en El Marqués y llegó hasta Parque Cristal, en la avenida Francisco de Miranda. No importó la lluvia ni que fuera Jueves Santo, con paraguas, ponchos y banderas la gente intentó resguardarse, sin éxito, del palo de agua.

A las 11:50 am la marcha inició con paso rápido. Al frente, iban los diputados Miguel Pizarro y Julio Borges. Los opositores llevaban las camisas adheridas al cuerpo, pero ya no por el sudor. La lluvia no dio tregua a los manifestantes, pero siguieron su paso, cual procesión pero sin santo, hasta Parque Cristal. “La idea es que la marcha empiece en el municipio y termine en el municipio”, explicó Pizarro.

“Yo vine porque uno tiene que venir. No importa la lluvia ni que sea Semana Santa. Tenemos que actuar porque siempre nos quejamos de que nunca hacemos nada”, expresó César Díaz, quien cargaba el tricolor empapado en su espalda.

Para Germán, la lluvia tampoco fue una razón para quedarse en casa. Todo lo contrario, vio las nubes en el cielo como un buen augurio. “Esta lluvia de hoy es renovadora. Creo que va a limpiar al pueblo de Venezuela de todos sus males”, dijo. La inseguridad, la falta de separación de poderes y las escasez son algunos de ellos.

Como si se tratara de uno de los siete templos, los caraqueños peregrinaron hasta Parque Cristal. Sin embargo, para algunos no fue suficiente y continuaron su paso hasta Bello Campo, donde bajaron hacia la autopista. “¡Nadie tiene vacaciones aquí!”, gritó un joven antes de sumarse al grupo que trancó el paso de vehículos.

El grupo siguió caminando por la Fajardo hasta que se encontró con el piquete de la GNB a la altura de Chacaíto. Muchos se devolvieron al ver los guardias corriendo hacia ellos, otros bajaron por el puente hasta Las Mercedes. Desde el otro lado de El Guaire, los cuerpos de seguridad se desplegaron y tomaron posiciones. Ya había escampado, pero en ese momento fueron las bombas las que llovieron de la autopista.

Asumiendo su desventaja, los manifestantes opositores se dispersaron hacia la principal de Las Mercedes. Ahí ya nadie volvió a llamar a la autopista: los guardias, los policías y las bombas eran demasiados para el reducido grupo. “Ya perdimos el día de hoy”, comentó un joven, resignado. “Será para la próxima”, se despidió. Ni en en Jueves Santo los cuerpos de seguridad dudaron en arremeter.

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