La elección interna de los candidatos de cada coalición y la conformación del Senado y la Cámara en Colombia de este domingo 13 de marzo arroja, de acuerdo con internacionalistas, un avance indiscutible de Gustavo Petro hacia la presidencia del vecino país y el Pacto Histórico en el Congreso, pero aún no es una victoria que puede considerarse definitiva.
«Las elecciones muestran a un país dividido por la cantidad de partidos con representación en el Congreso y en las que indiscutiblemente el uribismo no salió bien parado. Gane quien gane la presidencia, la complejidad que tendrá el nuevo Congreso es que pueda garantizar la gobernabilidad con fuerzas tan dispares, esto obligará a acuerdos», señala el director de la Escuela de Estudios Internacionales de la Universidad Central de Venezuela, Luis Daniel Álvarez, a Efecto Cocuyo.
Petro no tiene todo resuelto
Según los resultados electorales emitidos por la Registraduría, con 99,41%, Pacto Histórico logró 16 senadores de 102 y 25 representantes a la Cámara, lo que le obliga a tender puentes con otros partidos, aunque con ventaja para ser la coalición mayoritaria en el Legislativo.
Para ganar en primera vuelta en las presidenciales Petro necesita sumar otros 5 millones de votos, sumados a los 4,5 millones, obtenidos individualmente en las elecciones internas, sufragios que en gran parte podría aportar el Partido Liberal con el que Petro ha tenido acercamientos, además del Partido Verde.
A juicio de Álvarez, especialmente el Partido Liberal, con 15 senadores y 32 logrados en la Cámara, puede convertirse en el gran elector en unas presidenciales al definir a quién dará su apoyo.
«No me atrevería a decir que Petro es el ganador porque la oposición a él todavía es mayor», advierte.
Por el bando de la derecha, el ganador en las internas fue Federico Gutiérrez, del movimiento Creemos Colombia, con 2,1 millones de votos, que lo convierten en el rival de Petro y de Sergio Fajardo (ganador de la consulta del centro con 723.000 votos) y otros candidatos independientes en las presidenciales del 29 de mayo como la política y exrehén de las Farc, Ingrid Betancourt.
El gran perdedor
Para el también internacionalista, Eduardo Díaz, los comicios del fin de semana en el vecino país muestran a una Colombia polarizada en la carrera por la presidencia y que las dificultades de la gobernabilidad serán más o menos acentuadas, dependiendo de la mano de quien gane y del comportamiento de los partidos en el Congreso.
«La derecha se caracteriza por una mano más dura, esperemos que no caiga en la dura represión contra las protestas sociales en la que incurrió Duque. Si agarra la izquierda dependerá de que cumpla su promesa de mayores reivindicaciones sociales sin desviarse en un modelo parecido al venezolano», dice.
El partido de gobierno, Centro Democrático, cuyo líder es el expresidente Álvaro Uribe y que integra Duque, fue el gran perdedor de la jornada. Obtuvo 14 escaños en el Senado y 16 en la Cámara de Representantes, de 19 y 32 curules que obtuvo en las elecciones de 2018. La votación por este partido bajó de 2,5 millones de votos de 2018 para el Senado, a 1,9 millones en 2022, mientras que en la Cámara de Representantes pasó de 2,3 millones en 2018 a 1,6 millones este año.
Relaciones con Venezuela
Álvarez destaca que todos los aspirantes a la presidencia del vecino país, incluyendo a la izquierda, han sido hábiles para no retratarse con Nicolás Maduro, por las repercusiones negativas que ello traería para sus candidaturas, pese a que la mayoría comparte la necesidad de retomar relaciones con Venezuela «gobierne quien gobierne».
No es casual que Maduro haya ubicado a Petro, Pedro Castillo en Perú y Gabriel Boric en Chile, del lado de lo que llama «izquierda falsa y cobarde» por atacar a su gobierno, no reconocido por el actual presidente de Colombia, Iván Duque.
Colombia ha recibido a 1,8 millones de migrantes venezolanos que huyen de la emergencia humanitaria. Desde hace un año se implementa en ese país el Estatuto Temporal de Protección (ETPV), con un alcance de 605.220 otorgados y que garantizan la permanencia en el país hasta por diez años, así como el acceso a servicios de salud, educativos y bancarios.
Dicha medida del gobierno de Duque fue apoyada por Petro. Autoridades colombianas han advertido que no pueden recibir a más migrantes venezolanos sin ayuda financiera internacional.
«En el caso de Petro, ha formulado serías críticas al gobierno de Maduro y está por verse si ahora lo hace por conveniencia o si se suma a la línea de Castillo en Perú y Boric en Chile, quienes se refieren al modelo venezolano como fracasado. Ciertamente Colombia debe verse en el espejo de Venezuela por la cantidad de migrantes allá» agrega Díaz.