“Queremos unas elecciones presidenciales libres, justas y verificables, que permitan que sea el pueblo venezolano el que dé su voz sobre cuál es el destino del país”, expresó este martes 27 de octubre desde Madrid, el dirigente político Leopoldo López, en su primera rueda de prensa tras lograr su libertad.
Una de las críticas sobre la salida del máximo dirigente del partido Voluntad Popular (VP) es que, pese a superar el encierro sea en la cárcel de Ramo Verde, su residencia y la Embajada de España, sus alternativas para impulsar un cambio político en Venezuela se verán reducidas en el exilio.
López prometió desde el otro lado del mundo que “la dictadura no durará para siempre” y que impulsará unos comicios democráticos, pero la pregunta es cómo piensa lograrlo.
Politólogos creen que las actuaciones del comisionado presidencial para el Centro del Gobierno de Juan Guaidó, servirán en primera instancia como una caja de resonancia importante de la crisis venezolana en el exterior, moverse en aguas de eventuales negociaciones para lograr las elecciones presidenciales y para recuperar su liderazgo. Los resultados dependerán de la estrategia, advierten, aunque de momento las posibilidades de éxito lucen remotas.
Panorama difícil
“Ahora veo muy difícil que logre lo que pretende, porque si bien Guaidó tiene un importante apoyo internacional de casi 60 países, Nicolás Maduro, logró resistir y estabilizarse mientras la oposición no ha alcanzado los objetivos y está dividida”, expresa a Efecto Cocuyo el politólogo Dimitris Pantoulas.
El consultor político estima que producto de las gestiones del exalcalde del municipio Chacao, algunos países optarán por profundizar las sanciones y otros ayudarán a presionar para alcanzar la negociación. Los resultados de intentos similares están a la vista. Añade que lo que derive en materia de política exterior hacia Venezuela, de los resultados de la elección presidencial en Estados Unidos jugará un rol importante.
En la rueda de prensa, López mencionó que planteó ante el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, ampliar las sanciones de la Unión Europea contra “los violadores de derechos humanos dentro del círculo de la dictadura”, concretamente a 56 funcionarios de la administración de Maduro, señalados en el Informe de la Misión de Determinación de Hechos Sobre Venezuela.
Negociación
Como funcionario del Gobierno interino, López descarta una negociación directa con Maduro, cuyos resultados sean las elecciones presidenciales libres. Pero admitió que sí pueden haber acercamientos a su entorno con el objetivo de incorporarlos a un proceso de transición.
El más reciente fracaso de una mediación fue protagonizada por el alto representante de la Unión Europea para la Política Exterior, Josep Borrell, luego de gestiones del dirigente de Primero Justicia, Henrique Capriles. Borrell intentó sin éxito que la administración chavista suspendiera las elecciones parlamentarias fijadas para el 6 de diciembre, con el fin de lograr mayores garantías de democracia y participación.
Para el politólogo Piero Trepiccione, una negociación sin Maduro no es viable porque es quien controla el Poder Ejecutivo en Venezuela. En lo que sí coincide con López es que con el líder del chavismo será difícil lograr un entendimiento.
“Lo sustancial de Leopoldo López en el exilio es que se va a tener a un líder opositor con más tribuna en el concierto de naciones sobre el tema de Venezuela. Se podrá expresar libremente, de manera directa, sin intermediarios y ese es un factor clave, porque estando encerrado limitaba sus posibilidades para que la estrategia de la oposición tuviera éxito. Será una mayor caja de resonancia de la crisis venezolana”, señala.
¿División o reunificación?
Actualmente los liderazgos visibles de la oposición, el de María Corina Machado, Capriles y Guaidó, siguen caminos diferentes. Pantoulas advierte sobre el riesgo de que López al retomar su protagonismo pueda ser un factor que divida aún más a la oposición, si en medio de sus gestiones resulta opacado el actual presidente interino, o si maneja una agenda particular.
“Antes Leopoldo López estaba detrás de Guaidó, ahora es visible, lo que podría llevar a una redefinición de roles”, apunta.
Trepiccione añade que también puede suceder lo contrario, que el expreso político se convierta en un factor de reunificación de la oposición dentro y fuera de Venezuela y de articulación de la estrategia para lograr el cambio político.
“Sería muy torpe si su intención es otra, el país requiere una reconexión de la gente con el liderazgo político que está en su peor momento y eso pasa por promover la unidad en lugar de profundizar las diferencias”, dice.