A la disposición del nuevo gobierno de Colombia y de la administración de Nicolás Maduro de normalizar las relaciones diplomáticas rotas en 2019 y los contactos para la reactivación de la zona fronteriza, se sumaron declaraciones de la próxima vicecanciller del país vecino, Laura Gil, sobre el reinicio del funcionamiento de los consulados neogranadinos en Venezuela.
Aún no hay designaciones, pero el fin de semana se especuló también que el exsenador Armando Benedetti, presente en la reunión entre el canciller designado de Colombia Álvaro Leyva, su par venezolano, Carlos Faría y el gobernador del Táchira, Freddy Bernal, podría ser el próximo embajador ante Venezuela.
Internacionalistas consultados por Efecto Cocuyo, ven como positivo el regreso del embajador neogranadino a Caracas y que se restablezcan las relaciones entre ambos países, puesto que los más afectados por la ruptura, afirman, fueron los ciudadanos y no los gobiernos.
Sin embargo creen que el representante diplomático de Gustavo Petro deberá moverse con «cautela» ante el manejo político partidista de las relaciones internacionales por parte de Miraflores, en el que no predominan precisamente, según señalaron, los intereses del país. Esto, advierten, pese a la afinidad «ideológica» de ambos gobiernos.
Posición de respeto
«El nuevo embajador de Colombia no tiene por qué venir a reconocer o atacar a ningún bando político, lo mejor que puede hacer es evitar tomar parte de la situación del país, asumir una posición de respeto y limitarse a atender los intereses de su país en el nuestro», señaló el presidente del Colegio de Internacionalistas de Venezuela, Juan Francisco Contreras.
Contreras advirtió que en Venezuela no se usa una política de Estado sino de Gobierno y de partido, por lo que los intereses nacionales, afirmó, son supeditados a lo ideológico. A su juicio, esto tiende un piso frágil en el reinicio de relaciones entre Colombia y Venezuela pese a la tendencia de izquierda del nuevo gobierno de Petro.
«La primera actividad de los nuevos embajadores ante Venezuela y Colombia debería ser romper con esa relación de tipo ideológico y que los ciudadanos pasen a ser lo más importante, que se reactive plenamente la frontera, se fortalezcan ambas economías y se combata a los grupos irregulares», subrayó.
El último embajador de Colombia en Venezuela, bajo el mandato de Juan Manuel Santos, Ricardo Lozano, fue llamado a «consulta» a Bogotá desde marzo del año 2017 y no regresó. Esto se dio en momentos en que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) venezolano emitió sentencias que despojaban de sus competencias a la Asamblea Nacional de mayoría opositora y la fiscal Luisa Ortega Díaz denunciaba ruptura del orden constitucional.
El sucesor de Santos, Iván Duque, tampoco envío embajador a Caracas, puesto que negó a reconocer al gobierno de Maduro y en cambio sí lo hizo con el gobierno interino de Juan Guaidó.
Malabarismo político
Para el directivo del Consejo Venezolano de Relaciones Internacionales, Iván Rojas, además de acompañar el proceso de reabrir y regularizar la situación de la frontera colombo venezolana, el nuevo embajador colombiano deberá lidiar con las denuncias sobre la actuación de grupos guerrilleros en territorio venezolano y las peticiones de la sociedad civil sobre los migrantes venezolanos en el vecino país.
No duda que dicho sector toque las puertas de la Embajada con la expectativa de ser escuchados.
«No espero que la administración de Petro vaya a tomar muy en serio las denuncias sobre actuación de grupos irregulares armados en Venezuela, mientras que el gobierno de Maduro seguirá ignorando el tema. En cuanto a la migración venezolana no creo que se reviertan las políticas de Duque al respecto pero tampoco se aplicarán beneficios adicionales para no dejar en evidencia la crisis venezolana, por lo que el tendrán que hacer malabarismo político para evitar tensiones» dijo el internacionalista.
Aseguró que no puede esperarse que la gestión de Petro sea totalmente aliada al gobierno de Maduro, tal como lo fueron en el pasado los gobiernos de Brasil con Luiz Inácio «Lula» Da Silva; de Bolivia con Evo Morales; de Ecuador con Rafael Correa y los Kirchner en Argentina. A su juicio, la composición del Gabinete de Petro con representantes de la izquierda, centro izquierda y centro, es un indicativo.
Vale recordar que durante la campaña electoral Petro criticó las políticas de Maduro y su falta de democracia, lo que le valió el calificativo de «falsa izquierda» por parte del gobernante venezolano.
Relación con el interinato
Petro reconoce a Maduro como presidente de Venezuela, pero Rojas no descarta «contactos informales» con la oposición venezolana.
«No tiene que visibilizar a Guaidó como jefe de la oposición venezolana con lo que no quedaría claro quien es el interlocutor válido, lo que debilitaría los contactos de la oposición como grupo», acotó.
Contreras reitera que si el nuevo embajador se limita a sus funciones podrá evadir el verse forzado a apoyar a algunos de los bandos políticos en Venezuela.