El presidente (e) de la República, Juan Guaidó, puso un costo muy alto sobre el 23 de febrero y se arriesga a que su capital político salga afectado, en opinión de expertos consultados.
Su apuesta a que entre “sí o sí” la ayuda humanitaria eleva considerablemente las expectativas de la población lo que puede jugarle en contra al líder emergente de la oposición.
Mientras que la imagen de Nicolás Maduro también sufrirá más descrédito si impide la entrada de alimentos y medicinas como ha anunciado reiteradamente.
“El riesgo es que su capital político salga afectado. Las expectativas puestas en esa acción colectiva son muy elevadas, por lo que el impacto negativo sería proporcional. Se ha centrado el interés en ese evento en particular, cuando hay otros frentes que también se pueden mostrar como relevantes: esfuerzos comunitarios, activismo, etc”, explica la politóloga María Puerta Riera.
La analista advierte el uso represivo de la fuerza en la frontera con Colombia y Brasil que es por donde salen los migrantes venezolanos. “Si la ayuda se queda en Cúcuta eso podría llevar a un recrudecimiento de la represión en la zona y desesperación en la población”, sostiene.
Afirma que Maduro usa el hambre, la miseria, la criminalidad desbordada y la represión policial y militar como instrumento de control social.
“El escenario más probable es de un escalamiento en el conflicto. El régimen de Maduro no da señales de ceder y la gente está desesperada por una salida. Mi temor es que la violencia se apodere de ese esfuerzo y la gente más vulnerable sea revictimizada”, advierte.
El profesor de teoría política Óscar Vallés coincide en que Guaidó “se impuso una barrera muy alta” al prometer la ayuda para el 23 de febrero. “Si no logra éxitos en corto plazo puede empezar a transitar el camino del desgaste”, opina.
A su juicio hay dos probables escenarios para el sábado: 1.-Se produce un abierto y explícito desconocimiento de (Nicolás) Maduro permitiendo el ingreso de la ayuda humanitaria o 2.- No se permite el ingreso de los insumos y las fuerzas que acompañan a Guaidó “tendrán que jugársela”.
Si no entra la ayuda el efecto que tendrá “puede afectar la velocidad de la transición en Venezuela. Lo peor que nos puede pasar es que la tensión y el pulseo entre Maduro y Guaidó se alargue indefinidamente. No veo a corto plazo en el seno de la revolución un elemento que permita quebrar la cúpula dominante”.
“Maduro tiene que dar una demostración de fuerza a los cuadros medios de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a sus gobernadores, a sus alcaldes y concejales”, señala el analista.
Vallés aclaró que la ayuda humanitaria es aquella que ha sido admitida por el Estado, una situación que no ocurre en este momento, mientras que la intervención humanitaria es aquella que entra con un componente militar. “Si los insumos entran por la fuerza dejarán de ser ayuda para convertirse en intervención”, advirtió.
Mientras la oposición intenta ingresar ayuda humanitaria por las fronteras con Colombia y Brasil, el régimen de Nicolás Maduro solicitó insumos a la Organización de Naciones Unidas luego de negar reiteradamente la existencia de una emergencia en el país.
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