En qué se diferencia la negociación en México y por qué genera nueva expectativa
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El memorándum de entendimiento que firmaron las delegaciones del gobierno y la oposición en México contiene la metodología que se aplicará en esta nueva ronda de negociación.

Expertos en resolución de conflicto consideran que el método “es positivo” porque, aunque parte del principio de que “nada está acordado hasta que todo lo esté”, se incorpora la posibilidad de alcanzar acuerdos parciales e incrementales que permitirán atender temas urgentes, como por ejemplo, las acciones humanitarias que beneficien a la población más vulnerable.

“En el pasado tuvimos declaraciones de principios, tuvimos una en 2016 cuando la negociación con Unasur y el Vaticano que se llamó Convivir en Paz, en 2002 también. Pero en este caso tenemos un memorándum que establece claramente cuál es el objetivo y habla de una negociación intensa, lo cual quiere decir que estarán sentados hasta que se logre el acuerdo; que será integral porque van a abordar temas diversos y también habla de acuerdos parciales e incrementales, lo cual me parece un acierto porque en anteriores ocasiones se partía de la idea de que había que negociar todo o nada”, señala el doctor en estudios de paz y conflictos Francisco Alfaro.

El politólogo destaca que estos avances parciales serán incorporados en el acuerdo final y serán irreversibles, con lo cual, si alguna de las partes quiere revocar algo más adelante no podrá hacerlo.

La exigencia en cuanto a la garantía de paridad de género en las delegaciones también es positiva, en opinión de Alfaro: “La presencia de las mujeres en estos mecanismos ha sido muy minoritaria, ha habido participación de bajo perfil, pero no en las mesas de negociación. Creo que debe hacerse este esfuerzo por incluir a más mujeres”.

Mecanismo de consulta

Los representantes de la sociedad civil también deben ser incorporados y, en este sentido, el analista considera oportuna la decisión de establecer un mecanismo de consulta incluyente con actores políticos y sociales.

Para el politólogo y psicólogo social Ricardo Sucre la estrategia de las partes de implementar este mecanismo de consulta busca “darle dolientes” al memorándum de entendimiento porque “sin dolientes cualquier negociación muere”, afirma.

Coincide en que el documento tiene una perspectiva de resolución de conflictos de corto, mediano y largo plazo. “A diferencia del intento de 2017 y 2018, aquí se flexibiliza la posibilidad de alcanzar acuerdos parciales, las partes pueden, si así lo consideran, tomar decisiones urgentes, ahí entra el ámbito humanitario”, comenta.

“Mi lectura sobre el documento es positiva, siento que esos siete puntos retoman el consenso que lograron las partes en 2019, la diferencia es que se incorpora el tema económico en solitario. Si se compara con 2019 se nota un trabajo de mayor pulitura en la fase exploratoria, hay menos temas sueltos que en negociaciones previas”, agrega.

La agenda y los enviados

En cuanto a la agenda, Sucre considera que los puntos políticos contenidos no excluyen lo humanitario: “Sin desmeritar los demás temas, lo fundamental es lo político porque el reconocimiento político de las partes y la construcción de confianza será lo que permitirá avanzar y abrir puertas en otras áreas”.

Sobre la composición de las delegaciones explica: “La escogencia de la oposición estuvo más orientada por las necesidades que por el género u otros motivos. Los que están ahí sentados son los jefes: el representante de Juan Guaidó es Gerardo Blyde, el de Leopoldo López es Carlos Vecchio y el de Henrique Capriles es Stalin González. Lo de Roberto Enríquez y Mariela Magallanes no me sorprende, la oposición tenía que ir con una representación de los partidos grandes y pequeños porque si la negociación iniciaba con críticas de exclusión desde sus filas iba a empezar mal”.

Descarta que la aparición de Nicolás Maduro Guerra en la delegación oficialista tenga que ver con un problema de desconfianza del gobierno hacia Jorge Rodríguez y Héctor Rodríguez. “Creo que Maduro está preparando a su hijo en su carrera política, también le envía un mensaje a la oposición que no lo reconoce, sentar a su hijo ahí es como si estuvieran negociando con él”, opina.

“Creo que la Plataforma Unitaria es representativa del archipiélago opositor aunque el sector cercano a María Corina Machado, al Diálogo Nacional y al chavismo disidente no están incorporados. En el caso del gobierno creo que es representativo del sector cercano a Maduro (…) siento que la agenda equipara los temas políticos, sociales, económicos y humanitarios. Ahora, cómo se van a discutir, cuáles se van a priorizar, es lo que hay que ver, es una agenda bastante ambiciosa”, complementa Alfaro.

El politólogo enumera cinco factores de contexto que marcan la diferencia con intentos anteriores de negociación y que pueden contribuir a que esta nueva ronda avance:

1️⃣ La sociedad demanda acuerdos en lo humanitario, lo económico y lo político aunque mantiene bajas expectativas. “A estos procesos siempre se tiene que ir con altas aspiraciones, pero bajas expectativas”.

2️⃣ Los sectores sociales (ONG, organizaciones de base, empresariado, iglesia, etc) están apoyando muy fuertemente la negociación. “Es verdad que siempre han apoyado la resolución pacífica, pero desde hace un año este apoyo es más expreso y fuerte porque se entiende que solo a través de la reinstitucionalización vamos a poder resolver los demás conflictos”.

3️⃣ Ambas coaliciones están en una situación de mayor precariedad. “En el caso de la oposición hace dos años tenía la opción de fuerza sobre la mesa, aunque fuera retórica solamente, eso hacía que un sector no se viera necesidad de negociar. En el caso de Maduro, antes tenía más recursos y el peso de las sanciones no se habían sentido tanto como ahora. La gobernabilidad es cada vez más difícil y esto lo vimos en Apure, la Cota 905, donde pareciera que el estado va fragilizándose y perdiendo el control sobre los territorios. También está la posibilidad de que se enfrenten a la judicialización a través de la Corte Penal Internacional”.

4️⃣ El cambio en la política exterior de Estados Unidos, con la llegada de Joe Biden, es más realista y clara. Otro cambio importante es que el gobierno estadounidense está dispuesto a considerar el levantamiento de algunas sanciones si ve avances en la resolución del conflicto político.

5️⃣ La coordinación de actores internacionales: la Unión Europea, Estados Unidos y Canadá.

Acompañamiento internacional

Parte del diseño previsto para la negociación contempla el acompañamiento internacional con roles específicos: un facilitador (Reino de Noruega), acompañantes (Reino de Los Países Bajos y la Federación de Rusia) y un grupo de países amigos que están por definirse.

Sobre esto, Alfaro declara: “En intentos anteriores de negociación se ha hablado de la necesidad de crear un segundo anillo con países que tienen intereses en el conflicto venezolano (Rusia, China, Estados Unidos, etc). Lamentablemente, este conflicto involucra a otros actores con lo cual los venezolanos hemos perdido control sobre su resolución. Lo lógico sería que este grupo de países sea lo más equilibrado posible”.

Mientras que Sucre expone las razones que cree responden a la selección de los dos acompañantes. “Rusia es el aliado político del gobierno, no es China, ese es un aliado de otro tipo. También tiene experiencia en estos procesos y es un actor que le da confianza al gobierno al igual que México. Los Países Bajos es el aliado de la oposición, tiene una buena comunicación con Estados Unidos, es un canal. Además su embajador está en Venezuela y mantiene una posición más política en comparación con otros embajadores, tiene una postura que permite la comunicación”.

Alfaro se pregunta si el hecho de que la sede de la Corte Penal Internacional esté ubicada en Los Países Bajos tenga que ver con su selección como acompañante.

Desaparece el interinato

Un elemento que generó polémica fue la identificación de las partes en el espacio dispuesto para la firma del memorándum. A Jorge Rodríguez se le identifica como el representante del gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y a Gerardo Blyde como el vocero de la Plataforma Unitaria de Venezuela, lo que para algunos significa el fin del gobierno interino.

“Es evidente que es más una concesión de la oposición. Ahora, el gobierno también está reconociendo a este sector como la oposición de Venezuela, al menos en el documento, vamos a ver si lo hacen en los términos reales. Si lo vemos desde el punto de vista discursivo, no hay interino porque se está reconociendo a una autoridad ejecutiva (el gobierno de Maduro)”, señala Sucre.

Pero Alfaro cree que “si bien es cierto que la figura del interino está debilitada sigue existiendo”. “El gobierno interino recibió el respaldo de varios países recientemente. Probablemente se usó el término plataforma unitaria para representar a todo el archipiélago opositor y porque el gobierno de Maduro exigió esto para sentarse en la mesa, probablemente se tuvo que negociar el tema de la narrativa. Al final ninguno de los dos va a poder gobernar y asegurar la estabilidad del país solo”, concluye.

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