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Efecto Cocuyo | @efectococuyo
Foto por Iván Ernesto ReyesUn sector de la sociedad civil adelanta gestiones para influir en la elección del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Las organizaciones no gubernamentales trabajan discretamente en la postulación de venezolanos honorables que cumplan con las credenciales y que puedan garantizar la independencia del Poder Electoral en los próximos siete años.
Expertos en materia electoral, miembros de la academia y exfuncionarios del CNE son considerados para formar parte de la lista de postulados que podrán presentar los requisitos hasta este jueves 25 de febrero. Sin embargo, no hay certeza de que universidades autónomas como la UCV propongan candidatos, por los cuestionamientos que existen sobre la legitimidad del Poder Legislativo, lo que reduce las posibilidades de tener rectores imparciales.
De acuerdo con la Constitución y la Ley del Poder Electoral tres de los cinco rectores principales deben ser postulados por la sociedad civil, uno por las facultades de ciencias jurídicas y políticas de las universidades nacionales y uno por el Poder Ciudadano.
El principal reto de las organizaciones que emprenden esta apuesta, agrupadas en la plataforma Diálogo Social, es la aplastante mayoría chavista que domina la Asamblea Nacional y que tendrá la última palabra en el nombramiento de las próximas autoridades electorales.
La directora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, Griselda Colina, y el director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), Carlos Medina, ven una ventana de oportunidad para elegir un CNE independiente.
Para ambos, la incorporación al comité de postulaciones electorales del politólogo Jesús González y del doctor en física Humberto Rojas, quien además en miembro de la Red Electoral Asamblea de Educación, es una señal de “apertura” que permite a la sociedad civil incidir de manera positiva en el proceso.
“Creemos que hay que aprovechar la oportunidad que se abre para nombrar a un nuevo CNE. No podemos como sociedad civil dejar de participar, tenemos a dos personas en el comité (Jesús González y Humberto Rojas), hicimos esfuerzos para que estuvieran ahí, son nuestros ojos y nuestras voces por eso estamos instando a distintas personalidades a que presenten sus candidaturas”, expone Griselda Colina.
La comunicadora social insiste en que la celebración de elecciones libres, justas y competitivas tiene como primera condición el nombramiento de un árbitro electoral que realmente sirva al país, genere confianza y le devuelva al voto su poder como instrumento para el cambio pacífico.
“Entendemos que hay una desconfianza, que hay una polarización que nos ha afectado a todos, pero luego de dos años (2019 y 2020) en los que no se avanzó en temas electorales y en los que la abstención no sirvió para nada, hay que ocupar los espacios”, argumenta.
Agrega que la estrategia apunta a presentar nombres de personas que tengan una trayectoria de peso “que sean imposibles de rechazar y, en caso de que los rechacen genere ruido sobre el proceso”.
“Si no creyéramos que hay oportunidades no lo haríamos”, sostiene, aunque reconoce que la negociación entre actores políticos será decisiva para materializar los cambios que aspiran.
“En términos de fuerza política en la Asamblea Nacional, el Psuv puede decidir qué CNE va a poner porque tiene los votos para hacerlo. Pero la decisión que tomen va a tener consecuencias. Las últimas elecciones le dieron una amplísima mayoría al Gobierno, pero con una participación de apenas 30% de los electorales y en condiciones que hicieron que esa AN no sea reconocida ni dentro ni fuera del país, ese es un costo que tiene el Gobierno en este momento, no tiene la legitimidad amplia que requiere ese cuerpo para su funcionamiento”, sostiene Carlos Medina.
Sobre las sanciones contra 19 funcionarios incluidos rectores del CNE que aprobó la Unión Europea, Medina considera que las medidas “son consecuencia de la falta de institucionalidad en el país” y su impacto en el proceso de renovación del Poder Electoral dependerá de la participación activa que tenga la sociedad civil.
“Creo que puede obstaculizar el proceso, pero también puede generar presión para lograr mejores condiciones”, señala.
Colina coincide con el planteamiento: “Ciertamente afecta el trabajo que estamos haciendo para promover la participación; sin embargo, entendemos que se manda un mensaje claro de cuáles son las líneas rojas que la comunidad internacional no está dispuesta a aceptar en cuanto a elecciones libres”.
El nuevo CNE es crucial para destrancar la crisis política en el país. Los rectores serán elegidos por la Asamblea Nacional después de 15 años (la última vez que el Legislativo los nombro fue en 2006) y tendrán en sus manos decisiones tan trascendentales como las elecciones presidenciales de 2024.
¿Tiene el chavismo incentivos para hacer concesiones?
El politólogo y psicólogo social Ricardo Sucre considera que el incentivo principal de Nicolás Maduro es buscar una “regularización del conflicto” o “estabilidad política” y su actuar apunta a que la Asamblea Nacional de mayoría chavista se imponga. No obstante, ve poco probable que el régimen esté dispuesto a ceder condiciones que pongan en peligro su permanencia en el poder.
A su juicio, las sanciones de la Unión Europea buscan influir en la renovación del CNE. “Fueron dirigidas a Tania D´Amelio, Indira Alfonso y Leonardo Morales, pareciera que estuvieran diciéndole al gobierno que nombre a personas que no estén en su órbita. Ahora, ¿el gobierno va a sacrificar a Alfonso?, yo pensaría que no, tal vez cambie a otros actores porque le interesa buscar una interlocución con la Unión Europea. De este proceso puede surgir un CNE con una mejor valoración”, señala.
No obstante, el analista subraya que cualquier cambio en la composición del CNE pasa por una negociación política en la que el reconocimiento de las partes (tanto chavismo como oposición), el nombre de los postulados y los respaldos que estas personas tengan en la Asamblea Nacional serán determinantes.
¿Por qué es imprescindible que el nuevo CNE sea independiente?, ¿qué está en riesgo?
“Está en riesgo la paz. Soy de los que piensa que el venezolano privilegia la ruta electoral como el mecanismo por excelencia para la resolución del conflicto. No es de revoluciones ni de golpes de Estado, entonces es obvio que si escoges a un CNE que genere cierta confianza va a permitirle a la población expresarse. De lo contrario lo que vas a tener procesos electorales legitimados solo por un 30% del padrón electoral o una situación donde la vía electoral esté totalmente descartada y tengamos escenarios de conflicto armado”, concluye el analista.
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Un sector de la sociedad civil adelanta gestiones para influir en la elección del nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Las organizaciones no gubernamentales trabajan discretamente en la postulación de venezolanos honorables que cumplan con las credenciales y que puedan garantizar la independencia del Poder Electoral en los próximos siete años.
Expertos en materia electoral, miembros de la academia y exfuncionarios del CNE son considerados para formar parte de la lista de postulados que podrán presentar los requisitos hasta este jueves 25 de febrero. Sin embargo, no hay certeza de que universidades autónomas como la UCV propongan candidatos, por los cuestionamientos que existen sobre la legitimidad del Poder Legislativo, lo que reduce las posibilidades de tener rectores imparciales.
De acuerdo con la Constitución y la Ley del Poder Electoral tres de los cinco rectores principales deben ser postulados por la sociedad civil, uno por las facultades de ciencias jurídicas y políticas de las universidades nacionales y uno por el Poder Ciudadano.
El principal reto de las organizaciones que emprenden esta apuesta, agrupadas en la plataforma Diálogo Social, es la aplastante mayoría chavista que domina la Asamblea Nacional y que tendrá la última palabra en el nombramiento de las próximas autoridades electorales.
La directora del Observatorio Global de Comunicación y Democracia, Griselda Colina, y el director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), Carlos Medina, ven una ventana de oportunidad para elegir un CNE independiente.
Para ambos, la incorporación al comité de postulaciones electorales del politólogo Jesús González y del doctor en física Humberto Rojas, quien además en miembro de la Red Electoral Asamblea de Educación, es una señal de “apertura” que permite a la sociedad civil incidir de manera positiva en el proceso.
“Creemos que hay que aprovechar la oportunidad que se abre para nombrar a un nuevo CNE. No podemos como sociedad civil dejar de participar, tenemos a dos personas en el comité (Jesús González y Humberto Rojas), hicimos esfuerzos para que estuvieran ahí, son nuestros ojos y nuestras voces por eso estamos instando a distintas personalidades a que presenten sus candidaturas”, expone Griselda Colina.
La comunicadora social insiste en que la celebración de elecciones libres, justas y competitivas tiene como primera condición el nombramiento de un árbitro electoral que realmente sirva al país, genere confianza y le devuelva al voto su poder como instrumento para el cambio pacífico.
“Entendemos que hay una desconfianza, que hay una polarización que nos ha afectado a todos, pero luego de dos años (2019 y 2020) en los que no se avanzó en temas electorales y en los que la abstención no sirvió para nada, hay que ocupar los espacios”, argumenta.
Agrega que la estrategia apunta a presentar nombres de personas que tengan una trayectoria de peso “que sean imposibles de rechazar y, en caso de que los rechacen genere ruido sobre el proceso”.
“Si no creyéramos que hay oportunidades no lo haríamos”, sostiene, aunque reconoce que la negociación entre actores políticos será decisiva para materializar los cambios que aspiran.
“En términos de fuerza política en la Asamblea Nacional, el Psuv puede decidir qué CNE va a poner porque tiene los votos para hacerlo. Pero la decisión que tomen va a tener consecuencias. Las últimas elecciones le dieron una amplísima mayoría al Gobierno, pero con una participación de apenas 30% de los electorales y en condiciones que hicieron que esa AN no sea reconocida ni dentro ni fuera del país, ese es un costo que tiene el Gobierno en este momento, no tiene la legitimidad amplia que requiere ese cuerpo para su funcionamiento”, sostiene Carlos Medina.
Sobre las sanciones contra 19 funcionarios incluidos rectores del CNE que aprobó la Unión Europea, Medina considera que las medidas “son consecuencia de la falta de institucionalidad en el país” y su impacto en el proceso de renovación del Poder Electoral dependerá de la participación activa que tenga la sociedad civil.
“Creo que puede obstaculizar el proceso, pero también puede generar presión para lograr mejores condiciones”, señala.
Colina coincide con el planteamiento: “Ciertamente afecta el trabajo que estamos haciendo para promover la participación; sin embargo, entendemos que se manda un mensaje claro de cuáles son las líneas rojas que la comunidad internacional no está dispuesta a aceptar en cuanto a elecciones libres”.
El nuevo CNE es crucial para destrancar la crisis política en el país. Los rectores serán elegidos por la Asamblea Nacional después de 15 años (la última vez que el Legislativo los nombro fue en 2006) y tendrán en sus manos decisiones tan trascendentales como las elecciones presidenciales de 2024.
¿Tiene el chavismo incentivos para hacer concesiones?
El politólogo y psicólogo social Ricardo Sucre considera que el incentivo principal de Nicolás Maduro es buscar una “regularización del conflicto” o “estabilidad política” y su actuar apunta a que la Asamblea Nacional de mayoría chavista se imponga. No obstante, ve poco probable que el régimen esté dispuesto a ceder condiciones que pongan en peligro su permanencia en el poder.
A su juicio, las sanciones de la Unión Europea buscan influir en la renovación del CNE. “Fueron dirigidas a Tania D´Amelio, Indira Alfonso y Leonardo Morales, pareciera que estuvieran diciéndole al gobierno que nombre a personas que no estén en su órbita. Ahora, ¿el gobierno va a sacrificar a Alfonso?, yo pensaría que no, tal vez cambie a otros actores porque le interesa buscar una interlocución con la Unión Europea. De este proceso puede surgir un CNE con una mejor valoración”, señala.
No obstante, el analista subraya que cualquier cambio en la composición del CNE pasa por una negociación política en la que el reconocimiento de las partes (tanto chavismo como oposición), el nombre de los postulados y los respaldos que estas personas tengan en la Asamblea Nacional serán determinantes.
¿Por qué es imprescindible que el nuevo CNE sea independiente?, ¿qué está en riesgo?
“Está en riesgo la paz. Soy de los que piensa que el venezolano privilegia la ruta electoral como el mecanismo por excelencia para la resolución del conflicto. No es de revoluciones ni de golpes de Estado, entonces es obvio que si escoges a un CNE que genere cierta confianza va a permitirle a la población expresarse. De lo contrario lo que vas a tener procesos electorales legitimados solo por un 30% del padrón electoral o una situación donde la vía electoral esté totalmente descartada y tengamos escenarios de conflicto armado”, concluye el analista.