Reconstrucción - sistema eléctrico

Pregunta que nos acompaña a diario a los venezolanos. Parece un enigma, ¿tiene respuesta? Es el misterio del porvenir con un aditivo: la urgencia. Urge dar respuestas claras hoy, inequívocas, radicales y ajustadas a la realidad, para que tenga lugar tan soñado proceso.

La reconstrucción es un después que en Venezuela parece una utopía. Sin lugar. Pareciera no haber lugar para los sueños. En el aquí y el ahora, vivimos una “guerra no convencional”, con consecuencias convencionales. La muerte, la destrucción, los lugares devastados son acontecimientos recurrentes, me dice un médico amigo en el Zulia: “están muriendo de hambre diariamente, por lo menos, 2 niños menores de 5 años en el Zulia… ¡Estas son cifras de guerra! ¿Dónde cayó la bomba?”

Cada palabra de mi amigo quedó clavada en mi corazón. ¿Dónde cayó la bomba? La pregunta me suena a muerte, a sirenas, a motores que vuelan y a su paso van dejando desolación y destrucción. Esta es la guerra convencional. Bandos enfrentados, hombres armados con poder de fuego que se oponen.

Eso dice la “lógica de la guerra”. Lo que veo en Venezuela es otra cosa, es exterminio, sometimiento, todo el poder de un sistema aplastando a toda una población indefensa. Sí, indefensa, con cada vez menos opciones de respuesta ante un caos que impide poder reaccionar a la realidad porque se vive al límite, porque tienen la muerte en el frente, porque vivimos las consecuencias de una guerra. Este caos es necesario, vital, fundamental al proyecto totalitario. La dominación se construye, es toda una ingeniería que parte de la vulnerabilidad humana pasando por el sometimiento hasta llegar al exterminio.

Esto es lo que hoy vivimos en nuestro país. Estamos forzados a llevar una vida que no es la nuestra, no es la que elegimos, no es por la que luchamos. El régimen comunista y criminal nos obliga a vivir en la mentira, en la negación de lo deseado, en la sobrevivencia que reniega de la vida.

Comprender la dimensión del desastre

Para decirlo con el expresidente checo, Havel Vaclav: “el hombre se ve obligado a vivir en la mentira, pero puede verse obligado a ellos porque es capaz de vivir de ese modo…” Obligación y capacidad, no son ni libertad ni voluntad. Mientras el sobrevivir y la vida en la mentira sean acciones impuestas, la libertad y la autodeterminación serán las amenazas permanentes a un sistema que sólo puede permanecer a expensas del dominio, la sumisión y el sometimiento.

¿Reconstruir? Sí. Mucho. Lo que he descrito es un sistema de vida que se alimenta de la destrucción, por eso hoy vemos cómo se ha roto la familia, cómo le han dado duros golpes a la convivencia, cómo han ido rompiendo nuestra identidad; por primera vez en la historia de este país se pone en peligro nuestro mundo-de-vida. Está en peligro la persona y la estructura socio-cultural.

Estamos obligados a acusar el golpe, darnos cuenta del daño, comprender desde dentro la dimensión del desastre. Lo más grave está ocurriendo en el tejido social. El comunismo, en alianza con estado criminal, tiene como fundamento el poder arbitrario y la imposición, para que ellos vivan debemos morir nosotros. Para que su sistema permanezca debemos ser eliminados nosotros, nuestra sociedad y cultura. ¿Tienen nuestros políticos conciencia de la magnitud del problema? ¿Serán capaces de actuar con la seriedad y la responsabilidad que el momento exige? Lo que está claro es que el régimen no está jugando.  

 

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