Recibimos una carta de Isabel, estudiante de una Escuela en España, compartiendo su experiencia en la conducción de una petición a la Dirección de la misma, que logre poner a disposición de las chicas la elección de los pantalones como uniforme de diario:
“Pertenecemos a un colegio católico concertado al que hemos ido prácticamente toda nuestra vida y, a un año de terminar bachillerato, hemos tomado una decisión: comunicarle a nuestra directora una inquietud que nos rondaba desde hacía ya tiempo.
Llevamos desde los tres años en este colegio que, al ser religioso, debemos llevar un uniforme no del todo estricto y del que no podemos presentar queja, pero sí que queremos realizar unas mejoras en lo que a igualdad se refiere.
El uniforme se compone de un polo blanco, un jersey verde, calcetines del mismo color y zapatos negros. Esto es igual para cualquier estudiante, sin tener en cuenta la edad o género de la persona.
Lo que nosotras nos hemos cuestionado es ¿por qué las chicas debemos llevar falda y los chicos pantalón? Puede que resulte una tontería (como varios profesores han opinado) pero tras vivir tanto tiempo esta situación, realmente te planteas que esta simple prenda, la falda, pueda estar creando una brecha entre los géneros: las niñas desde bien pequeñas no podemos correr libremente por el patio, siempre tenemos que estar atentas de que no haga demasiado viento ni de que algún graciosillo intente levantarnos la falda.
Como no quisimos tirarnos de cabeza sin ninguna información que nos respaldase, llevamos a cabo una encuesta que realizaron más de 100 alumnos y alumnas de nuestro colegio, entre las edades de 11 y 18 años. En esta encuesta se realizaban diversas preguntas sobre el tema, como por ejemplo “¿Crees que esta prenda puede llegar a crear diferencias entre los géneros?”. “¿Alguna vez te has preguntado por qué las chicas debemos llevar falda y los chicos pantalón?” .“¿Te gustaría que, tanto chicos como chicas, tuviésemos la oportunidad de elegir entre falda o pantalón?”.
Tardamos una semana aproximadamente en recoger las respuestas suficientes, y los resultados no nos sorprendieron. Un 71% estaba dispuesta a elegir entre falda o pantalón, un 64% de las chicas admitió que normalmente no se sentía cómoda llevando la falda, y que ésta le impedía llevar a cabo acciones que se deberían poder realizar con facilidad.
La carta, junto con los resultados de la encuesta e imágenes nuestras llevando pantalón, serán entregadas a nuestra directora este lunes. Esperamos poder volver a escribiros con grandes noticias. Isabel”.
Creemos que estas situaciones hay que visibilizarlas para que haya presión social. Por ello, entre las alternativas que le damos a Isabel y a todas las Isabelas que quieran empezar una lucha como esta, para defender su Derecho a la libre elección como mujeres cualquiera sea el espacio donde se desenvuelvan, están estas:
–Crear una comisión intercolegial, algo que permita identificar pares en otros colegios con el mismo problema (sean católicos o no).
–Acudir a la conferencia episcopal, o incluso al Vaticano. Escribir algo que exprese claramente que no pretenden subvertir ni el orden escolar ni el eclesiástico, que se sienten católicas y que solo desean tener más comodidad y evitar la discriminación sexista de la que son objeto ahora.
–Involucrar a las madres. Ahí podrían encontrar un espacio de sensibilización y solidaridad.
–Sensibilizar a los chicos y a los profesores hombres. Hacerlos sentir discriminadores si no apoyan.
–Escribir la historia, eso desde ya. Enviarla a El Mundo o ABC, diarios conservadores que tienen líneas editoriales “políticamente correctas” y podrían contribuir sensibilizando a la comunidad de escuelas católicas con esta campaña.
–Hacer énfasis en el carácter electivo del pantalón, es decir, que haya dos uniformes optativos para las chicas.
–Aceptar el diseño diferenciado del pantalón femenino. Feminismo no es desfemenización, todo lo contrario.
A lo mejor todas estas ideas se lo pueden plantear a alguna organización feminista de la ciudad y que ellas lleven esas banderas, o fundar la tuya propia, Isabel. Pensamos que no es una pelea fácil. El reducto de valores y costumbres conservadoras de España y el mundo, está en las escuelas religiosas. Si me pusiera en sus zapatos (los de la dirigencia de estas escuelas) me asustaría por pensar que el siguiente reclamo es la igualdad transgénero, o el derecho de los chicos a usar falda (si se trata de igualdad…).
Igual desde FeminismoINC queremos darles un mensaje optimista a ti Isabel y a tus compañeras, y felicitarlas por su sensibilidad e iniciativa como Feministas. A todas las pioneras les toca la parte dura del cuento, pero vemos por su empeño que tienen madera para liderar esta batalla. ¡Esperamos nuevas y positivas noticias a su regreso a clases!
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Recibimos una carta de Isabel, estudiante de una Escuela en España, compartiendo su experiencia en la conducción de una petición a la Dirección de la misma, que logre poner a disposición de las chicas la elección de los pantalones como uniforme de diario:
“Pertenecemos a un colegio católico concertado al que hemos ido prácticamente toda nuestra vida y, a un año de terminar bachillerato, hemos tomado una decisión: comunicarle a nuestra directora una inquietud que nos rondaba desde hacía ya tiempo.
Llevamos desde los tres años en este colegio que, al ser religioso, debemos llevar un uniforme no del todo estricto y del que no podemos presentar queja, pero sí que queremos realizar unas mejoras en lo que a igualdad se refiere.
El uniforme se compone de un polo blanco, un jersey verde, calcetines del mismo color y zapatos negros. Esto es igual para cualquier estudiante, sin tener en cuenta la edad o género de la persona.
Lo que nosotras nos hemos cuestionado es ¿por qué las chicas debemos llevar falda y los chicos pantalón? Puede que resulte una tontería (como varios profesores han opinado) pero tras vivir tanto tiempo esta situación, realmente te planteas que esta simple prenda, la falda, pueda estar creando una brecha entre los géneros: las niñas desde bien pequeñas no podemos correr libremente por el patio, siempre tenemos que estar atentas de que no haga demasiado viento ni de que algún graciosillo intente levantarnos la falda.
Como no quisimos tirarnos de cabeza sin ninguna información que nos respaldase, llevamos a cabo una encuesta que realizaron más de 100 alumnos y alumnas de nuestro colegio, entre las edades de 11 y 18 años. En esta encuesta se realizaban diversas preguntas sobre el tema, como por ejemplo “¿Crees que esta prenda puede llegar a crear diferencias entre los géneros?”. “¿Alguna vez te has preguntado por qué las chicas debemos llevar falda y los chicos pantalón?” .“¿Te gustaría que, tanto chicos como chicas, tuviésemos la oportunidad de elegir entre falda o pantalón?”.
Tardamos una semana aproximadamente en recoger las respuestas suficientes, y los resultados no nos sorprendieron. Un 71% estaba dispuesta a elegir entre falda o pantalón, un 64% de las chicas admitió que normalmente no se sentía cómoda llevando la falda, y que ésta le impedía llevar a cabo acciones que se deberían poder realizar con facilidad.
La carta, junto con los resultados de la encuesta e imágenes nuestras llevando pantalón, serán entregadas a nuestra directora este lunes. Esperamos poder volver a escribiros con grandes noticias. Isabel”.
Creemos que estas situaciones hay que visibilizarlas para que haya presión social. Por ello, entre las alternativas que le damos a Isabel y a todas las Isabelas que quieran empezar una lucha como esta, para defender su Derecho a la libre elección como mujeres cualquiera sea el espacio donde se desenvuelvan, están estas:
–Crear una comisión intercolegial, algo que permita identificar pares en otros colegios con el mismo problema (sean católicos o no).
–Acudir a la conferencia episcopal, o incluso al Vaticano. Escribir algo que exprese claramente que no pretenden subvertir ni el orden escolar ni el eclesiástico, que se sienten católicas y que solo desean tener más comodidad y evitar la discriminación sexista de la que son objeto ahora.
–Involucrar a las madres. Ahí podrían encontrar un espacio de sensibilización y solidaridad.
–Sensibilizar a los chicos y a los profesores hombres. Hacerlos sentir discriminadores si no apoyan.
–Escribir la historia, eso desde ya. Enviarla a El Mundo o ABC, diarios conservadores que tienen líneas editoriales “políticamente correctas” y podrían contribuir sensibilizando a la comunidad de escuelas católicas con esta campaña.
–Hacer énfasis en el carácter electivo del pantalón, es decir, que haya dos uniformes optativos para las chicas.
–Aceptar el diseño diferenciado del pantalón femenino. Feminismo no es desfemenización, todo lo contrario.
A lo mejor todas estas ideas se lo pueden plantear a alguna organización feminista de la ciudad y que ellas lleven esas banderas, o fundar la tuya propia, Isabel. Pensamos que no es una pelea fácil. El reducto de valores y costumbres conservadoras de España y el mundo, está en las escuelas religiosas. Si me pusiera en sus zapatos (los de la dirigencia de estas escuelas) me asustaría por pensar que el siguiente reclamo es la igualdad transgénero, o el derecho de los chicos a usar falda (si se trata de igualdad…).
Igual desde FeminismoINC queremos darles un mensaje optimista a ti Isabel y a tus compañeras, y felicitarlas por su sensibilidad e iniciativa como Feministas. A todas las pioneras les toca la parte dura del cuento, pero vemos por su empeño que tienen madera para liderar esta batalla. ¡Esperamos nuevas y positivas noticias a su regreso a clases!