La vida secreta de tus mascotas

Tres años después de La vida secreta de tus mascotas (2016) nos llega una segunda entrega, de nuevo bajo la tutela de Chris Meledandri y su estudio Illumination Entertainment, casa productora cuya mayor y más divertida creación ha sido el sin par villano Gru y sus minions. Aunque tampoco debemos olvidar Sing (2016), cinta memorable llena de magnífica música.

Pero si aquella primera aventura de las mascotas nos aportó momentos de beneplácito con destellos de originalidad, esta segunda da la impresión de que a los realizadores se les olvidó para qué estudio trabajaban, despropósito que lo que los llevó a confundir mascotas con juguetes. Y es que La vida secreta de tus mascotas II parece sufrir demasiado la influencia de aquellos entrañables muñecos que, para colmo, este año cuentan con su cuarto y, una vez más, muy bien logrado capítulo. Cosas veremos: en esta nueva entrega se nos introduce a un pequeñín de nombre Liam (¿posible Andy?), al cual Max adora y cuida con celo; Snowball es tratado por su pequeño dueño como un juguete (sin olvidar que siempre el conejo ha parecido más un peluche que uno conejo conejo), y Max tiene además una pelotita consentida (un juguete) que terminará desencadenando toda una subtrama.

De subtramas está hecha la cinta. Tres grandes historias intentan encontrarse en algún momento, pero de modo precario lo logran. Una historia lleva al campo a Max y a Duke (quien podría no haber estado en toda la película y nada pasa) para desarrollar así, en la figura de Max, los tópicos del campo-ciudad. Por no decir mucho, recordemos a Rocky (sí, Sylvester Stallone) entrenando con troncos y en la nieve mientras su rival ruso se esfuerza con tecnología de primera (disculpe el lector mi edad con esta referencia).

La segunda de las historias nos presenta un circo siniestro y a una no-mascota (un joven tigre) que ha de ser rescatada por  Snowball y la perrita Daisy de las garras (oh sí, de las garras) de un europeo oriental que por momentos nos recuerda a Cruella de Vil y al villano favorito Gru —¿reciclaje o marca autoral de Meledandri?

La tercera tiene que ver con la pelotita de Max, la gata Chloe y la pomerania Gidget (digamos que estamos ante el inevitable viraje pseudo feminista que Hollywood ahora mete en todo) y a un montón de gatos maléficos pero al final tontos. Quizás, de todas, esta tercera subtrama es la que resulta la más divertida y original.

No obstante, las tres historias, aunque tratan de encontrarse en cierto momento, realmente parecen no cuajar bien (ni tampoco ser subtramas porque que cada una funciona en sí misma sin necesitar a las otras), sobre todo porque La vida secreta de tus mascotas II al inicio nos plantea una historia que apunta hacia el pequeño Liam. Pero de pronto, todo aquello que se abre como una línea épica precisa, deja de ser, y el pequeño Liam desaparece en unas vacaciones dentro de una casa de campo.

Claro, la comedia no es sobre Liam, sino sobre las mascotas, pero, ya fue dicho, el planteamiento original, muy fuerte, se esfuma y la cinta toma otros derroteros no del todo claros. Quizás, un poco hacia el final podamos entender la metáfora transformadora: Max necesitará la vida del campo para conocerse mejor, para saber de sus fortalezas y así cuidar con todas las de la ley al pequeñín. Y eso no está mal, ¿pero y lo demás? Da la sensación de que el guion de Max en el campo resultó demasiado corto o poco atractivo y tuvieron que meter otras dos subtramas. Pero en cierto momento la subtrama del tigre y Gru de Vil enfrentados a Snowball y Daisy se vuelve demasiado poderosa y se lo lleva todo por delante.

La vida secreta de tus mascotas II es un regreso bastante atropellado. Muy poco conmueve —asunto casi obligatorio en estas películas de animación familiares— y algunos chistes son fáciles o repetidos. De la animación no puede haber quejas: es sin duda excelente en la técnica. La cinta, con todo, tiene sus momentos iluminados que hacen reír. Puede pasar, puede entretener, aunque no está a la altura de la primera ni a la altura de las películas de animación que se producen en estos tiempos.

* * *

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores

</div>