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Oscar Morales Rodríguez
Aunque a veces no parezca, me gusta ver el vaso medio lleno. En ese sentido, creo que en nuestro país todavía quedan algunos tintes de institucionalidad democrática que pueden servir para detener el impulso acelerado de un nuevo totalitarismo que, por cierto, se está incubando por creer que la respuesta vendrá de terceros o por estar soñando invasiones de los aliados.
Por ejemplo, aún queda un imperfecto sistema electoral, en el cual fue posible ganar unas elecciones parlamentarias en el año 2015, con una incuestionable mayoría que hoy permite tener un espacio republicano para defender los derechos ciudadanos, fiscalizar el Poder Ejecutivo, denunciar el atropello a las libertades individuales o simplemente ser una piedra en el zapato.
Adicionalmente, todavía nos queda un liderazgo opositor que ha demostrado pundonor, coraje y sentido de nación para enfrentar al adversario. Sin embargo, este adversario juega perversamente en una semidemocracia con mucho éxito, y una fracción de nuestro liderazgo opositor lo entiende con eficacia, pero otra fracción no lo digiere bien y otros tantos están incapacitados para entenderlo e, incluso, no quiere entenderlo.
Uno de los graves problemas para derrotar a Maduro & Cía es precisamente que no tenemos una lectura única para definirlos. Unos lo llaman dictadura, otros semidictadura, otros totalitarismo y no hay quien falte que le llame autoritarismo. Todas las lecturas, por cierto, muy legítimas. El problema es que, para diferentes diagnósticos, diferentes tratamientos. Y aquí llueve todo tipo de métodos que dispersan las fuerzas en distintos objetivos, y aquí nos vemos encaminados a Cuba sin parpadear.
Definitivamente, la apuesta de Maduro & Cía es provocar los quiebres internos de los partidos políticos opositores, especialmente en aquellos que creen en la lucha pacífica, cívica y electoral (ver últimas decisiones de persecución, inhabilitación y censura) para provocar su exilio o cárcel (en caso de que haya más resistencia), lo cual termina logrando el resultado anhelado: desmoralización de la ciudadanía para creer en las pocas herramientas democráticas. En otras palabras, Maduro & Cía aman tu abstención y trabajan incansablemente para ello.
Sí, aunque Ud. no lo crea, Maduro & Cía saben que el hambre no tumba a los gobiernos. Pues, basta mirar las terribles experiencias en los países africanos o nuestros hermanos norcoreanos para comprender que el alimento de los autoritarismos es el abandono o pérdida total de los espacios para ejercer el poder civil. Es decir, mientras menos refugios democráticos utilice la oposición para dejar en evidencia los actos tiránicos, más goma espuma tienen en sus sillones Maduro & Cía.
En consecuencia, ¿qué tal si se agrupan todos los factores democráticos para dibujar esa hoja de ruta de unidad nacional? Para que la alianza de los factores democráticos sea más robusta, efectiva y categórica, será necesaria la unión de toda la Venezuela democrática. Perdón, ¿cómo así?
Sí, tal como lo están pensando, aquí es necesaria la unión de todos los que creen en la democracia. Léase bien, chavistas, chavistas disidentes, maduristas inconformes, opositores o como quieran llamarle. De lo contrario, lo que hoy es gris, mañana será negro. O lo que hoy es semidemocracia, mañana se convertirá en una nueva forma de totalitarismo que engorde la bibliografía en las ciencias políticas y adelgace la dignidad humana.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: La política también es condescendencia
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Por ejemplo, aún queda un imperfecto sistema electoral, en el cual fue posible ganar unas elecciones parlamentarias en el año 2015, con una incuestionable mayoría que hoy permite tener un espacio republicano para defender los derechos ciudadanos, fiscalizar el Poder Ejecutivo, denunciar el atropello a las libertades individuales o simplemente ser una piedra en el zapato.
Adicionalmente, todavía nos queda un liderazgo opositor que ha demostrado pundonor, coraje y sentido de nación para enfrentar al adversario. Sin embargo, este adversario juega perversamente en una semidemocracia con mucho éxito, y una fracción de nuestro liderazgo opositor lo entiende con eficacia, pero otra fracción no lo digiere bien y otros tantos están incapacitados para entenderlo e, incluso, no quiere entenderlo.
Uno de los graves problemas para derrotar a Maduro & Cía es precisamente que no tenemos una lectura única para definirlos. Unos lo llaman dictadura, otros semidictadura, otros totalitarismo y no hay quien falte que le llame autoritarismo. Todas las lecturas, por cierto, muy legítimas. El problema es que, para diferentes diagnósticos, diferentes tratamientos. Y aquí llueve todo tipo de métodos que dispersan las fuerzas en distintos objetivos, y aquí nos vemos encaminados a Cuba sin parpadear.
Definitivamente, la apuesta de Maduro & Cía es provocar los quiebres internos de los partidos políticos opositores, especialmente en aquellos que creen en la lucha pacífica, cívica y electoral (ver últimas decisiones de persecución, inhabilitación y censura) para provocar su exilio o cárcel (en caso de que haya más resistencia), lo cual termina logrando el resultado anhelado: desmoralización de la ciudadanía para creer en las pocas herramientas democráticas. En otras palabras, Maduro & Cía aman tu abstención y trabajan incansablemente para ello.
Sí, aunque Ud. no lo crea, Maduro & Cía saben que el hambre no tumba a los gobiernos. Pues, basta mirar las terribles experiencias en los países africanos o nuestros hermanos norcoreanos para comprender que el alimento de los autoritarismos es el abandono o pérdida total de los espacios para ejercer el poder civil. Es decir, mientras menos refugios democráticos utilice la oposición para dejar en evidencia los actos tiránicos, más goma espuma tienen en sus sillones Maduro & Cía.
En consecuencia, ¿qué tal si se agrupan todos los factores democráticos para dibujar esa hoja de ruta de unidad nacional? Para que la alianza de los factores democráticos sea más robusta, efectiva y categórica, será necesaria la unión de toda la Venezuela democrática. Perdón, ¿cómo así?
Sí, tal como lo están pensando, aquí es necesaria la unión de todos los que creen en la democracia. Léase bien, chavistas, chavistas disidentes, maduristas inconformes, opositores o como quieran llamarle. De lo contrario, lo que hoy es gris, mañana será negro. O lo que hoy es semidemocracia, mañana se convertirá en una nueva forma de totalitarismo que engorde la bibliografía en las ciencias políticas y adelgace la dignidad humana.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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