Credit: Cortesía de Getty Images

La violación sexual es uno de los delitos mas graves que un hombre puede cometer con una mujer, más si esa violación es a una adolescente o niña. Igual de grave es cuando la víctima es un varón. Violación es una agresión no solo en la vagina, ano, boca u otras partes del cuerpo de la persona violada también es una herida en su psique, su dignidad y en la de su familia. Por eso se trata de proteger su identidad de la agredida.

Ante una violación, usualmente, el rostro que se hace público es el del violador y, a partir de allí, completamos la idea, nos imaginamos cómo es un violador.

Violador puede ser cualquier hombre. De cualquier edad, color de piel, status social, nivel educativo y relación con la persona violada, entre otras características; pero no todo hombre es un violador en potencia. Los violadores, en términos de comportamiento, creencias y sentimientos, tienen rasgos diferenciales de otros hombres.

Hay investigaciones científicas sobre los rasgos de personalidad de los violadores sexuales pero este artículo no es eso, es solo el producto de intercambio de ideas con colegas que trabajan en atención a mujeres violadas y mis reflexiones como estudioso de la masculinidad. Lo que trato es una aproximación a las ideas que podemos hacernos de un violador a partir de su imagen en los medios de comunicación.

Machismo y violación

La inmensa mayoría de las violaciones sexuales son ejecutadas por hombres, que como todos los de su género, han aprendido a comportarse sexualmente de una determinada manera marcada por lo que han oído y visto en su familia, su contexto social y las experiencias sexuales que haya vivido.

Los violadores sexuales suelen tener una serie de rasgos de comportamiento. Insisto, no rasgos físicos porque un violador puede romper el estereotipo de que todos ellos tienen «cara de malo», ser extraños o de un determinado sector social. Un violador puede tener cara de ángel, parecer «decente» y ser respetable como papá, un familiar, amigo, cualquier profesional, alguien tan santo como un sacerdote.

Un violador puede ser un desconocido que asalta en cualquier lugar y momento como una forma de imponer su dominio, de mostrar su fuerza y poder, no necesariamente, su apetito sexual.

Hay varias formas de ser hombre o expresar la masculinidad, una de ellas es el machismo. No todos los hombres son machistas. Ser machista es creerse poderoso por el solo hecho de ser varón. El machista se vanagloria de su fuerza física, cree que por ser hombre tiene derecho a todo, inclusive hacer lo que le provoque con el cuerpo de otras personas. Es misógino, desprecia a las mujeres y homófobo, detesta a los homosexuales porque se parecen a ellas. Un violador sexual es el summun de los hombres machistas.

Imaginario del violador

Hay una serie de rasgos psicológicos y comportamiento que podrían encontrarse en un violador sexual según lo han demostrado las investigaciones, pero también hay rasgos que imaginamos.

Un violador es una persona fría aunque pudiera no parecerlo. Puede ser seductor, ágil, manipulador de la persona de su interés y de su entorno. Puede planificar el asalto sexual pero también puede violar en forma impulsiva.

Un violador es, fundamentalmente, cruel, aunque pudiera no parecerlo. Su EGOismo, lo hace incapaz de compadecerse ante el sufrimiento de otra persona.

Un violador sexual puede ser presuntuoso, hacer alarde de su poder a través de características físicas o sociales pero detrás de una aparente alta estima, esconde un profundo desprecio por sí mismo y tiene necesidad de reafirmar su «yo» imponiendo su fuerza y violando lo más íntimo, «sagrado» de otra persona, lo sexual. Pero un violador también puede ser de bajo perfil, con cara de santo.

El violador se puede considerar como un castrado afectivo, incapaz de sentir ternura, amor ni por sí mismo, menos por otra persona. Su violencia sexual pudiera ser producto de esa desconexión afectiva y erótica consigo mismo.

Pensando en la sexualidad de un violador, pudiera ser que su placer sexual (si lo siente) se limite a los genitales. Asimismo, es de imaginar que un violador no tiene problemas de erección porque para penetrar en forma violenta necesita una buena erección pero, muy probablemente, sufre de eyaculación precoz ya que una violacion sexual suele ser rápida, nada de caricias, de pausas, solo penetrar, moverse y eyacular rápido para salir corriendo.

En cuanto a lo imaginado de la sexualidad de los violadores, tengo la hipótesis de que cuando la violación es ejecutada por varios hombres, las llamadas redoblonas o en manada, es posible que haya atracción homosexual reprimida entre los violadores y el goce no solo se produzca en la penetración a la mujer sino también en ver los penes erectos de los otros violadores y el movimiento de caderas y del culo del violador de turno.

El caso de violadores «importantes»

Campañas como el #meetoo o #yosítecreo, en las que valientes mujeres han dicho públicamente haber sido acosadas, abusadas o violadas sexualmente por un hombre famoso -respetable por su estatus o labor social- en un primer momento pueden confundir a quien se entera, llevarle a momentos de incredulidad hasta que se produce un reacomodo de la imagen de ese hombre en la opinión pública.

Que un político, empresario, artista del espectáculo, deportista, o cualquier otro estatus que le otorga prestancia social y admiración sea acusado de violación sexual, sorprende y si la justicia no es severa y ágil, hasta la opinión pública puede terminar disculpando al violador.

Ante la impunidad de la que puedan gozar algunos violadores es necesario que el país cuente con leyes severas y sistemas judiciales libres de sesgos machistas que pudieran favorecer al delincuente y violentar más a la mujer violada haciéndole sentir más rabia, dolor e impotencia. Por ello, es necesario tener en cuenta aquel canto que mujeres chilenas hicieron mundial, el violador eres tú. Pulse aquí para ver el video. 

***

Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: Despecho, antes y ahora

</div>