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Después del bofetón como consecuencia de un chiste, visto por millones de telespectadores, aparece otro chiste en las redes que llamaremos el de la `arepa venezolana´y tiene como consecuencia una sanción gubernamental a los hacedores. Esto nos lleva a reflexionar sobre el humor como agresión.

El chiste del año televisado

El comediante-animador del show televisivo más visto en el mundo hizo un chiste sobre las personas que sufren de una afección física, en este caso, la alopecia, pero pudiera ser cualquiera con tal de hacer reír al público.

Gran parte de quienes asistieron al show televisivo se rió del chiste del animador. Burlarse de una persona puede ser cómico pero, sin duda, para la persona aludida, es un golpe. La agresión nunca produce risa a quien la recibe.

Lo que siguió en el show televisivo lo sabemos pero volvamos a ese episodio. El marido de la aludida en el chiste, ambos presentes en el teatro, le da un bofetón, a nombre de su esposa, al comediante agresor. La atención y las sanciones por el espectacular altercado han recaído en quien agredió físicamente, el agresor del chiste salió disculpado del conflicto.

Posterior al espectáculo televisado, las entradas al show individual del comediante agresor multiplicaron la venta con ello, la sociedad premia a quien le hace reír bajo el supuesto de que las burlas son inocentes, admisibles, así hieran a algunos.

El chiste de la arepa

La arepa es el pan de cada día en algunos países Latinoamericanos. Hecha con harina de maíz, la arepa se puede rellenar de lo que se desee.

En Venezuela, una señora mayor y su hijo adulto, decidieron hacer lo que millones de personas hacen en el mundo: montar un video en una aplicación donde todo lo que se publica parece ser cómico. El problema surgió porque a través de los rellenos de las arepas se refieren, en forma ofensiva, a personeros del gobierno hasta desear la muerte del Presidente. Lo que todos queremos, concluye el video.

El video de la arepa puede resultar gracioso pero, claro, no para los gobernantes, y la Fiscalía de Venezuela emitió orden de captura al productor y a la protagonista del video por difundir mensajes que consideró de odio tipificados en la legislación venezolana.

Sectores de la oposición al gobierno de Venezuela han denunciado la decisión de la Fiscalía como un atentado a la libertad de expresión, otro gesto más de represión. Como en el caso del comediante agresor, se trata de un chiste. Depende de quién lo interprete.

El chiste como agresión

El chiste y la burla como agresión fue uno de los temas de Freud, uno de los grandes estudiosos de la psique. Posteriormente, en la psicología se ha investigado ese tema para llegar a la conclusión de que, al menos en la cultura occidental, hay expresiones y gestos agresivos que son socialmente aceptados, entre ellos el chiste y la burla.

Los chistes sobre la torpeza de las mujeres o de la gente de ciertas regiones, la debilidad de los gays, los genitales de la gente negra, la gordura, o quienes sufren de alguna discapacidad, se expresan en muchos idiomas y sirven para hacer reír a los demás.

Burla y bullying aluden a lo mismo: ridiculizar a una persona, ofenderla, agredir, como quien no quiere la cosa. Si en tono de chiste me burlo de ti o de tu familia, te deseo la muerte o una enfermedad fatal, no me reclames, no te ofendas es un chiste, dice la lógica del comediante.

Los límites de la agresión

Yo lo que pido es que no me golpeen por lo que digo”, comentó un comediante español a raíz del bofetón televisado desde los Estados Unidos. «Yo lo que pido es que no me metan preso por lo que monto en las redes», podrían decir los protagonistas venezolanos del video de la arepa.

Cada quien está en el derecho de decir lo que quiera por cualquier medio valiéndose de la libertad de expresión. En teoría es así, pero en la práctica ese derecho no es absoluto. La libertad de expresión no es una patente de corso. Por supuesto, ningún comediante, ni nadie, debería ser sancionado, golpeado, mucho menos apresado por sus chistes, pero hay límites.

En varios países se han aprobado leyes basadas en principios de respeto, equidad, integración de sectores sociales discriminados y no violencia, entre otros. Estas leyes están llamadas a sancionar a quienes ofendan -así sea a través de chistes- a mujeres, a gays, lesbias, trans, negros, otros colores de piel o autoridades nacionales, por ejemplo. La ley es la ley.

Queda un terreno de arenas movedizas del chiste o burla en el plano político o ideológico. Mientras no se incite al odio o al crimen, por supuesto que cabe, pero son las autoridades locales quienes deciden su significado según la interpretación de la ley.

En España han detenido a un rapero porque las autoridades consideran que en su canción ofende al rey y en los Estados Unidos -otro país paladín de la libertad de expresión- hay leyes que sancionan duramente a quien, en criterio de las autoridades, incite al odio o sugiera la muerte del primer mandatario, así sea a manera de chiste. Mucha tela que cortar.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

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