La cúpula que gobierna en Venezuela, activando su maquinaria de propaganda, ha presentado una derrota como victoria. La Corte Penal Internacional (CPI) le dijo no a una solicitud que fue presentada por el gobierno con el único propósito de retardar la decisión sobre la continuidad o no de la investigación de los crímenes de lesa humanidad que se han perpetrado. Les preocupa que, antes de las elecciones de 2024, pueda llegar el momento en el que se dicten algunas órdenes de captura o de comparecencia contra personas que hoy ocupan cargos de alta responsabilidad. Temen un avance en el camino hacia la justicia.
¿Dónde está la maniobra propagandística de quienes detentan el poder?, en el hecho de interpretar de manera interesada y fraudulenta la expresión de “potenciales víctimas” usada por los jueces de la Corte para referirse a la consulta que realizaron a las víctimas venezolanas con el objetivo de conocer si estaban o no de acuerdo con que el Fiscal Karim Khan continúe la investigación.
Según la cúpula que gobierna, con esa expresión, la Corte niega que en Venezuela se hayan cometido crímenes de lesa humanidad y, por lo tanto, que haya víctimas de tales hechos.
Ciertamente, la CPI usó esa expresión porque es la que viene empleando en la actual etapa del procedimiento tanto para la situación de Venezuela como para otros países. A la fecha no se han identificado casos ni sospechosos, esto no quiere decir que no haya crímenes y criminales. Precisamente la investigación busca determinar quiénes son los responsables.
Supongamos que la Corte abriera un caso denominado “organismos de inteligencia” para referirse a los crímenes perpetrados por dos conocidos cuerpos de seguridad acusados de prácticas de tortura, incluyendo el asesinato. Ese caso tendría unas víctimas concretas: personas detenidas arbitrariamente, torturadas, asesinadas y sus familiares. También tendría unos presuntos responsables. Le tocará a la Fiscalía de la Corte establecer el nivel de responsabilidad de las personas que han sido identificadas como posibles perpetradores.
La expresión “potenciales víctimas” no le quita fuerza ni a la investigación ni a la participación que a futuro tengan los afectados por los crímenes.
Crímenes de lesa humanidad
La Corte, además, en comunicaciones anteriores ha usado la expresión víctimas. En el informe publicado recientemente en su página web sobre la consulta acerca de la continuidad o no de la investigación puede leerse:
“Los familiares de las víctimas, incluidas esposas, esposos, parejas, madres, padres, abuelas y abuelos, hijas, hijos, hermanas y hermanos, así como tutores y cuidadores, presentaron sus puntos de vista y preocupaciones. Las víctimas que participaron en el proceso también incluyeron defensores de derechos humanos; activistas sociales y ambientales; estudiantes universitarios, profesores y personal de apoyo; pensionados y pensionadas; periodistas, medios de comunicación, blogueros y usuarios de redes sociales; agricultores y comerciantes, así como trabajadores de los sectores humanitario, de salud y público, incluidos jueces, fiscales, abogados, ex policías y militares, etc.”
De tal manera que la propaganda, y su empeño de confundir, le sirve de poco a quienes hoy se regocijan en la impunidad.
Somos optimistas, esperamos que los jueces autoricen a la Fiscalía a seguir investigando y que los perpetradores de los crímenes sigan conociendo lo que es un sistema de justicia independiente.
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