Un nuevo estudio publicado en PLOS Computational Biology sugiere que la dosis de hormonas en los anticonceptivos femeninos podría reducirse drásticamente sin dejar de ser eficaces para prevenir la fecundación. El sistema endocrino regula e influye en la progresión del ciclo menstrual en múltiples etapas al secretar hormonas del hipotálamo, la glándula pituitaria y los ovarios. Los científicos que llevaron a cabo el estudio consideran que sus hallazgos podrían brindar nuevos conocimientos sobre las complejidades del sistema endocrino y respaldar la necesidad de una anticoncepción hormonal más precisa e individualizada, una medida que podría beneficiar a muchas mujeres.
Los métodos anticonceptivos más comunes (píldoras, inyectables e implantes) introducen una o dos hormonas sintéticas, estrógeno y progesterona, en el torrente sanguíneo para prevenir el embarazo. Los anticonceptivos hormonales funcionan inhibiendo la ovulación, evitando así la liberación de óvulos y por tanto, la fecundación. Además, modifica el moco cervical para obstaculizar el movimiento de los espermatozoides. Por otro lado, durante décadas se ha empleado la supresión de la ovulación para algo más que el control de la natalidad, debido a que puede ayudar a aliviar los síntomas menstruales molestos, e incluso dolorosos.
El grupo de matemáticos de Corea, Filipinas, EE.UU. y Dinamarca construyeron los modelos informáticos para explorar el momento y la dosis óptima de los anticonceptivos hormonales para determinar si estas dosis y, por tanto, los efectos secundarios podrían reducirse.
Para obtener más información sobre las interacciones de las hormonas, el equipo de investigación recopiló información sobre los niveles de las hormonas pituitarias y ováricas de 23 mujeres sanas de entre 20 y 34 años de edad. Las voluntarias reportaron ciclos menstruales regulares que duraron entre 25 y 35 días y mostraron evidencia de ovulación en su ciclo más reciente. Los investigadores utilizaron estos datos experimentales para crear un modelo matemático del ciclo menstrual regular, lo que les permitió predecir los niveles diarios de hormonas durante el ciclo, mientras exploraban los efectos de la administración de hormonas exógenas en las diferentes etapas.
El modelo pudo hacer predicciones no solo sobre la dosis mínima de estas hormonas necesarias para lograr la anticoncepción, sino también sobre los efectos de combinar estrógeno y progesterona, así como el momento óptimo para suministrar estas dosis. “Numerosos estudios de modelado previos han examinado el ciclo menstrual, cómo ocurre y cómo se puede alterar”, escribieron los autores en su artículo. “Hasta donde sabemos, el trabajo es el primero en utilizar modelos para estudiar el momento de la dosificación, minimizando la dosis”.
El método utilizado en el modelado, conocido como Teoría de Control Óptimo, no es nuevo, ya en investigaciones anteriores se había utilizado para mostrar cómo se pueden optimizar los protocolos de tratamiento en diabetes y cáncer de próstata. Ahora, el equipo considera que se podría usar el mismo enfoque para ayudar a optimizar las dosis de los anticonceptivos hormonales. Sin embargo, señalan que su modelo no tiene en cuenta la variación en la duración del ciclo.
El modelo sugiere que las píldoras anticonceptivas podrían funcionar de manera efectiva con dosis mucho más bajas de estrógeno o progesterona que las recetadas actualmente. También indicaron que tomar las hormonas en momentos específicos durante el ciclo menstrual, podría ser más efectivo que hacerlo constantemente. Los resultados mostraron que es posible reducir la dosis total en un 92% en la terapia con estrógenos y un 43% con la progesterona. Además, reportaron que es más efectivo administrar el anticonceptivo de estrógeno en la fase folicular media.
Cuando ambas hormonas se toman en combinación, los científicos determinaron que dosis más bajas de cada hormona podrían ser suficientes para prevenir el embarazo. “Finalmente, mostramos que al combinar estrógeno y progesterona, la dosis se puede reducir aún más” indicó el equipo.
Al mismo tiempo, se necesita urgentemente más investigación para mejorar los anticonceptivos actuales, dados sus graves efectos secundarios. “Los resultados de este estudio tienen el potencial de brindar anticoncepción a más mujeres” indicaron los investigadores, “en particular porque las dosis más bajas también reducirían los riesgos de efectos secundarios adversos”.
A pesar de que se han usado anticonceptivos hormonales durante décadas, todos los efectos sobre el organismo aún no se conocen bien. “Aunque hay muchos beneficios” escriben los autores, “los efectos secundarios adversos asociados con las dosis altas, como la trombosis y el infarto de miocardio, provocan dudas sobre su uso”.
Si bien este trabajo es un estudio teórico, abre la puerta a una cantidad de posibilidades que permitan mejorar los métodos anticonceptivos y la salud de la mujer en todo el mundo.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: Las noticias negativas se llevan más clics que las positivas