Del cambio climático a la política se arraiga una sensación de pesimismo sobre la dirección de la humanidad. Ese pesimismo es comprensible dado el estado caótico del mundo tal como lo vemos. Para tomar solo un ejemplo, la mayoría de los jóvenes según una encuesta internacional estuvo de acuerdo con la afirmación de que “la humanidad está condenada”.
El impulso de consumir noticias negativas puede ser difícil de resistir. Estamos programados evolutivamente para detectar y anticipar el peligro, por lo que mantener nuestros dedos haciendo clic en el canal de las malas noticias, puede hacernos sentir más preparados para responder ante una amenaza. Por ello, seguir las noticias es necesario para mantenerse informado, especialmente durante una crisis. Los sentimientos de miedo, tristeza e ira provocados por los titulares negativos pueden mantener a las personas atrapadas en un patrón de consulta frecuente, lo que lleva a un peor estado de ánimo y a una mayor ansiedad.
Los estudiosos de la comunicación han descubierto que, a lo largo de muchos años y en distintos países, la cobertura de temas políticos tiende a transmitirse más a menudo en un tono negativo o brutal que en uno positivo. Así en un artículo publicado en 2011, se determinó que aproximadamente la mitad de los contenidos transmitidos eran de malas noticias, mientras que solo el 6% eran positivas y según algunas estadísticas, la situación está empeorando. Mientras que un trabajo de investigación reciente determinó que “la proporción de titulares noticiosos que denotan ira, miedo y tristeza” creció notablemente entre los años 2000 al 2019.
Algunos consumidores de noticias se han rendido al fenómeno y se encuentran enganchados obsesivamente a las redes sociales y a los sitios web en busca de malas noticias, avanzando entre artículos que examinan si la guerra en Ucrania podría ser la Tercera Guerra Mundial, si otra pandemia viene en camino o si ya hemos pasado el punto de no retorno en la crisis climática.
Entonces ¿es probable que los lectores hagan clic más veces sobre las noticias negativas? La respuesta es sí. Resulta que los seres humanos tenemos aquello que los psicólogos sociales llaman un “sesgo de negatividad”, tendemos a prestar más atención a la información negativa que a la positiva. Ese podría ser el factor fundamental de por qué las noticias son tan deprimentes.
Una de las mayores pasiones de los psicólogos sociales es examinar el comportamiento humano en busca de indicios que expliquen la racionalidad y la percepción. El sesgo de negatividad es la tendencia a que la información y las experiencias negativas se impongan sobre las positivas. Ya en el año de 1967, los científicos concluyeron que los estudiantes universitarios, cuando se les daban párrafos que describían la personalidad de un protagonista en una historia, estaban más atentos a las descripciones negativas que a las positivas. Porque “lo malo es más atractivo que lo bueno” tal como lo expresó sin rodeos un artículo científico en el año 2001. Y toda esta investigación se llevó a cabo antes de la era de Twitter e Instagram.
Un reciente trabajo de investigación realizado en 17 países con más de 1.100 participantes, buscaba medir cómo reaccionaban los consumidores ante las noticias que parecían positivas o negativas. Los encuestados vieron siete historias de la BBC ordenadas al azar en una laptop mientras usaban auriculares que eliminan el ruido de fondo y sensores en sus dedos para medir la conductividad de la piel y el pulso sanguíneo. Los ejemplos de noticias positivas incluyeron una compañía de ballet en Brasil que emplea bailarines ciegos, un niño pequeño que se recuperó de una enfermedad hepática y una noticia sobre el grupo de música pop ABBA. Mientras que las noticias negativas se relacionaron con el incendio de una ciudad peruana, las investigaciones de la ONU sobre crímenes de guerra y activistas ultraortodoxos que impedían que las niñas fueran a la escuela. En el estudio hallaron que las noticias negativas provocaban reacciones fisiológicas fuertes y atraían más la atención que las positivas o neutras.
Esta tendencia a consumir noticias negativas también habla de las estrategias de los medios para llamar la atención del público. Los periodistas tienen cierto margen de maniobra para decidir qué historias cubrir y como contarlas, haciendo uso del sesgo de negatividad. Así que podrían estar experimentando los mismos impulsos que sentimos todos hacia este tipo de noticias.
Por otra parte, una encuesta internacional del Instituto Reuters encontró que en casi todos los países consultados, la confianza en los medios está cayendo y más personas dicen que están evitando las noticias. ¿Por qué? Los encuestados indicaron que “tiene un efecto perjudicial en su estado de ánimo”. Por ello, en las noticias nocturnas que se presentan en la televisión, el segmento final casi siempre es sobre información positiva o esperanzadora. No se quiere dejar a la audiencia deprimida antes de decir `buenas noches´. En otras palabras, la gente anhela algo diferente tras las crónicas negativas y siempre es válida la recomendación de ver las noticias solo en momentos específicos del día. Es importante asegurarnos de tener algunas actividades disponibles después de consumir las reseñas negativas y levantar de nuevo el ánimo, como escuchar música, hacer algún tipo de ejercicio o tomar un buen baño relajante.
Cada día surge una gran cantidad de información relacionada con el progreso que la humanidad ha logrado en los últimos siglos, transmitiéndonos la esperanza de que deberíamos caminar hacia un futuro que nos permita mejorar. Al final, la decisión sobre cuál noticia hacer clic es nuestra.
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