Hay mucha incertidumbre sobre las vías para solucionar la crisis humanitaria y el futuro democrático del país. Pero sobre todo hay dudas sobre cómo cambiar este gobierno ineficiente, que tiene ya demasiados años al frente del Estado y cuya gestión, cada vez más devastadora, solo va dando indicadores de corrupción, muerte y destrucción.
Ante la incertidumbre conviene no sólo analizar con detalle lo que está ocurriendo, sino también manejarnos con lo que sabemos y que está dentro de nuestro campo de acción. Hay muchas cosas que desconocemos dentro del panorama político nacional, pero hay otras de las que si tenemos información. Por ejemplo, sabemos que la Asamblea Nacional Constituyente ha designado una Comisión responsable de la redacción de la nueva Constitución de la Republica, que esta comisión está conformada por 20 constituyentistas y 9 asesores liderados por Hermánn Escarrá.
Sabemos que esta nueva Constitución debe ser sometida a referéndum para su aprobación y que la ilegitimidad de la Asamblea Nacional Constituyente no ha parado su funcionamiento y que nada parece detener el trabajo de esta Comisión para la redacción de la nueva Constitución, ni el propósito de llevarla a referéndum.
En diversos medios de comunicación se recogen declaraciones del abogado Escarrá, en las que indica que en agosto ya tenían redactado el 80% del nuevo texto constitucional y que el debate en la ANC estaría dándose entre finales de este año o principios del 2019, también insiste en que este proceso tiene que concluir con una votación directa del pueblo de Venezuela, para su aceptación o rechazo.
Escarrá ha estado promocionando la nueva Constitución con la idea de que profundizará el respeto a los derechos humanos y la democracia; no obstante, plantea aspectos que no dejan muy claro si son avances o retrocesos a la Constitución actual.
Menciona que se establecerán mecanismos de consulta a nivel de las comunas, de los municipios y los estados para afianzar la democracia participativa, que habrá nuevos mecanismos de referéndum (consultivo, abrogatorio, derogatorio y revocatorio), que creará un Tribunal de Garantías Constitucionales o Tribunal Constitucionalista separado del Tribunal Supremo de Justicia, que suplirá la actual Sala Constitucional.
También señala que habrá mayor severidad para el delito de “traición a la patria”, que se reorganizará la Fuerza Armada Nacional (FANB) para incluir a la milicia como uno de sus componentes, y asoma, sin dar mayor detalle, la reforma del modelo económico nacional y la inclusión de las comunas.
En su cuenta twitter, el constitucionalista ofrece información sobre temas álgidos como son el matrimonio igualitario y la protección de la vida desde la concepción, señala claramente su posición de rechazo a cualquier iniciativa de avance en el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, la protección a familias homoparentales, así como a la interrupción voluntaria del embarazo.
Sin duda nos falta información sobre el contenido del nuevo texto constitucional, pero más allá de esto existen fuertes razones para rechazarla, siendo la inconstitucionalidad de su origen la mayor de ellas. Ante esto, ¿participaremos o no en el referéndum? ¿Acudiremos al proceso? ¿Votaremos? ¿Nos quedaremos de brazos cruzados observando cómo sigue transcurriendo el tiempo sin ninguna participación activa en esta decisión crucial? Ya sabemos que la abstención ha sido un error político que hemos cometido una y otra.
Ciertamente no tenemos fechas exactas, lo que sí sabemos es que el referéndum lo realizarán en el momento más conveniente para el gobierno – tal vez en el primer trimestre del 2019- y que de no activarnos vamos a entregar el triunfo con mucha facilidad.
Si hay una lucha política que está en el tapete en el este momento es por nuestra Constitución vigente, es hora de ejercer acciones en esa dirección. La invitación es a que hablemos del referéndum Constitucional, es un primer paso para recuperar el terreno perdido y empezar a modificar nuestro futuro.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
El sociólogo y filósofo Zygmunt Bauman advierte recientemente sobre una realidad más dantesca: el impacto que tiene la imposibilidad de estar solos. «Pero la desconexión con la gente también es una dificultad. Según las últimas investigaciones, la persona promedio pasa siete horas y media -la mitad del día despierto- frente a una pantalla, no frente […]
En medio de una crisis energética, disputas geopolíticas, sequías, incremento de precios de los alimentos, pandemia, etc., hay una industria que no ha detenido su crecimiento y a nadie se le ocurriría declarar que hay una escasez: drogas. A decir verdad —salvo algunos años excepcionales—, desde la famosa declaración de la «guerra contra las drogas» […]
Numerosas razones convergen sobre la brecha que hay entre la política y la educación. El abordaje de este temas desde la perspectiva académico–universitaria adquiere un mejor sentido para concienciar no sólo acerca de la importancia que implica, sino sobre el efecto que generan en el ejercicio profesional. Incluso, en medio de la actitud que, en […]
Un tempestuoso día de marzo de 1827, a los 56 años, falleció el compositor alemán Ludwig van Beethoven. Estaba en cama desde diciembre, fue atacado por ictericia, sus miembros y abdomen se hincharon, cada respiración era una lucha. Luego de fallecer, sus amigos se dedicaron a la tarea de clasificar las pertenencias personales, descubriendo un documento […]
Hay mucha incertidumbre sobre las vías para solucionar la crisis humanitaria y el futuro democrático del país. Pero sobre todo hay dudas sobre cómo cambiar este gobierno ineficiente, que tiene ya demasiados años al frente del Estado y cuya gestión, cada vez más devastadora, solo va dando indicadores de corrupción, muerte y destrucción.
Ante la incertidumbre conviene no sólo analizar con detalle lo que está ocurriendo, sino también manejarnos con lo que sabemos y que está dentro de nuestro campo de acción. Hay muchas cosas que desconocemos dentro del panorama político nacional, pero hay otras de las que si tenemos información. Por ejemplo, sabemos que la Asamblea Nacional Constituyente ha designado una Comisión responsable de la redacción de la nueva Constitución de la Republica, que esta comisión está conformada por 20 constituyentistas y 9 asesores liderados por Hermánn Escarrá.
Sabemos que esta nueva Constitución debe ser sometida a referéndum para su aprobación y que la ilegitimidad de la Asamblea Nacional Constituyente no ha parado su funcionamiento y que nada parece detener el trabajo de esta Comisión para la redacción de la nueva Constitución, ni el propósito de llevarla a referéndum.
En diversos medios de comunicación se recogen declaraciones del abogado Escarrá, en las que indica que en agosto ya tenían redactado el 80% del nuevo texto constitucional y que el debate en la ANC estaría dándose entre finales de este año o principios del 2019, también insiste en que este proceso tiene que concluir con una votación directa del pueblo de Venezuela, para su aceptación o rechazo.
Escarrá ha estado promocionando la nueva Constitución con la idea de que profundizará el respeto a los derechos humanos y la democracia; no obstante, plantea aspectos que no dejan muy claro si son avances o retrocesos a la Constitución actual.
Menciona que se establecerán mecanismos de consulta a nivel de las comunas, de los municipios y los estados para afianzar la democracia participativa, que habrá nuevos mecanismos de referéndum (consultivo, abrogatorio, derogatorio y revocatorio), que creará un Tribunal de Garantías Constitucionales o Tribunal Constitucionalista separado del Tribunal Supremo de Justicia, que suplirá la actual Sala Constitucional.
También señala que habrá mayor severidad para el delito de “traición a la patria”, que se reorganizará la Fuerza Armada Nacional (FANB) para incluir a la milicia como uno de sus componentes, y asoma, sin dar mayor detalle, la reforma del modelo económico nacional y la inclusión de las comunas.
En su cuenta twitter, el constitucionalista ofrece información sobre temas álgidos como son el matrimonio igualitario y la protección de la vida desde la concepción, señala claramente su posición de rechazo a cualquier iniciativa de avance en el reconocimiento del matrimonio entre personas del mismo sexo, la protección a familias homoparentales, así como a la interrupción voluntaria del embarazo.
Sin duda nos falta información sobre el contenido del nuevo texto constitucional, pero más allá de esto existen fuertes razones para rechazarla, siendo la inconstitucionalidad de su origen la mayor de ellas. Ante esto, ¿participaremos o no en el referéndum? ¿Acudiremos al proceso? ¿Votaremos? ¿Nos quedaremos de brazos cruzados observando cómo sigue transcurriendo el tiempo sin ninguna participación activa en esta decisión crucial? Ya sabemos que la abstención ha sido un error político que hemos cometido una y otra.
Ciertamente no tenemos fechas exactas, lo que sí sabemos es que el referéndum lo realizarán en el momento más conveniente para el gobierno – tal vez en el primer trimestre del 2019- y que de no activarnos vamos a entregar el triunfo con mucha facilidad.
Si hay una lucha política que está en el tapete en el este momento es por nuestra Constitución vigente, es hora de ejercer acciones en esa dirección. La invitación es a que hablemos del referéndum Constitucional, es un primer paso para recuperar el terreno perdido y empezar a modificar nuestro futuro.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.