Los niños, adolescentes y jóvenes forman parte de generaciones interconectadas que han crecido inmersos en los múltiples beneficios de este mundo globalizado. Hemos mutado como especie y las tecnologías de la información (Tics) llegaron para quedarse y transformar los estilos de vida. Eso es innegable. “El teléfono es como una prótesis que tienen adherida fisiológicamente y de la que no se pueden desprender”, nos comentaba un docente expresando lo difícil que es captar la atención de los estudiantes aunque sea por breves momentos.
Los tiempos también están signados por los riesgos y peligros que entraña ese nuevo estilo de vida frente a los dispositivos. Ignorarlo es irresponsable. Tratar de mitigar los riesgos planteando la desconexión como la solución tampoco luce pertinente.
El período vacacional está lleno de retos dados los costos de los planes vacacionales, viajes, actividades de entretenimiento, por lo que muchas familias tienen limitadas las opciones.
¿Cómo administrar los tiempos para que la sobreexposición a las pantallas genere efectos adversos? ¿Cómo detectar si el uso de las tics es adecuado? Si usan las tecnologías para comunicarse, informarse, recrearse y disfruta de ello. No deja de cumplir con sus obligaciones, con sus relaciones personales, con compañeros, familia. El uso se convierte en abuso cuando cambia hábitos de sueños, no comen, dejan de asistir a reuniones con compañeros, de practicar el deporte en el equipo del que forma parte hace unos años. La vida gira en torno a las tics y dice mentiras o manipula para continuar conectado. Del disfrute pasa a una obsesión.
En la actualidad, el abuso del consumo de pantallas se convierte en una adicción que puede generar conductas similares a las drogas o al juego patológico. ¿En qué se basan para afirmarlo? En una guía el Defensor del Menor de Madrid sistematiza los siguientes indicadores a los que se debe estar atentos:
No todos los adolescentes actúan de la misma manera. Hay factores de riesgo asociados a características personales, la crianza y apoyo familiar, la relación e identidad grupal que es tan importante en la adolescencia.
De igual forma contamos con factores protectores que podemos reforzar:
Hoy en día los peligros no están solo en la calle, sino también en las pantallas que están en casa o en los dispositivos que están en sus manos.
***
Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
Del mismo autor: Sobrevivir sin medicinas
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Los tiempos también están signados por los riesgos y peligros que entraña ese nuevo estilo de vida frente a los dispositivos. Ignorarlo es irresponsable. Tratar de mitigar los riesgos planteando la desconexión como la solución tampoco luce pertinente.
El período vacacional está lleno de retos dados los costos de los planes vacacionales, viajes, actividades de entretenimiento, por lo que muchas familias tienen limitadas las opciones.
¿Cómo administrar los tiempos para que la sobreexposición a las pantallas genere efectos adversos? ¿Cómo detectar si el uso de las tics es adecuado? Si usan las tecnologías para comunicarse, informarse, recrearse y disfruta de ello. No deja de cumplir con sus obligaciones, con sus relaciones personales, con compañeros, familia. El uso se convierte en abuso cuando cambia hábitos de sueños, no comen, dejan de asistir a reuniones con compañeros, de practicar el deporte en el equipo del que forma parte hace unos años. La vida gira en torno a las tics y dice mentiras o manipula para continuar conectado. Del disfrute pasa a una obsesión.
En la actualidad, el abuso del consumo de pantallas se convierte en una adicción que puede generar conductas similares a las drogas o al juego patológico. ¿En qué se basan para afirmarlo? En una guía el Defensor del Menor de Madrid sistematiza los siguientes indicadores a los que se debe estar atentos:
No todos los adolescentes actúan de la misma manera. Hay factores de riesgo asociados a características personales, la crianza y apoyo familiar, la relación e identidad grupal que es tan importante en la adolescencia.
De igual forma contamos con factores protectores que podemos reforzar:
Hoy en día los peligros no están solo en la calle, sino también en las pantallas que están en casa o en los dispositivos que están en sus manos.
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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.
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