El autoritarismo en las políticas públicas

Continuación del dilema de las políticas públicas

Dar cuenta del problema de las políticas públicas, toda vez que se comportan como paradojas al padecer del dilema que las afecta, en contextos de países periféricos, tal como Venezuela, obliga a revisar estudiosos como José Ignacio García Hamilton.

Este investigador y profesor universitario, quien en su libro “El autoritarismo y la improductividad” (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2003) explica cómo la ausencia de valores y principios democráticos genera un modelo de sociedad que no es el más apto para la creación de riquezas. Tampoco para incentivar la tolerancia como recurso político dirigido a fomentar actitudes opuestas a toda tentación anárquica y tormentosa. Entonces, se suscitan sociedades para las cuales las políticas públicas son víctimas de lo que refiere cuando escribe entre sus posibles razones, “la ausencia de valores y principios democráticos (…)”

Es ahí cuando la praxis política se instala en un ambiente en el que predomina la anomia que, a decir de Max Weber, es la incapacidad de la estructura social de ajustarse a la dinámica política, induciendo a que las leyes pierdan su carácter regulatorio y exageren sus controles, lo cual motiva el deterioro del valor de la normativa consabida en casi todos sus aspectos.

Cultura del autoritarismo

A dicho respecto, García Hamilton refiere que tales problemas “(…) reposan en el terreno cultural (…)” (Ibídem, p.19) lo cual aviva la hipótesis de una cultura política autoritaria entendiendo por tal “(…) el conjunto de actitudes que hacen posible la aceptación de tutelajes a situaciones que conducen a negar no sólo los derechos de las minorías, sino además a ejercer sobre ellas la crueldad y el genocidio” (Ídem).

De alguna forma, y de acuerdo a los resultados que la historia política contemporánea ha podido revelar, en ello podrían estar modelados los pilares que han posibilitado esa cultura del autoritarismo mediante la cual, el discurrir político se ha servido de la actitud de individuos que se han aprovechado del poder para imponer sus intereses. En buena medida, autoritaria e improvisada.

Quizás, en la consideración de la hipótesis planteada, podrían hallarse las razones que han inducido al desconocimiento de las políticas públicas en cuanto a su disposición normativa para orientar decisiones que abarcan realidades complejas. Aún cuando hayan sido pensadas con el fin de resolver importantes reveses de todo orden. 

Punto de inflexión

La anterior consideración permite advertir un punto de inflexión en el sistema de coordenadas cartesianas creadas al combinar el curso del tiempo y las incidencias de necesidades.  Acá el ladeo aludido, pone de relieve la fractura que modela la concepción y aplicación de las políticas públicas.

La inflexión es representativa de cuánto es preferida la conducción de situaciones a partir de meras interacciones sociales impuestas a modo de mandatos, mucho de los cuales resultan de esquemas divorciados de la planificación política, más si esta -en la fase de hechuras de políticas- compromete la participación de una multiplicidad de actores, ricos en perspectivas y opiniones. O incluso, del análisis a profundidad de los factores que contribuyen a darle forma al problema objeto de estudio.

Acá las dificultades alientan dos o más lecturas. Una primera lectura, podría destacarse en atención al creciente intervencionismo gubernamental cuya reacción neoliberal tiende a favorecer políticas públicas formuladas con base en métodos racionales de prospectiva política.

No obstante, tal situación no siempre es atendida desde el enfoque comprendido por la significación de políticas públicas. Más, cuando los núcleos de gobierno se hallan atrapados por una compleja red de relaciones que da lugar a problemas que surgen de prácticas políticas cundidas de estatismo, centralismo, partidismo, paternalismo y populismo. Y acá las políticas públicas se extravían en términos de su importancia.

Una segunda lectura, podría interpretarse en atención a las carencias e insuficiencias que caracterizan los problemas sociales, económicos y políticos embutidos en la complejidad e incertidumbre que sucumben las realidades. Por esta razón, la formulación de políticas públicas sigue atascándose en medio de las incidencias de cuánto problema ocurre del lado oscuro y egoísta de los conflictos políticos que se apropian de las realidades. Así suele ocurrir, a pesar de reconocer y pregonar que las políticas son capaces de coadyuvar a construir un mundo mejor.  

Argumentos que agravan el problema

A este tramado de argumentos que busca evidenciar el problema en que se convierte la formulación de políticas públicas, hay que sumar la incompetencia de profesionales dispuestos a internarse en el campo de la planificación política, la prospectiva política, la econometría y la estadística toda vez que son recursos conceptuales capaces de aportar conocimientos específicos a la formulación de políticas públicas. 

Asimismo, se tiene encima la pesadez que agarrota a muchos cuando advierten las dificultades que exige el hecho de prestarle atención especial al proceso de formulación de políticas públicas. Particularmente, cuando hay claridad respecto de que su hechura tiene más de interacción social que de inmutable planificación. Interacción social esta que requiere del diseño de indicadores de gestión. Igualmente, de escalas de rangos de evaluación de capacidades, necesidades y recursos disponibles, entre otras caracterizaciones que desvelan los intríngulis que complican la realidad objeto del análisis. 

Algunas conclusiones

Pocos comprenden que el éxito de una política pública, evaluada desde la perspectiva de su pertinencia, fortaleza y oportunidad de inserción en el conglomerado, se verifica por los resultados de su imbricación social, política o cultural con el ambiente hacia donde esté dirigida. Fundamentalmente, sus resultados han de estimarse en relación con la dificultad de implantación y el grado de respuesta, considerando la sensibilidad del sistema en la que actúa.

Esta disertación tuvo como objetivo, dar cuenta de atascos que ensombrecen sus propósitos, incluso, su importancia. En primer lugar, dificultades como la desatención que confronta frente a actores displicentes, incompetentes, politizados, escuetos, desinformados, escépticos o inseguros. En segundo lugar, reveses ocasionados por causa de políticas empobrecidas, desatinadas, insuficientes, imposiciones por conveniencia o intereses ocasionales, desadaptadas de la realidad intervenida.

El dilema de las políticas públicas se acentúa cuando sus propuestas se pliegan del lado unilateral del mercado (dando cuenta de las imperfecciones del mercado o de las injusticias que ocurren por causa del ingreso y la riqueza que genera su actividad). También, del lado de la actividad mezquina de organizaciones públicas (dando cuenta de los crecientes y reiterados costos inútiles, tanto como de los efectos no previstos e injusticias distribucionales a consecuencia de influencias practicadas y del poder ejercido).

Cualquier propuesta de política pública, como bien señalaba el Dr. Carlos Matus Romo en la Revista de la CEPAL (Argentina, 1987) no podría construirse a desdén del aporte de gestores y planificadores con conciencia de que “(…) sus prácticas de producción social tienen lugar en un mundo de múltiples criterios de eficacia, tanto como de múltiples criterios escasos, muchas racionalidades y distintas referencias explicativas”. 

Sólo así, no sólo es posible formalizar la hechura de políticas públicas en cualquier ámbito del desarrollo humano, sino también, garantizar que su ejercicio político tendrá una buena pegada en el curso de las realidades.

De esa manera, es factible evitar que la formulación de políticas se vea ahogada en un dilema que lleve a verlas cuales paradojas enterradas en la singularidad de un mundo sórdido y obstinado por objetivos intrascendentes. De ahí la inquietud que valida la primera entrega de esta disertación intitulada: el dilema de las políticas públicas. Propósito este ganado para referir la segunda parte intitulada: el autoritarismo en las políticas públicas.

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Las opiniones expresadas en esta sección son de entera responsabilidad de sus autores.

Del mismo autor: El dilema de las políticas públicas 

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