El diminuto fósil es modesto. No es tan grande como el fémur de un Apatosaurus (cuello largo) ni tan impresionante como la mandíbula de un Tiranosaurio. El objeto es tan solo un pequeño fragmento de cartílago del cráneo de un bebé Hypacrosaurus que murió hace más de 70 millones de años. Pero puede contener algo nunca antes visto desde las profundidades de la era Mesozoica: restos degradados de ADN de dinosaurio.

Se supone que el material genético no debe perdurar por largos períodos de tiempo. El ADN comienza a descomponerse al momento de la muerte. Los hallazgos de un estudio de 2012 sobre huesos de un ave extinta, mostraron que el material genético de un organismo se deteriora a un ritmo tal, que se reduce a la mitad cada 521 años. Después de 1.042 años, la mitad de ese resto también desaparecerá. Esta velocidad de descomposición indica que los paleontólogos solo pueden recuperar secuencias de ADN reconocibles de criaturas, que vivieron y murieron, en los últimos 6,8 millones de años.

Volviendo al  Hypacrosaurus, en un estudio publicado a principios de este año, un grupo de investigadores chinos propusieron que en el fósil habían encontrado no solo evidencia de proteínas originales y células de cartílago, sino también una firma química consistente con el ADN. Solo hay un problema: el dinosaurio en cuestión tiene entre 74 y 80 millones de años, demasiado viejo para tener todavía ADN intacto. La recuperación de material genético de tal antigüedad sería un avance importante. El ADN de los dinosaurios agregaría una gran cantidad de información nueva sobre la biología de los “lagartos terribles”. Tal hallazgo también establecería la posibilidad de que el material genético pueda permanecer detectable, no solo durante un millón de años, sino durante decenas de millones. El registro fósil no sería solo huesos y huellas: contendría fragmentos del registro genético que une a toda la vida en la Tierra. Desafortunadamente, no hay forma de verificar el resultado.

Cuando se trabaja con una cantidad muy pequeña de ADN potencial, los métodos que utilizan los científicos son destructivos, lo que significa que las muestras se destruyen mientras se analizan. Tales trozos de ADN antiguo no tienen exactamente la calidad de la película  Jurassic Park. En el mejor de los casos, parecen ser restos degradados de genes que no se pueden leer: componentes descompuestos en lugar de partes intactas de una secuencia.

En 2013, un fósil de caballo de 700.000 años congelado en permafrost (capa de suelo permanentemente congelado) se convirtió en el ADN más antiguo jamás secuenciado para la fecha. Los  investigadores de la Universidad de Copenhague tuvieron que volver a “coserlo” minuciosamente, al tiempo que eliminaban cualquier ADN bacteriano que se hubiera mezclado con el fósil. Antes de eso, el genoma secuenciado más antiguo era de los restos de un Denisovano (emparentado con los humanos modernos) de hace 80.000 años. Luego, a principios de este año, los científicos anunciaron que habían secuenciado el ADN de un diente de mamut de 1,2 millones de años, que actualmente tiene el récord del ADN. Debido a la fragilidad del ADN, algunos científicos piensan que podría ser el más antiguo que obtendremos.

De confirmarse, los hallazgos publicados indicarían que los rastros bioquímicos de organismos pueden persistir durante decenas de millones de años, más de lo que se pensaba anteriormente. Y eso significaría que habría un mundo entero de información biológica que los expertos apenas están empezando a conocer.

La pregunta es si este ADN y otros rastros son realmente lo que parecen. Inmediatamente después del artículo e inspirado por la controversia sobre lo que representan las biomoléculas dentro de los huesos de dinosaurios, otro equipo de investigadores de la Universidad de Princeton, informó recientemente sobre microbios encontrados dentro de un fósil de Centrosaurus, un dinosaurio de edad similar al Hypacrosaurus. Los investigadores dijeron que extrajeron ADN dentro del hueso, pero era de bacterias y otros microorganismos que no se habían visto antes. El hueso tenía su propio microbioma, lo que podría causar confusión en cuanto a si el material genético pertenecía al dinosaurio o a las bacterias que habían residido dentro de él durante el proceso de fosilización.

El descubrimiento de que tales fósiles pueden albergar comunidades bacterianas diferentes a las de la roca circundante, complica la búsqueda de ADN, proteínas y otras biomoléculas de dinosaurios. Lo moderno podría superponerse al pasado, creando una imagen falsa. Incluso si se pudiera conservar algún rastro de materia orgánica, los procesos de identificación serían tan desafiantes como encontrar una aguja en un pajar y, por lo tanto, probablemente conducirán a posibles afirmaciones falsas.

Los investigadores chinos reconocen que es importante considerar formas de microorganismos previamente desconocidos al estudiar la microbiología de los huesos de dinosaurios. Pero proponen que es poco probable que las bacterias encuentren su camino hacia una célula de cartílago e imiten su núcleo de tal manera, que se confundan los microorganismos con los trozos de ADN.

Una de las mayores dificultades en el debate en curso es la falta de reproducibilidad de los resultados. Y la paleogenética ha pasado por este problema antes: alrededor de la época en que se estrenó la película Jurassic Park en 1993, los trabajos de investigación anunciaron el descubrimiento de ADN mesozoico. Posteriormente, esas afirmaciones se invalidaron cuando otros equipos de investigación no pudieron replicar los mismos resultados. Aunque la ciencia de la paleogenética ha cambiado desde entonces, la necesidad de varios laboratorios para confirmar el mismo resultado sigue siendo importante. Si a un laboratorio diferente se le pudieran enviar fósiles de forma independiente desde el mismo sitio, hacer su propia tinción y obtener los mismos resultados, las cosas serían más creíbles. Sin embargo, la paleobiología molecular está desarrollando estándares y protocolos a medida que continúa buscando las pistas contenidas dentro de los huesos antiguos.

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