Al grito de “¡Contrato justo, ya!” pensionados, jubilados y personal activo del Metro de Caracas protestaron este lunes 6 de agosto en La Hoyada (Distrito Capital) para reclamar reivindicaciones laborales y la recuperación del sistema de transporte subterráneo. Pidieron al sindicato rendir cuentas sobre sus recientes conversaciones con la directiva de la empresa.

Jaqueline Aguilar, jubilada luego 33 años en el Metro, afirmó que el sueldo que perciben no les alcanza para comer y que redujo al mínimo en su dieta cotidiana el consumo de pollo, la carne, el pescado y las frutas. “Yo tuve que comer sábila. Pelé la sábila y la aliñé porque ese día no tenía nada que comer“, dijo.

Contó que hace unos meses le diagnosticaron bronquitis pero de los cinco medicamentos que le recetaron, solo pudo comprar uno. Explicó que el límite del seguro para comprar medicinas es de 2.500.000 bolívares: “Tienen que sincerar la póliza“.

El presidente de La Asociación de Jubilados y Pensionados del Metro de Caracas (Ajupemeca), Juan Ovalles, explicó que la movilización pretendía exigir reportes al Sitrameca sobre las discusiones con el patrono.

“Nos sorprende que una discusión que ya lleva mucho tiempo no haya ninguna información que darle a los trabajadores. Aparentemente, están esperando algún aumento presidencial que viene por ahí”, dijo abajo del edificio de recursos humanos del Metro.

Servicio decaído

“No sacamos nada con lograr nuestras reivindicaciones y que sigamos prestando el mismo servicio”, dijo a Efecto Cocuyo el operador Edgar Mogollón. Aseguró que los trabajadores, como los usuarios, también son víctimas de la situación.

“Vemos todos los días sacar gente desmayada de los vagones. Las escaleras mecánicas no funcionan, la gente tiene que estar esperando una hora un tren en cualquier estación. Eso nos afecta a nosotros y a ellos”, expresó.

Mogollón también lamentó que muchos usuarios tildan al personal como saboteadores o terroristas: “Estamos aquí para dar la cara y decir que no, nosotros tenemos familiares que viajan todos los días en el Metro. Queremos lograr que el servicio vuelva a ser lo que era antes“.

Usuarios y empleados en riesgo

Trabajadores explicaron que actualmente hay trenes con dos o tres vagones sin sistema de propulsión ni frenos. “Eso es lo que siente un usuario cuando el tren se detiene y hay un bamboleo del vagón”, dijo uno de los empleados, quien prefirió no dar su nombre por temor a represalias.

Precisaron que, según el protocolo, con dos vagones sin freno el tren debe salir de circulación. Como quedan pocos operativos, no los retiran.

Otro empleado se quejó por las condiciones en las que deben conducir los trenes. Indicó que las cabinas no tienen aire acondicionado. Agregó que hubo casos en que a los conductores de los trenes se les bajó la tensión.

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