En colaboración con el gobierno de Venezuela, Trinidad y Tobago deportó a 66 venezolanos, 22 niños y 44 adultos, este jueves 17 de diciembre.
Del grupo de 66 personas, 51 habían sido detenidas en la isla caribeña entre el 13 y el 14 de diciembre.
En la embarcación, explicó el periodista Francisco Marín en su Twitter, viajaba una niña con autismo, una mujer embarazada y un bebé de ocho meses de edad.
Tuve acceso al expediente, y es desgarrador ver a los niños ser fotografiados como si fuesen delincuentes.
Su inocencia claramente no los deja ver más allá, casi todos le sonríen a la cámara. Como si de una foto escolar se tratara.
Esto es una gran desgracia.
— Francisco Marín (@franciscoamarin) December 17, 2020
Entre los deportados también iban dos adultos mayores de 60 y 65 años de edad.
Marín explicó que muchos de los detenidos dijeron pagar entre 300 y 600 dólares para ser trasladados a Trinidad y Tobago.
«En este grupo de 66 deportados hay historias trágicas y lamentables. Varios de los detenidos intentaban regresar a Venezuela para estar con familiares enfermos de cáncer, otros eran víctimas de tráfico humano o violencia familiar», reportó.
Entre ellos también hay varios indígenas waraos. El periodista agregó que también entre los deportados hay tres personas que, de acuerdo al expediente, son calificadas como «posible miembro de la red que trasladó de forma ilegal a las personas».
Agregó que, «se asume que al llegar a Venezuela enfrentarán un proceso penal».
Algunos de los migrantes narraron que en los viajes clandestinos «nadie utiliza salvavidas y, los niños y adolescentes son amarrados dentro de los peñeros para que no se salgan con los saltos que se producen al ir a alta velocidad en el mar».
El pasado 28 de noviembre el Gobierno de Trinidad y Tobago deportó a un grupo de 160 venezolanos que entraron ilegalmente al país.
Aseguraron que la decisión fue acordada con la administración de Nicolás Maduro. Se concretó una semana después de que se expulsara a 26 migrantes, entre ellos 16 niños, que luego volvieron al país caribeño.
En esa ocasión detallaron que la medida se hacían en cumplimiento de la política del gobierno y respetando las leyes de Trinidad y Tobago «para proteger a sus ciudadanos».
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En colaboración con el gobierno de Venezuela, Trinidad y Tobago deportó a 66 venezolanos, 22 niños y 44 adultos, este jueves 17 de diciembre.
Del grupo de 66 personas, 51 habían sido detenidas en la isla caribeña entre el 13 y el 14 de diciembre.
En la embarcación, explicó el periodista Francisco Marín en su Twitter, viajaba una niña con autismo, una mujer embarazada y un bebé de ocho meses de edad.
Tuve acceso al expediente, y es desgarrador ver a los niños ser fotografiados como si fuesen delincuentes.
Su inocencia claramente no los deja ver más allá, casi todos le sonríen a la cámara. Como si de una foto escolar se tratara.
Esto es una gran desgracia.
— Francisco Marín (@franciscoamarin) December 17, 2020
Entre los deportados también iban dos adultos mayores de 60 y 65 años de edad.
Marín explicó que muchos de los detenidos dijeron pagar entre 300 y 600 dólares para ser trasladados a Trinidad y Tobago.
«En este grupo de 66 deportados hay historias trágicas y lamentables. Varios de los detenidos intentaban regresar a Venezuela para estar con familiares enfermos de cáncer, otros eran víctimas de tráfico humano o violencia familiar», reportó.
Entre ellos también hay varios indígenas waraos. El periodista agregó que también entre los deportados hay tres personas que, de acuerdo al expediente, son calificadas como «posible miembro de la red que trasladó de forma ilegal a las personas».
Agregó que, «se asume que al llegar a Venezuela enfrentarán un proceso penal».
Algunos de los migrantes narraron que en los viajes clandestinos «nadie utiliza salvavidas y, los niños y adolescentes son amarrados dentro de los peñeros para que no se salgan con los saltos que se producen al ir a alta velocidad en el mar».
El pasado 28 de noviembre el Gobierno de Trinidad y Tobago deportó a un grupo de 160 venezolanos que entraron ilegalmente al país.
Aseguraron que la decisión fue acordada con la administración de Nicolás Maduro. Se concretó una semana después de que se expulsara a 26 migrantes, entre ellos 16 niños, que luego volvieron al país caribeño.
En esa ocasión detallaron que la medida se hacían en cumplimiento de la política del gobierno y respetando las leyes de Trinidad y Tobago «para proteger a sus ciudadanos».