El alza del dólar paralelo en los primeros cuatro días de esta semana ha sido el más vertiginoso desde la creación del control cambiario en febrero de 2003. La economista Anabela Abadi explica que desde ese momento le tomó pasar de uno a diez bolívares por dólar, durante 9 años.
En lo que va de 2015, las brechas se dispararon aceleradamente. Pasó de 100 a 200 bolívares entre febrero y marzo , luego entre abril y mayo llegó a 400 y, en tan solo una semana, en este mes de julio pasó de 500 a 600. A las 5:00 de la tarde de este jueves, 9 de julio, se cotizaba a Bs. 616, 46.
Sin embargo, señala la experta, es difícil calcular la depreciación del bolívar porque no se tienen cifras oficiales de algunos indicadores de inflación que influyen en su evaluación.
Para concretar un monto de la valoración del bolívar sería necesario ver su capacidad de compra, la relación entre el dinero en circulación y lo que produce la economía nacional o estudiar la liquidez monetaria respecto de lo que se produce; es decir, cuántos bolívares se pudieran cobrar por cada bien que se produce.
Esta relación ha ido aumentando, de acuerdo con lo que resalta Abadi. Al cierre de 1999 por cada bolívar que se producía, en la economía circulaban Bs. 1,23 según cifras de la economista consultada. Al cierre de 2014, que es la última cifra que maneja, por cada bolívar había en circulación Bs. 124. Esto quiere decir que con lo que se tiene se puede comprar menos.
Al 26 de junio, indica la experta, por cada dólar que había en reserva existían Bs. 161. Esto ha venido aumentando por la caída de las reservas, lo que también influye en la depreciación del bolívar.
Para el economista Asdrúbal Oliveros, esta es una situación de gravedad porque tiene serias implicaciones sobre el costo de vida. Esto implica un encarecimiento de costo de vida lo que tendrá repercusiones en la dinámica comercial del país, indica.
Considera que hasta que no se resuelvan las distorsiones que existen en la económica y el Gobierno mantenga la inacción la válvula de escape seguirá siendo el dólar paralelo y esto influirá en la depreciación del bolívar. «También tienes una aceleración inflacionaria muy fuerte, la gente no tiene cómo refugiarse. No hay bienes, no hay activos, y los ques hay tienen valores demasiado inflados», agrega.
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En lo que va de 2015, las brechas se dispararon aceleradamente. Pasó de 100 a 200 bolívares entre febrero y marzo , luego entre abril y mayo llegó a 400 y, en tan solo una semana, en este mes de julio pasó de 500 a 600. A las 5:00 de la tarde de este jueves, 9 de julio, se cotizaba a Bs. 616, 46.
Sin embargo, señala la experta, es difícil calcular la depreciación del bolívar porque no se tienen cifras oficiales de algunos indicadores de inflación que influyen en su evaluación.
Para concretar un monto de la valoración del bolívar sería necesario ver su capacidad de compra, la relación entre el dinero en circulación y lo que produce la economía nacional o estudiar la liquidez monetaria respecto de lo que se produce; es decir, cuántos bolívares se pudieran cobrar por cada bien que se produce.
Esta relación ha ido aumentando, de acuerdo con lo que resalta Abadi. Al cierre de 1999 por cada bolívar que se producía, en la economía circulaban Bs. 1,23 según cifras de la economista consultada. Al cierre de 2014, que es la última cifra que maneja, por cada bolívar había en circulación Bs. 124. Esto quiere decir que con lo que se tiene se puede comprar menos.
Al 26 de junio, indica la experta, por cada dólar que había en reserva existían Bs. 161. Esto ha venido aumentando por la caída de las reservas, lo que también influye en la depreciación del bolívar.
Para el economista Asdrúbal Oliveros, esta es una situación de gravedad porque tiene serias implicaciones sobre el costo de vida. Esto implica un encarecimiento de costo de vida lo que tendrá repercusiones en la dinámica comercial del país, indica.
Considera que hasta que no se resuelvan las distorsiones que existen en la económica y el Gobierno mantenga la inacción la válvula de escape seguirá siendo el dólar paralelo y esto influirá en la depreciación del bolívar. «También tienes una aceleración inflacionaria muy fuerte, la gente no tiene cómo refugiarse. No hay bienes, no hay activos, y los ques hay tienen valores demasiado inflados», agrega.