Pasadas las 6:00 de la mañana de este 1 de diciembre, el «jojojo» de Santa viajó con el viento que corría la avenida Boyacá, conocida como Cota Mil, al norte de Caracas. Con su cabello largo y barba blanca, en compañía de un elfo, el hombre que llena de alegría estas fechas y mantiene los sueños de grandes y chicos, se apareció en un tramo de la vía para anunciar la llegada de la Navidad.
Esta era una tradición que mantuvo Ramón Canela por más de 15 años. Pero en 2015 migró por cuestiones de salud a España, su país natal. Canela murió a la edad de 85 años en 2019.
La hija, Beatriz Canela, en 2016 dijo que -lamentablemente- sus hijos no continuarían con la tradición, “pues ninguno tiene los ojos azules, para empezar. Pero hay personas que nacen para hacer de la belleza y la simpleza un acto de amor. Alguien con buen corazón retomará el camino del Santa caraqueño».
Y ese camino lo siguió Gilberto Sánchez, quien desde hace cinco años hace lo propio para mantener viva la tradición.
La aparición de Santa causaba molestias en los conductores que transitaban por la Cota Mil, pues muchos se detenían a tomarse fotos.
Eso ocasionaba la movilización de funcionarios policiales que, más de una vez, intentaron quitar al señor Canela. Sin embargo, su empeño por alegrar a los caraqueños no lo detuvo y aunque lo quitaban de su punto de encuentro, se rodaba con su jojojo y hasta cercana las 9:00 de la mañana seguía regalando alegría.
Este 1 de diciembre, Gilberto Sánchez, llegó con su traje rojo y con su tapabocas. Se paró en el desvió hacia Altamira y repitió sin parar «Feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2022″. El elfo repartió chupetas y caramelos, mientras los papás hacían maromas para cruzar la vía con sus niños para tomarse la foto respectiva.
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Esta era una tradición que mantuvo Ramón Canela por más de 15 años. Pero en 2015 migró por cuestiones de salud a España, su país natal. Canela murió a la edad de 85 años en 2019.
La hija, Beatriz Canela, en 2016 dijo que -lamentablemente- sus hijos no continuarían con la tradición, “pues ninguno tiene los ojos azules, para empezar. Pero hay personas que nacen para hacer de la belleza y la simpleza un acto de amor. Alguien con buen corazón retomará el camino del Santa caraqueño».
Y ese camino lo siguió Gilberto Sánchez, quien desde hace cinco años hace lo propio para mantener viva la tradición.
La aparición de Santa causaba molestias en los conductores que transitaban por la Cota Mil, pues muchos se detenían a tomarse fotos.
Eso ocasionaba la movilización de funcionarios policiales que, más de una vez, intentaron quitar al señor Canela. Sin embargo, su empeño por alegrar a los caraqueños no lo detuvo y aunque lo quitaban de su punto de encuentro, se rodaba con su jojojo y hasta cercana las 9:00 de la mañana seguía regalando alegría.
Este 1 de diciembre, Gilberto Sánchez, llegó con su traje rojo y con su tapabocas. Se paró en el desvió hacia Altamira y repitió sin parar «Feliz Navidad y próspero Año Nuevo 2022″. El elfo repartió chupetas y caramelos, mientras los papás hacían maromas para cruzar la vía con sus niños para tomarse la foto respectiva.