Sólo en enero de este año, se registraron 5.018 focos de calor en todo el país, una cifra que supera el promedio del mes calculado en 3.461, de acuerdo a las estadísticas levantadas por el profesor Alfredo Gil, ingeniero hidrometeorologista de la Universidad Central de Venezuela (UCV), quien toma como referencia para su medición los datos del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil (Inpe).

Durante los tres primeros meses del año hay una reducción de precipitaciones e incremento de las temperaturas. Por lo tanto, son esas semanas las que tienen mayor cantidad (61 %) de focos de calor, eventos que -a su vez- están asociados a los incendios forestales.

A saber, un incendio necesita tres elementos para existir: oxígeno, combustible y una llama. La vegetación verde y húmeda no es buen combustible. Pero cuando hay deficiencias hídricas, es diferente. Las hojas y troncos se secan, y se convierten en el conductor perfecto. 

Precisamente, por la sequedad de la vegetación y por la ausencia de precipitaciones, cualquier lata, botella de vidrio, colilla de cigarro, o chispa, puede ser un elemento avivador del fuego.

Inclusive la rotación de cultivos, o preparación de tierras para la siembra, en algunas ocasiones, provocan esos focos de calor.

Fuego y calima

Lo otro asociado a este fenómeno es que -al desarrollarse la quema- se genera una densa cubierta sobre la atmósfera, a la que se adhiere, además, el hollín de los incendios automotrices, de viviendas, de fábricas, etc.

Es lo que llaman los expertos calima, ese manto blanquecino que limita la visibilidad y que se observa, precisamente, cuando hay reducción importante de las precipitaciones en los primeros meses del año.

Ya en la vertiente sur del Ávila, del lado de Caracas, donde hay mucho pasto y sabana, se han registrado varios focos. Hacia Macayapa (oeste) y a la altura de Altamira (este) se visibilizaron fumarolas. También en las montañas de El Hatillo, por los lados de El Encantado se reportó otro evento.

Caricuao y Las Mayas, en el municipio Libertador, así como también las faldas de vegetación de la autopista Regional del Centro son puntos vulnerables durante este periodo de sequía que se extiende hasta el mes de mayo.

Registros

El año 2020 fue para Venezuela el año con más incendios, incluso tuvo registros superiores en Sudamérica, según datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (Inpe). Hasta abril de ese año 36 % de las quemas registradas en el continente ocurrieron en el país.

Y de acuerdo a un estudio publicado por el portal Prodavinci en los primeros 14 días de abril de 2020 se quemaron cerca de 289 kilómetros cuadrados, un espacio equivalente a la ciudad de Valencia, incluyendo sus 14 parroquias o 22 veces el municipio Chacao. En esas dos semanas hubo la misma cantidad de incendios que en todo el mes de abril de 2012, 2013, 2014 y 2015, combinados.

La tendencia es que este año será seco, por lo que el escenario de riesgo puede variar, pero dependerá de lo que capten los sensores del Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales de Brasil (Inpe).

Versión oficial

También el boletín del Instituto Nacional de Hidrología y Meteorología (Inameh), refleja que el sensor Modis del satélite Aqua Tarde registró un total de 842 focos de calor solo en el periodo que va del 17 al 23 de enero de 2022.

Ya el pasado 26 de enero, el viceministro de Gestión de Riesgo y Protección Civil del Ministerio para Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Carlos Pérez Ampueda, manejaba un mapa que destacaba probabilidades de riesgo de incendio (85 %) en siete estados: Apure, Guárico, Cojedes, Portuguesa y Barinas, Lara y Falcón. Y para el 1 de febrero el mapa apuntaba un riesgo muy alto en 13 estados.

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